Aburrido, aburrido, aburrido...
Una de las mejores series de principios de los a?os 80, c車mo no, brit芍nica, era The Young Ones (Los j車venes)

Una de las mejores series de principios de los a?os 80, c車mo no, brit芍nica, era The Young Ones (Los j車venes).
Eran cuatro j車venes ingleses totalmente diferentes: el pijo, el skinete, el hippie y el popero.
En uno de los episodios, Vivian (Adrian Edmondson), el skinete, est芍 sentado agitando un bate de baseball en el sof芍 del comedor maltrecho y gritaba: "aburrido, aburrido, aburrido".
Despu谷s destroza la casa a batazos mientras hace mil perrer赤as. Os invito a que ve芍is toda la serie porque es totalmente surrealista.
Y me vinieron esas palabras ayer, cuando estuvimos viendo los partidos de La Liga, concretamente, los partidos del Bar?a y del Madrid. ?Qu谷 aburrido! (y no, no llevaba ning迆n bate de baseball).
A ver, que quede claro, queremos competir, que cada fin de semana sea un drama, sufrir y de vez en cuando y, solo si es posible, ganar pero si no se puede, por lo menos, haber vivido noventa minutazos llenos de adrenalina.
No ser芍 este a?o, ni el que viene, ni puede ser dentro de cinco o diez a?os, pero esto tiene que cambiar porque los clubes tienen que igualarse o sino ser芍 "aburrido".
Si os fij芍is, ya no es si ganan o pierden los grandes, sino de cu芍nto van a machacar al 95% del resto de equipos y si empatan o pierden, es como si Matrix hubiera dado error. Nadie lo entiende.
Y no solo pasa en La Liga. De hecho La Liga es de las mejores, imagina durante un momento seguir la Bundesliga en la que el Bayern lleva ganadas tropecientas ligas. Y ?qu谷 me dices de la Juve? ?Qu谷 pereza!
Y sobre la Premier, mejor ni hablamos porque a lo que juegan (que es b芍sicamente, tu chuta y ya la pillaremos cuando podamos) mejor ni hablar. Pero ?qu谷 bien se venden los bribones!.
En fin, que mientras espero a que llegue el Dortmund vs. Madrid, voy a volver a ver todos los cap赤tulos de The Young Ones y os aseguro, que se me caer芍 una lagrimilla cuando vea al gran y malogrado Rick Mayall grit芍ndole a la sociedad, mientras baja las escaleras de aquella pocilga de casa.