Mejor que el carn¨¦ de conducir
Entr¨¦ en el Peugeot de Carlos Sainz como si fuese un astronauta. No tuve miedo. Lo prometo. Estando ¨¦l al volante, me dej¨¦ llevar.

Me pellizco para cre¨¦rmelo. Entr¨¦ en el Peugeot de Carlos Sainz como si fuese un astronauta. No tuve miedo. Lo prometo. Estando ¨¦l al volante, me dej¨¦ llevar. El primer minuto fue una pasada. Cada tres segundos crees que el coche va a dar ocho vueltas de campana. Pero Carlos, sobrio y firme, maneja cada bache, cada curva, cada hoyo y cada charco como si fuesen el sal¨®n de su casa. Acab¨¦ jaleando los saltos al vac¨ªo. Una gozada total...
Nunca me saqu¨¦ el carn¨¦ de conducir porque la velocidad me entusiasma. Mi autocensura ha sido la mejor decisi¨®n de mi vida. Este viaje con la leyenda mundial de los rallys vale m¨¢s que un carn¨¦. Encima, Carlos es madridista. Un campe¨®n en todos los sentidos. Adem¨¢s, los amigos de la Brigada Guadarrama XII del Ej¨¦rcito de Tierra me dejaron entrar en el carro de combate Leopardo 2-E. Qu¨¦ d¨ªa de emociones. Soy un ni?o...