Lebr¨®n, Gal¨¢n y el sendero hacia la historia (II)
Los espa?oles firman su segundo a?o como pareja 1 de WPT y lo hacen en una temporada m¨¢s dif¨ªcil y exigente en lo deportivo y lo emocional.

Golpe por golpe, no hay pareja mejor. Tan rotundo como simple. Juan Lebr¨®n y Ale Gal¨¢n conforman la dupla m¨¢s completa, dominadora y eficiente que existe en el planeta p¨¢del. Suya es la corona de ¡®Maestros¡¯ de World Padel Tour, el cetro del ranking mundial y la carrera por la Race de 2021. Suyo es el presente, el pasado m¨¢s reciente y, si ellos quieren, tambi¨¦n el futuro.
Porque esta es una historia que se remonta 532 d¨ªas atr¨¢s. Quiz¨¢ -probablemente-, m¨¢s. Pero, en t¨¦rminos escenogr¨¢ficos, el punto de salida y retorno se encuentra en el Madrid Arena. El circulo, en el deporte, a veces se cierra. Justicia po¨¦tica o no mediante, en este caso, lo ha hecho un a?o, cinco meses y 14 d¨ªas despu¨¦s para consagrar a la pareja que lo ha cambiado, en gran medida, todo.
Porque el 5 de julio de 2020 todo recomenz¨®. El p¨¢del volv¨ªa tras el par¨®n por el confinamiento y un vac¨ªo Madrid Arena acog¨ªa el primer triunfo de la era Gal¨¢n-Lebr¨®n. Fr¨ªo, sin p¨²blico, casi inerte. Lo que entonces parec¨ªa una simple victoria, se convirti¨® en una tendencia. Lo que era un imp¨¢s, casi en una liturgia. Y lo que era normal, en algo pseudout¨®pico. As¨ª se fragu¨® el mundo de los espa?oles.
El inicio de la era Gal¨¢n y Lebr¨®n
2020 fue la temporada del ¨¦xtasis, el factor sorpresa y el frenes¨ª. Suya no era la responsabilidad -s¨ª de Navarro y Lima- y s¨ª la coyuntura. El rush inicial en la capital -con pista favorable- y la propuesta de juego cogi¨® con el pie cambiado no a las parejas, al deporte entero. Desde el resto constru¨ªan el ataque, no la defensa, acortaban los plazos, eliminaban la transici¨®n y propon¨ªan un p¨¢del a menos tiros. M¨¢s intensidad f¨ªsica, t¨¦cnica y t¨¢ctica. Y, eso, ahogaba.
Normal, en cierta medida, fue el ¨¦xito en 2020, como dec¨ªamos. No hubo pareja capaz de sostener el envite en rachas largas y cost¨® muchos torneos encontrar un plan alternativo a su juego. Pero se consigui¨®. El tramo final de a?o era la antesala de lo que, sin saberlo, ambos vivir¨ªan la temporada siguiente.
Porque 2021 ha tenido tanto de similar como de diferente con el 2020. En una temporada m¨¢s larga, completa, con p¨²blico, exigente y con diferentes tramos -s¨ª, as¨ª ha sido-, Gal¨¢n y Lebr¨®n han vivido experiencias y procesos que, como pareja, deb¨ªan pasar. La presi¨®n ambiental, el ruido, las dudas o el miedo al fracaso eran inc¨®gnitas desconocidas hasta entonces en su ecuaci¨®n. O no, al menos, con el mismo grado de intensidad.
La segunda temporada es la que permite medir y baremar a una pareja -a las que llegan-. Cuando la pompa de la victoria baja y los flashes apuntan a otros, justo entonces, desaparece el ruido de los abrazos, la m¨²sica se apaga y el sonido de los whatsapps cesa. Y llegan los silencios. Y, con ellos, las dudas. Y los espacios. Y las preguntas. Con y sin respuesta. Con y sin certezas.

