Jameis Winston da cinco pases de touchdown ante los Eagles
El QB iguala el r¨¦cord hist¨®rico de m¨¢s pases de TD, sin intercecpiones, para un novato. Doug Martin llega a las 235 yardas de carrera.

Jameis Winston consigui¨®, frente a los Philadelphia Eagles, completar 5 pases de touch down sin cometer ninguna intercepci¨®n, lo que iguala el r¨¦cord de todos los tiempos para un novato en la NFL. Doug Martin corri¨® para la demencial cifra de 235 yardas, en 27 carreras. Los Buccaneers, en conjunto, llegaron a las 521 yardas, la segunda mejor marca de la franquicia. Y, bueno, ya os lo imagin¨¢is, ganaron el partido. Por 45 a 17, en concreto, y sobr¨¢ndoles todo un cuarto, pues el ¨²ltimo del partido se jug¨® con el estadio casi vac¨ªo y todo el pescado vendido.
As¨ª de contundente ha sido esta victoria, que ha llevado a los Bucs a estar con r¨¦cord positivo por primera vez a estas alturas del a?o desde el 2013 y ha hundido a los Eagles en una seria crisis existencial porque, sea Sam Bradford o sea Mark S¨¢nchez el que lo dirije, este ataque no funiona y, ahora, tampoco la defensa responde. S¨®lo una cosa les mantiene con vida: la p¨²trida divisi¨®n en la que juegan.
Quiero ejemplificar el dominio de los de Tampa Bay m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros. Sucedi¨® que al descanso se lleg¨® con 28-14 a favor de los visitantes. Es un resultado abultado, pero dentro de lo remontable. Es m¨¢s, los Eagles han hecho fortuna este a?o con primeras partes horrendas y remontadas tras los pertinentes ajustes en el vestuario.
Pues los Bucs recibieron el bal¨®n al inicio de la segunda mitad, con 15:00 en el marcador, y devolvieron la pelota cuando s¨®lo quedaban cuatro minutos en ese cuarto, y con siete puntos m¨¢s en el marcador. En un drive en el que corrieron, recibieron, cometieron penalizaciones, avanzaron y retrocedieron, se marcaron once minutos de football de patio de colegio en el que los Eagles no fueron m¨¢s que espectadores. Once minutos. Siete puntos. Veintiuno de ventaja. No hay moral que aguante ese golpe.
Y es que es un imposible pensar que los Eagles pueden ganar un partido en el que se suceden las yardas de carrera como si la l¨ªnea defensiva de Philadelphia, hasta ahora la parte m¨¢s fiable del equipo, estuviese de vacaciones.
Lo que resulta de esta desmantelaci¨®n es una absoluta ruina. No es que Mark S¨¢nchez fuese mucho peor que Sam Bradford. Lanz¨® tres intercecpiones, la ¨²ltima ya en los minutos de la basura, pero su juego fue tan inocuo como el de su predecesor en el puesto. El sistema de Chip Kelly gripa si se detiene el juego de carrera y no se les deja enlazar primeros downs para que su up-tempo sea efectivo. Parece que los coordinadores defensivos de la liga ya han encontrado la f¨®rmula para que eso suceda.
Ante la ausencia de Ryan Matthews, el corredor m¨¢s eficiente del a?o en Philly, DeMarco Murray volvi¨® a mostrarse impotente, lo que lastr¨® todo el ataque.
Ahora mismo los Eagles son un equipo muy mediocre de la NFL. Sus opciones de jugar en los playoffs se van estrechando y s¨®lo sobreviven a la expectativa de lo que hagan los Giants con la divisi¨®n. Pero nada en Philadelphia hace indicar que, de la noche a la ma?ana, y por arte de magia, un ataque an¨¦mico vaya a encontrar m¨²sculo.
Y los Buccaneers, por su parte, est¨¢n peleando directamente por meterse en las wild cards de la NFC. Si consiguen repetir una actuaci¨®n como la que han tenido en la ciudad del amor fraternal, ser¨¢n temibles en esa batalla por la postemporada.