F¨²tbol-posesi¨®n, f¨²tbol-balonmano
El Bar?a de Quique produjo m¨¢s de mil pases, pero un repaso m¨¢s pr¨®ximo (el partido est¨¢ siendo analizado con rigor de entomol¨®gos) da que m¨¢s ...
El Bar?a de Quique produjo m¨¢s de mil pases, pero un repaso m¨¢s pr¨®ximo (el partido est¨¢ siendo analizado con rigor de entomol¨®gos) da que m¨¢s del setenta por ciento fueron hacia atr¨¢s. Es el f¨²tbol-posesi¨®n, en realidad una f¨®rmula vicev¨¦rsica de f¨²tbol defensivo. En lugar de acumular defensas manda al equipo arriba a recuperar y luego entretener el juego, pero no busca tanto la porter¨ªa contraria como no perder el bal¨®n. I?aki Gabilondo, fino degustador del f¨²tbol, se queja hace tiempo de eso. Le parece balonmano, s¨®lo que en el balonmano los ¨¢rbitros pueden pitar juego pasivo cuando la posesi¨®n se queda en eso.
Lejos de m¨ª, claro, pedir juego pasivo para el f¨²tbol. S¨®lo faltar¨ªa ver al ¨¢rbitro ir al borde del campo para, a instancias del colega del VOR, mirar en la pantalla si los ¨²ltimos tres minutos han sido mero guitarreo o si ha habido plan ofensivo. Pero el Bar?a-Granada fue buen partido para reflexionar sobre esto. El logro de Quique Seti¨¦n fue que Ter Stegen, que ¨²ltimamente le estaba luciendo mucho al Bar?a, pasara el partido con un solo sobresalto. Pero el ataque fue soso y mon¨®tono, s¨®lo agitado, como siempre, por las trepidantes arrancadas de Messi o sus aperturas a Jordi Alba, que practica insistentemente pero que a¨²n as¨ª resultan indefendibles.
El Bar?a tuvo el bal¨®n tanto (83 %) que mal pod¨ªa el Granada amenazar su ¨¢rea, pero iba camino del 0-0 hasta que Pizarro G¨®mez dej¨® al rival con diez porque s¨ª. La gracia de aquel Bar?a de Xavi e Iniesta, o de La Roja de ellos mismos (ah¨ª ya sin Messi, pero con el mismo efecto), estaba en que era un f¨²tbol m¨¢s afilado, con m¨¢s inter¨¦s por filtrar el pase de peligro. Y a¨²n as¨ª resultaba premioso para muchos. Falto de Xavi e Iniesta, Valverde busc¨® otra v¨ªa, pero su Bar?a de ida y vuelta contrariaba a los nost¨¢lgicos y no era lo mejor para un Messi metido en los 32 a?os, que en menos metros puede dar m¨¢s de s¨ª y alargar su carrera. As¨ª que vuelve el toque.