El proceso de evoluci¨®n de una pareja que aspira a lo que Ale y Juan aspiran debe atravesar ese v¨ªa crucis. El juego, no lo es todo. Y es as¨ª. No siempre se tiene el d¨ªa, no siempre se est¨¢ en estado de gracia y no siempre la cinta te da una m¨¢s. Es obvio, s¨ª, pero ah¨ª es donde radica el crecimiento. En la derrota se encuentra el camino de la mejora y no al rev¨¦s. De ah¨ª la importancia de haber superado los dos matchballs del a?o. El cara a cara y la derrota ante unos superlativos Belastegu¨ªn y Sanyo o la presi¨®n de la regularidad de Paquito Navarro y Di Nenno.
La evoluci¨®n de la era Gal¨¢n y Lebr¨®n
Gal¨¢n y Lebr¨®n ten¨ªan muy, muy dif¨ªcil lograr en 2021 lo que hicieron en 2020. Era, casi, una quimera en t¨¦rminos estad¨ªsticos. Y se vio desde Madrid. Todo ser¨ªa muy diferente, pero en su interpretaci¨®n de los diferentes escenarios, del afrontar las adversidades y de entender la evoluci¨®n de su juego estar¨ªan la claves de una madurez que se antojaba indispensable para alcanzar algo m¨¢s all¨¢ del n¨²mero uno. Y lo han conseguido.
Alejandro y Juan juegan mejor. Mucho mejor. M¨¢s all¨¢ de los n¨²meros -que son p¨²blicos para cualquiera-, Gal¨¢n y Lebr¨®n suman m¨¢s. De forma individual y como pareja. Han ganado en escenarios muy diferentes y con condiciones poco parecidas y eso habla de la evoluci¨®n. Cierto es que tienen mucho margen de mejora y que el tramo americano ha evidenciado la necesidad de una adaptaci¨®n de su juego a pistas ultra lentas, pero ah¨ª radica la belleza del progreso, en lo imperfecto.
Como pareja, siguen siendo el¨¦ctricos, intensos y muy ambiciosos. Su propuesta de juego, que requiere de un alto acierto t¨¦cnico, f¨ªsico y t¨¢ctico, exige a los rivales una velocidad dif¨ªcil de gestionar. Defienden fino, muy fino, caminan con autoridad y convicci¨®n y, cuando se plantan en la red, son inabordables. Su juego de voleas es, con toda seguridad, la clave de la preparaci¨®n de una capacidad de definici¨®n ¨²nica. El trabajo en conjunto para el brillo individual.
Porque Gal¨¢n tiene m¨¢s empaque, recursos y estabilidad en el juego. A la mejor volea del circuito, al poder¨ªo f¨ªsico y a la capacidad de definici¨®n, suma el dominio de los escenarios y los momentos. Se expone, s¨ª, pero como propuesta ofensiva, no como defecto. Su capacidad para gestionar el error y salir de los bucles negativos -quiz¨¢ hasta ahora su piedra de toque- ha sido una de las claves en los malos momentos. Se ha puesto el traje de n¨²mero uno, le gusta, le sienta bien y se nota. Personalidad.

Lebr¨®n, por su parte, vive inmerso en la carrera por llegar a ser lo que ¨¦l imagina que puede ser. Ve el p¨¢del diferente al resto, lo siente e intenta ejecutarlo. Su vida -la del genio- se reduce a vivirlo todo medio segundo antes. As¨ª nace la superioridad t¨¦cnica. Y ah¨ª, justo ah¨ª, es donde trabaja, en la toma de decisiones. Lo perfecto, a veces, es enemigo de lo bueno. Y Juan est¨¢ en el proceso de combinar lo as¨¦ptico con lo est¨¦tico. Domina el espacio y el tiempo, s¨ª, pero ahora est¨¢ en la b¨²squeda de qu¨¦ hacer con ellos. Y eso, eso est¨¢ al alcance de muy pocos.
Y, ambos, han madurado. Sin saberlo, est¨¢n viviendo un proceso vital intenso, duro y a veces muy desgastante. Es evidente que ha habido roces, tensiones y frustraciones. Es tangible que hay gestos, malas caras y frustraciones. Pero, c¨®mo no. Normalicemos -todos- la gesti¨®n emocional como lo que es, real. El fallo humano es algo natural y el aprendizaje de este es un proceso enriquecedor. La presi¨®n, el estr¨¦s o la frustraci¨®n son compa?eras de viaje que exigen una labor a medio plazo y que, bien trabajadas, pueden ser hasta ¨²tiles. En la hip¨¦rbole medi¨¢tica en la que viven todo parece m¨¢s que mucho. Y, quiz¨¢, no es para tanto.
Gal¨¢n y Lebr¨®n suman su segunda temporada en lo m¨¢s alto -tres para el gaditano- y contin¨²an incorporando cap¨ªtulos para su historia. Seis t¨ªtulos en 2020 y siete en 2021. Incluida la corona de Maestros. Suya es la oportunidad de encontrar el equilibrio, trascender y marcar una era. En una situaci¨®n no tan diferente, ya se ha conseguido. Suya es la elecci¨®n y la decisi¨®n, claro.
Nadie m¨¢s que ellos sabe hasta d¨®nde y cu¨¢ndo. Existe la sensaci¨®n de que, solo ellos, pueden poner freno a su caminar. Son dos depredadores competitivos que han nacido para cohabitar en busca de un futuro mejor. Y, con fortuna. Y en un deporte de pareja. Sin el frente a frente y s¨ª con el codo a codo. ?Dif¨ªcil? Y tanto, pero nadie dijo que fuera f¨¢cil trascender al tiempo. Y, si lo consiguen, su legado puede ser eterno.