El regreso de Ichiro Suzuki a Seattle es el principio del final

Durante 17 temporadas en Grandes Ligas, todo aficionado al baseball se ha hecho las mismas dos preguntas al ver a Ichiro Suzuki en acci¨®n ?C¨®mo diablos hizo eso? y ?Por qu¨¦ demonios tuvo que llegar a la MLB hasta los 27 a?os?

Es que, como aficionado, 17 a?os no han sido suficientes para apreciar el talento, la preparaci¨®n y disciplina de Ichiro, se requiere toda una vida. Suzuki, el tiempo y los Seattle Mariners hicieron un pacto, un a?o m¨¢s de apreciaci¨®n a las destrezas del mejor pelotero japon¨¦s, y uno de los mejores sin importar origen, en la historia del deporte.

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El hecho de que el pacto se d¨¦ a dos semanas del inicio de temporada, que el agente de Ichiro se haya comunicado con todos los equipos sin aparente ¨¦xito y que solo Seattle haya levantado el tel¨¦fono solo puede significar el pre¨¢mbulo del final de la ilustre carrera para esta m¨¢quina de bateo de 44 a?os de edad.

La figura de Ichiro ser¨¢ eterna, pero su destreza tambi¨¦n tiene fecha de caducidad, y aunque el jardinero hab¨ªa declarado que le gustar¨ªa jugar hasta los 50 a?os, o desvanecerse en el horizonte, Seattle no le conceder¨¢ ninguna de esas dos oportunidades.

Su regreso a los Mariners es solo una fiesta de despedida de 162 partidos, probablemente menos. Es un recordatorio al mundo del b¨¦isbol de que, en el futuro, posiblemente haya otros bateadores de 3,000 hits y .312 de promedio. Pero nunca habr¨¢ otro Ichiro.

No habr¨¢ otro Ichiro con esa mezcla de dedicaci¨®n y talento. Nadie que tenga el respeto universal del deporte. Nadie con la generosidad de este t¨ªmido guerrero samur¨¢i, quien dedic¨® una muy buena parte de su vida a perfeccionar el arte del bate y la pelota para el placer ef¨ªmero de un aficionado, o de millones. El baseball ha sido, siempre, la vida de Ichiro.

Como los salmones, Ichiro vuelve al lugar donde naci¨® la estrella para encontrarse con el ocaso de una trayectoria sin igual. Seattle, la ciudad de la ¡°Ichiroman¨ªa¡± de principios del milenio, en donde gan¨® un MVP y un Novato del A?o, donde obtuvo sus 10 Guantes de Oro y sus dos t¨ªtulos de bateo. La ciudad que podr¨ªa propinarle el tiro de gracia, y no en un sentido figurado.

¡°Realmente espero que siga jugando, porque no quiero que muera¡±, dijo su excompa?ero con los Marlins Dee Gordon en una entrega especial para ESPN. ¡°Creo que podr¨ªa morir si no sigue jugando. ?Qu¨¦ es lo que har¨¢ Ichiro si no juega baseball?¡±

Nadie quiere pensar en eso, en especial porque la pregunta adecuada es: ?Qu¨¦ har¨¢ el baseball sin Ichiro?