El ¨²ltimo refugio
Carlos Mara?¨®n idealiza una Copa que pasa por ser una competici¨®n de serie B frente a las superproducciones de Champions y LaLiga.

En la ¨²nica eliminatoria de Copa del Rey que jugu¨¦ en mi vida me partieron el ri?¨®n de un codazo. Fue de juvenil, contra el Valencia, quiz¨¢ por eso (y porque mi Espanyol luce cuatro Copas como cuatro soles en el invierno de nuestra sala de trofeos) idealizo como un adolescente enamorado este torneo que en realidad pasa por ser una competici¨®n de serie B frente a las superproducciones de Champions y la mezcla almodovariana de comedia y drama en que se ha convertido LaLiga. Han sido malos d¨ªas para un futbolero viejo como yo, con absurdas disquisiciones por la entrada del Valverde blanco y la salida del Valverde blaugrana. Entre medias, como un trampantojo, apareci¨® la Copa formateada, pero con un aire de autenticidad tan impostado que acab¨® por molestarme, como esas modernas franquicias de est¨¦tica vintage, muebles gastados y muffins que sustituyen a las mercer¨ªas.
M¨¢s equipos de Tercera y de Regional (o Territorial, eufemismo para ofendiditos), vale, ?por qu¨¦ no todos? Modestos convertidos en espect¨¢culo artificialmente, con partido ¨²nico, pero al gusto de los poderosos. Falta el sorteo puro. Se falsean los cruces y se relega a los equipos de Segunda Divisi¨®n a meros comparsas. De nuevo ganan los grandes. No dejan jugar en todos los campos de los peque?os con excusas televisivas. Vuelven a ganar los ricos. La Copa deber¨ªa ser la fortaleza inexpugnable del balompi¨¦ sin aditivos, el gangster con buen fondo al que el mundo hizo as¨ª que resiste en las monta?as, como Humphrey Bogart en El ¨²ltimo refugio, pel¨ªcula barata, filmada con cuatro duros y mucha intenci¨®n, que lleg¨® a ser obra maestra.
Para que deje de ser un trofeo de Serie B, como aquel d¨ªa que el especialista que cay¨® de 30 metros mientras doblaba a Bogart quiso repetir la toma, necesitamos un Raoul Walsh que diga no, que afiance la idea original, al estilo FA Cup (aunque sin replays, que para eso inventamos los penaltis en el Carranza): "?Cooorten! A los que vayan al cine por 25 centavos les vale". Sin caridad malentendida, que la Copa no nos cueste el otro ri?¨®n.