El pisot¨®n a Mbapp¨¦ y todos los dem¨¢s
Gueye pis¨® a Mbapp¨¦ en el entrenamiento y aunque no me creo que eso impida a este jugar en el Bernab¨¦u s¨ª es posible que salga mermado. Fue un pisot¨®n severo y firme, de esos que estamos viendo con frecuencia cada vez mayor. Lo comento con exjugadores y est¨¢n de acuerdo: se est¨¢ pisando mucho, cada vez se pisa m¨¢s, ante la p¨¢nfila tolerancia de los ¨¢rbitros, que rara vez amonestan. Se est¨¢ pisando tanto que, a lo que se ve, Gueye lo ha incorporado a su rutina de entrenamientos y no le importa ni siquiera que el que se le cruce sea Mbapp¨¦ a dos d¨ªas vista del partido de la temporada. La afici¨®n del PSG se pone las manos en la cabeza.
Ah¨ª hay materia para los ¨¢rbitros, lo mismo cuando act¨²en en funci¨®n de tales o desde la cabina del sexador de pollos. Tan finos para descubrir manos donde ni reclama el rival, dejan pasar esto como cosa menor. ?Por qu¨¦ pasa esto? Porque no les ordenan perseguirlo. Hace algunos a?os, el terror de los delanteros era el ¡®tackling¡¯ por detr¨¢s (eso acort¨® las carreras de Van Basten y Kiko, entre otros). Los ¨¢rbitros no reaccionaron hasta que se extendi¨® la consigna de perseguir con expulsiones ese tipo de entradas. Despu¨¦s vinieron los codazos, con frecuentes fracturas de nariz o p¨®mulo, y pas¨® igual: s¨®lo se acabaron cuando hubo una nueva consigna.
Los matones siempre buscan algo para decir: ¡°Si vienes por aqu¨ª ya sabes lo que te espera¡±. Ahora es el pisot¨®n y lo seguir¨¢ siendo hasta que el arbitraje reaccione. Es una jugada da?ina y las m¨¢s de las veces voluntaria: un futbolista sabe bien d¨®nde pone los pies. En algunos casos apuntan un poco m¨¢s arriba del empeine, a la base de la tibia, donde las lesiones pueden ser m¨¢s graves. Pero los ¨¢rbitros tambi¨¦n van por modas y la de ahora, ya se ve, son las manos invisibles. Son de natural un colectivo disciplinado, muy atento a las consignas de sus superiores y cada vez menos due?os del libre uso de su instinto. Hasta que no haya consigna, seguir¨¢ esto.