Supercopa a orillas del Mar Rojo
Mourinho defini¨® la Supercopa como el mejor trofeo de verano y el menos importante de la temporada. Tratando de romper con eso, Rubiales ha urdido el modelo que ahora afrontamos.
Mourinho defini¨® la Supercopa como el mejor trofeo de verano y el menos importante de la temporada oficial. Tratando de romper con aquello, Rubiales ha urdido este modelo que ahora afrontamos. Ha chocado con reacciones contrarias por ser como es el pa¨ªs donde se juega y que lo paga, Arabia Saud¨ª. Reacciones muy razonables, pero que s¨®lo se han producido cuando ha ido el f¨²tbol. En ese pa¨ªs tenemos embajada, les vendemos armas, Don Juan Carlos siempre blason¨® de sus amistades all¨ª, Felipe VI lo visit¨® no hace tanto, un consorcio espa?ol hizo el AVE a la Meca, all¨ª se corre el Dakar, con Alonso y Sainz, que s¨ª da TVE...
Pero s¨®lo han saltado las alarmas cuando all¨ª ha ido el f¨²tbol, que a su vez podr¨ªa tener motivo interno de queja: Arabia piratea el gran f¨²tbol internacional. No paga ni por la Premier, ni por LaLiga, ni por la Champions ni por otra serie de competiciones de rango. El lucro cesante de ese pirateo se puede calcular en 55 millones, lo que supone remango suficiente para pagar esta Supercopa, para beneficio de los cuatro participantes, la Federaci¨®n y la cuerda de aprovechateguis adyacentes que siempre hay en estas operaciones. Si, por lo menos, como dice Rubiales y yo espero, esto sirve para abrir el pa¨ªs a buenas influencias, bienvenido sea.
Dejado todo eso aparte, lo que queda es algo que mejora la vieja Supercopa, aquel estorbo en el apretado agosto de los clubes. En Yeda, puerto del Mar Rojo de viejo tr¨¢nsito a la Meca, va a estar lo mejor de nuestro f¨²tbol, en coruscante retorno cat¨®dico tras la pausa navide?a. Y digo cat¨®dico porque lo vamos a seguir por televisi¨®n, salvo algunos poqu¨ªsimos irreductibles. Las entradas estaban medio financiadas por los clubes, pero el viaje es caro y, aunque est¨¦ mal decirlo, eso de que all¨ª no se despache cerveza tambi¨¦n corta. Pero, unas cosas con otras, estamos ante unos buenos partidos. Y que sirvan, como predica Rubiales, para bien.