El p¨¢del en 2020: el confinamiento
Repasamos y recorremos en cinco cap¨ªtulos el a?o m¨¢s at¨ªpico; en este tercer episodio, la pandemia, la reinvenci¨®n y el contenido 'a la carta'.

Frenazo en seco. Brusco y sin previo aviso. El p¨¢del se ve¨ªa atado de pies y manos de la noche a la ma?ana y a merced de la realidad por la pandemia sanitaria provocada por la COVID-19 -tambi¨¦n conocida como coronavirus- en un 2020 con grandes cambios -como se analiz¨® en el primer cap¨ªtulo- y que iba para ser el mejor a?o de su historia -como se describi¨® en el segundo-.
La industria, el deporte, el aficionado y todos los actores que compon¨ªan el p¨¢del se ve¨ªan recluidos en sus casas. Como el resto de ¨¢mbitos de la vida. En poco menos de una semana las pistas se vaciaban y dejaban paso a una incertidumbre que dominaba la realidad y de la que no se sab¨ªa con certeza alguna cu¨¢l ser¨ªa su futuro m¨¢s inmediato.
Una crisis que cog¨ªa al p¨¢del en su mejor momento. Cuando m¨¢s crec¨ªa y cuando mejor era la perspectiva de crecimiento se v¨ªa avocado a un par¨®n temporal que pon¨ªa en jaque a toda una industria que hab¨ªa trabajado, y muy duro, por su eclosi¨®n. Del profesionalismo al amateurismo.
? ? ?
— ATP Tour (@atptour) March 16, 2020
?: @GsaLegrand pic.twitter.com/D36MsmPEc4
No hab¨ªa p¨¢del. En casi ning¨²n rinc¨®n del planeta. Los jugadores pasaban de estar encerrados en el 20x10 a hacerlo en sus domicilios. Esta vez sin su voluntad. No hab¨ªa libre circulaci¨®n y tan solo se pod¨ªa salir de casa para lo justo y necesario: compras b¨¢sicas e ir al hospital. Poco m¨¢s.
La realidad hab¨ªa cambiado, y mucho, en apenas una horas y el p¨¢del, como el resto de la civilizaci¨®n, ten¨ªa que adaptarse. Y lejos de lamerse las heridas, de lamentarse o de pensar c¨®mo se hab¨ªa llegado hasta aqu¨ª, el p¨¢del asumi¨® que pod¨ªa reinventarse. Al menos temporalmente. Y lo hizo. De forma un¨¢nime.
Como si de una especia de catarsis, un hobby o una v¨ªa de escape se tratase, el p¨¢del encontr¨® su espacio. No ser¨ªa en la pista, s¨ª, pero se abri¨® paso para dar cabida a una gran variedad de iniciativas, challenges y movimientos que para muchos fueron una tabla de salvaci¨®n. Un salvavidas.
Surgieron los retos, las entrevistas, los entrenamientos, los memes y las curiosidades. La originalidad permiti¨® al sector encontrar su peque?o espacio para atender las necesidades de los usuarios -quiz¨¢ fueron ellos mismos- y seguir aliment¨¢ndose. Todo, bajo un claro lema de solidaridad y responsabilidad global con el ¡®Yo me quedo en casa¡¯ que herman¨® -al menos de forma temporal- a una civilizaci¨®n.
Y a su vez, se trabajaba. Entre bambalinas los actores dominantes comenzaban a recomponer calendarios, buscar acuerdos, escenificar hipot¨¦ticos escenarios y, en definitiva, abrir esa ventana a la esperanza del despu¨¦s. Fueron meses duros, s¨ª, pero habr¨ªa un despu¨¦s. Y en ¨¦l pensaban muchos. Federaciones, organizaciones, estamentos estatales, marcas y otros pioneros.
Un confinamiento domiciliario que logr¨®, adem¨¢s, sacar un lado positivo. Las horas, los d¨ªas y las semanas se volv¨ªan interminables y, por ello, increment¨® el consumo del p¨¢del en formato audiovisual. No hab¨ªa palazos en las canchas, pero s¨ª en las televisiones, ordenadores, tablets y pantallas.
Durante todo ese largo periodo de casi tres meses -m¨¢s en algunos pa¨ªses- las reproducciones se dispararon. El p¨¢del vio en la revisualizaci¨®n de los partidos profesionales, tutoriales y dem¨¢s contenidos multimedia un espacio perfecto para no descolgarse y seguir incrementando su presencia en un mundo que si ya estaba comenzando a cambiar sus h¨¢bitos de consumo ahora se ve¨ªa forzado a hacerlo.

¡®Gol, en televisi¨®n, y World Padel Tour, en streaming, apostaron por emitir las mejores finales de los ¨²ltimos a?os y cientos de miles de seguidores se lanzaron a sus brazos con la necesidad del que encuentra un oasis en medio del desierto. Y, a su alrededor, otros muchos en la industria. Marzo, abril y mayo fueron menos duros para muchos gracias a su deporte y ocio favoritos.
El aficionado consum¨ªa p¨¢del casi a diario, no faltaba a su cita matinal con los mejores partidos de la era World Padel Tour y, sino, recurr¨ªa a plataformas como Youtube para deleitarse con las mejors palas del circuito. Las reproducciones se disparaban, las comunidades virtuales crec¨ªan y el deporte, aunque desvirtuado, se manten¨ªa vivo.
El p¨¢del, que se ve¨ªa por primera vez contra las cuerdas tras a?os de crecimiento inapelables, peleaba por mantener el tipo. Y lo lograr¨ªa.