El Madrid, tocando, y Valverde, hundido
Llegamos al derbi de los invitados como final¨ªsima de la Supercopa de Espa?a o de esta nueva competici¨®n.
La Supercopa del Rey Abdullah. Llegamos al derbi de los invitados como final¨ªsima de la Supercopa de Espa?a o de esta nueva competici¨®n. Est¨¢ claro que el formato es bueno, ninguno mejor que la Copa del Rey de la ACB, y m¨¢s si se garantiza, por ¡®h¡¯ o por ¡®b¡¯, que Real Madrid y Barcelona est¨¦n en el cartel. No seamos hip¨®critas, todos sabemos que eso es lo que paga y muy bien Arabia Saud¨ª, a cambio de intentar proyectar una imagen irreal y transformada de su aut¨¦ntica evoluci¨®n como sociedad. A Rubiales se le critica por una parte pregonar unos valores, y venderlos a muy buen precio, y por otra, cambiar el sistema de competici¨®n en mitad del camino, cosa que nunca ocurri¨® con la Champions League, para los que inventan paralelismos irreales. Por suerte, disfrutamos de dos grandes espect¨¢culos futbol¨ªsticos.
El mon¨®logo del Madrid. Lo que el Real Madrid hizo contra el Valencia es jugar bien al f¨²tbol, pero con may¨²sculas, con un control de partido de principio a fin, dominando las dos ¨¢reas, plasmando un plan de partido casi perfecto. El Madrid de los cinco centrocampistas, sea por c¨²mulo de lesiones o por inspiraci¨®n, suena a gran invento de Zidane. Aunque por mucho que repitamos que el f¨²tbol actual es de los centrocampistas, la diferencia radica en conjugar ese tocar y moverse con una enorme seguridad defensiva y tener punter¨ªa en ataque. Si algo enerva al barcelonismo es que el Madrid gane, pero si ya lo hace jugando como los ¨¢ngeles, les est¨¢n quitando el bal¨®n, el relato y la sonrisa de una tacada.
El mon¨®logo de Messi. La mejor prueba de que para jugar realmente bien hace falta tener un equilibrio entre defensa y ataque fue el partido del Bar?a. Con un Messi inspirado, estuvo superlativo en algunos momentos, asistimos a la mejor versi¨®n del Bar?a en la temporada, pero si un equipo pretende mostrar grandeza, debe saber competir de principio a fin y no exhibir sus puntos d¨¦biles de una manera tan clamorosa. A las cabezas de esos futbolistas vuelven Roma y Liverpool de forma reiterada. Se empeque?ecen y se sienten vulnerables. No es menos edificante la actuaci¨®n nerviosa de sus directivos, filtrando la visita a Xavi Hern¨¢ndez, como guardi¨¢n del modelo y de la pelota, pero quien sabe si capaz de recuperar la sonrisa p¨¦rdida de Messi. De momento, el Atl¨¦tico, con Griezmann de azulgrana, alcanz¨® la final de forma ¨¦pica, pero sobre todo se volvi¨® a impregnar del esp¨ªritu del Cholo.