"?Oh, oh oh!"
La miseria consentida ha tra¨ªdo consigo un nuevo baby boom y ya se sabe lo que sucede en las familias donde abundan los ni?os.

Pese a los malos augurios, el Bar?a parece ir dando pasos en la buena direcci¨®n. O, al menos, en alguna direcci¨®n, lo que tampoco es mala cosa cuando el inmovilismo amenazaba con oxidar los cimientos de un club ya de por s¨ª centenario. El partido contra el Sevilla dej¨® el mejor sabor en boca de toda la temporada y el cul¨¦ parece haber recuperado la capacidad de ilusionarse con lo que tiene, a la espera de que el mercado haga el resto. Del "esto es lo que hay" de Ronald Koeman se ha pasado al "esto no me vale" de Xavi, que es la distancia exacta que hay entre la complacencia y la autoexigencia.
Despu¨¦s de unos meses donde todo parec¨ªa improvisado, la revoluci¨®n iniciada en la urnas parece comenzar a dar alg¨²n fruto, alg¨²n brote. El fichaje de Ferran Torres, sin ir m¨¢s lejos. El tiempo dir¨¢ si su incorporaci¨®n ha resultado rentable o no en lo deportivo, pero la distancia recorrida desde los tiempos de billetera ancha y entendederas cortas es considerable. Las variables, esas herramientas de negociaci¨®n que en boca de Josep Mar¨ªa Bartomeu sonaban a propina -cuando no a pantomima-, vuelven a ser un extra sujeto a los r¨¦ditos deportivos m¨¢s importantes, no al camelo hecho negociaci¨®n para ocultar que compras pl¨¢tanos a precio de oro: bendito problema ver a Tebas, tan pendiente de todo cuanto sucede en Can Bar?a de repente, poner en tela de juicio el trabajo de unos ejecutivos entregados a la reconstrucci¨®n de todo aquello que se deterior¨® -a conciencia- ante sus mismas narices.

La miseria consentida ha tra¨ªdo consigo un nuevo baby boom y ya se sabe lo que sucede en las familias donde abundan los ni?os: que las navidades son m¨¢s felices porque a los cr¨ªos les sobra alegr¨ªa de serie y los adultos mantienen la capacidad de contagiarse. "Laporta se equivoca en vender tanta ilusi¨®n", rezan los peores augurios cuando no encuentran otra cosa con la que entretenerse. Sumen eso a que est¨¢ demasiado gordo y ya no sabe uno si est¨¢n criticando al presidente del Bar?a o al mism¨ªsimo Papa Noel que, para el caso, viene a ser casi lo mismo: "?Oh, Oh, Oh!".