Los Packers vuelven a lo grande y humillan a los Vikings
La defensa de Green Bay asfixi¨® a Bridgewater, Peterson no fue un factor, Lacy recuper¨® su nivel habitual y Rodgers dio un festival de pases imposibles.


Nos han tenido enga?ados tres semanas. Que si los receptores no consegu¨ªan separaci¨®n, que si Lacy era un exjugador gordo, que si la defensa no consegu¨ªan presionar, que si la l¨ªnea ofensiva, que si la secundaria, que si la abuela fuma¡
?Todo mentira! Una trola que nos llegamos a creer y que se convirti¨® en mala broma en cuanto el front seven se puso a presionar y sac¨® del partido a Bridgewater a boinazos, Peterson qued¨® anulado por un Clay Matthews que no le perdi¨® un momento de vista y Aaron Rodgers entr¨® en resonancia, recuper¨® la sonrisa socarrona y se lanz¨® a completar pases estratosf¨¦ricos sin importarle si los receptores estaban cubiertos, libres o haciendo el pino con las orejas.
As¨ª que de un plumazo, los Vikings s¨®lidos sin agujeros se convirtieron en un veh¨ªculo pesado que no carburaba y los Packers sin gasolina resucitaron a lo grande para recordarle a todo el mundo que no solo siguen aqu¨ª, sino que cuando las cosas les funcionan son capaces de convertir en un gui?apo al rival m¨¢s pintado.
Y eso que el partido empez¨® m¨¢s o menos igualado, con los Vikings moviendo el bal¨®n con sufrimiento, mientras Bridgewater se jugaba la vida en cada jugada, y los Packers llegando con facilidad hasta la zona de anotaci¨®n contraria, pero teni¨¦ndose que conformar con un field goal en sus tres primeras series ofensivas. Nueve puntos que contrarrestaban el touchdown de 47 yardas que consigui¨® Kyle Rudolph, cuyo regreso al mundo de los vivos quiz¨¢ sea la ¨²nica buena noticia para los Vikings en el partido.
Con 6-9 en el marcador se lleg¨® al tiempo muerto de los dos minutos anterior al descanso y ah¨ª comenz¨® la debacle de los Vikings, que hasta ese momento hab¨ªan aguantado el tipo a duras penas, pero que entre penalizaciones y errores infantiles abrieron la puerta a que Rodgers se atravesara el campo y conectara con Cobb para dejar el marcador 6-16 antes del medio tiempo.
Esa serie que cerr¨® la primera mitad tambi¨¦n tuvo otro efecto letal en los Vikings, porque fue como una poci¨®n m¨¢gica que le devolvi¨® la fuerza sobrehumana a un Rodgers, que desde ese momento, y hasta el final del partido, volvi¨® a ser el mago capaz de tirar pases imposibles en una sucesi¨®n interminable de obras de arte. Lanzamientos de todos los tipos y colores que nos devolvieron al jugador genial que llev¨¢bamos tres semanas echando de menos. Y todo con la ayuda de un Lacy que volvi¨® a ser importante y que dio volumen al ataque de su equipo. Sus 91 yardas en 21 intentos descolocaron a una defensa de los Vikings que siempre se vio superada por los acontecimientos. Los de Zimmer se esperaban un ataque con problemas, demasiado dependiente del talento de Rodgers y se encontraron con que todas las piezas volv¨ªan a encajar. Y cuando el ataque de Green Bay carbura, la ¨²nica manera de vencerle es intentando anotar m¨¢s puntos que ¨¦l.
La segunda mitad empez¨® con un field goal de Green Bay (6-19) y un touchdown maravilloso de carrera de Peterson, despu¨¦s de una nueva conexi¨®n de Bridgewater con Rudolph dejara el bal¨®n en la puerta de la zona de anotaci¨®n (13-19). Pero ah¨ª se acabaron los Vikings. Su quarterback no ten¨ªa un segundo de margen para lanzar antes de ser atrapado. Sufri¨® seis sacks, pero esa cifra es un chiste comparada con las veces que tuvo que librarse de bal¨®n de mala manera antes de ser golpeado. Y mientras la agon¨ªa se instalaba definitivamente en el ataque de Minnesota, Rodgers se lo pasaba bomba cruzando el campo sin problemas, conectando con James Jones para touchdown y conversi¨®n de dos, y dejando el resultado en un 13-27 inalcanzable.
Si quedaba alguna posibilidad para la resurrecci¨®n de los Vikings, pasaba por las manos de Peterson, pero el corredor sufri¨® un fumble en la siguiente serie ofensiva, reci¨¦n iniciado el ¨²ltimo cuarto, que fue el ep¨ªlogo para unos Vikings que dieron la sensaci¨®n de necesitar madurar para acometer con garant¨ªas este tipo de batallas a muerte.
Desde ah¨ª, y hasta el final, los Packers se dedicaron a consumir reloj y de paso anotaron el field goal que cerraba el marcador 13-30. Pero a esas alturas ya nadie se fijaba en el partido. Todos est¨¢bamos asustados, pensando que si de verdad estos Packers pueden jugar siempre al mismo nivel, merecen volver a estar en todas las quinielas como m¨¢ximos favoritos de la conferencia Nacional.