Salvador Artigas, el primer M¨ªster K. O.
La Real y el Bar?a comparten una figura singular: Salvador Artigas, que jug¨® y entren¨® en ambos. Piloto republicano, lleg¨® a ser seleccionador con Franco, en tr¨ªo con Mu?oz y Molowny.

La Real y el Bar?a comparten en su pasado una figura singular: Salvador Artigas, que jug¨® y entren¨® en ambos. Piloto republicano, lleg¨® a ser seleccionador con Franco, en tr¨ªo con Mu?oz y Molowny.
Nacido en 1913, seg¨²n unos en Talavera de la Reina, seg¨²n otros en Barcelona, jug¨® en el Bar?a fugazmente, en la temporada 32-33. Luego fue al Levante, en Segunda, y all¨ª le pill¨® la guerra. Se alist¨® en el ej¨¦rcito republicano. En el aer¨®dromo franc¨¦s de Agen aprendi¨® a pilotar el caza sovi¨¦tico Polikarpov I-16, el popular mosca, conocido as¨ª por su zumbido y su dise?o chato. Con ¨¦l particip¨® en la batalla del Ebro, donde se esfumaron las ¨²ltimas esperanzas de la Rep¨²blica. El 6 de febrero de 1939 pilot¨® el avi¨®n por ¨²ltima vez hasta Francia. Acab¨® en el campo de internamiento de Gurs, conocido como El Campo de los Vascos. De all¨ª le rescatar¨ªa Benito D¨ªaz, donostiarra, ex futbolista, que durante la guerra entren¨® en Francia. Le llev¨® al Girondins, donde volvi¨® a jugar. Luego pasar¨ªa por Le Mans y el Stade Rennais.
Regres¨® en 1949, animado por Benito D¨ªaz, que entrenaba a la Real desde 1943. Jug¨® a sus ¨®rdenes tres temporadas, hasta 1952. Se fue ya con 38 a?os, al Rennais, donde a¨²n juega hasta los 41. Y despu¨¦s lo entrena.
En la temporada 55-56 vuelve, ya como entrenador de la Real. Araquistain, que luego triunfar¨ªa en el Madrid, le recuerda como un adelantado a su tiempo: "En preparaci¨®n f¨ªsica, diet¨¦tica¡ Hab¨ªa aprendido en Francia, y aqu¨ª hab¨ªamos estado aislados". Le recuerda como muy buena persona, siempre en perfecto estado f¨ªsico: ¡°Peque?o, delgado, nada de alcohol, s¨®lo com¨ªa lo m¨¢s sano¡±. Tuvieron confianza y m¨¢s de una vez le cont¨® su ¨²ltimo vuelo, cuando no consigui¨® localizar su destino inicial, Toulouse y acab¨® orient¨¢ndose para aterrizar en Agen. Cinco temporadas entren¨® a la Real, todas en Primera. Luego vuelve a entrenar a Francia, al Girondins.
El Bar?a le ficha para la temporada 67-68 y su llegada va a causar sensaci¨®n. Aquella pretemporada ser¨¢ noticia nacional y le valdr¨¢ el apodo de M¨ªster K.O. El primer d¨ªa puso a todos a dar vueltas al campo, ¨¦l en cabeza. Cada cual se pod¨ªa retirar cuando se agotara. Luis Pujol, jugador de la ¨¦poca, me cuenta con asombro: "?Nos elimin¨® a todos! ?Se qued¨® solo! Y eso que ya ten¨ªa m¨¢s de cincuenta a?os. Pero era enjuto, peque?o, sin peso, con el pelo muy cortito, parec¨ªa un militar. Y era infatigable. Al final de las sesiones se tomaba un pu?ado de sales y beb¨ªa agua".
Estaban concentrados en Vallvidrera. Iban en autob¨²s al monte y desde all¨ª ten¨ªan que correr como una hora hasta el campo de entrenamiento. "La gente iba a ver aquello, y al llegar al campo ovacionaban a los primeros y pitaban a los ¨²ltimos. Delante llegaba siempre, con ¨¦l, Paredes, uno que fue juvenil conmigo, y que luego se fue al Sporting. Yo lo pasaba muy mal. A veces bajaba las cuestas de culo, porque no pod¨ªa m¨¢s. A veces hac¨ªa circuitos por el bosque. Mart¨ª Filos¨ªa y Rexach se escond¨ªan una o dos vueltas y se volv¨ªan a meter cuando ya hab¨ªa pasado el grupo". Tambi¨¦n introdujo las pesas, otra tortura que hasta entonces no se estilaba. "Era muy buena persona, muy correcto, siempre alegre. Pero eso aguant¨¢bamos, mal que bien¡".
Aquel Bar?a pele¨® por la Liga hasta el final. Fue segundo y luego gan¨® la Copa, en el Bernab¨¦u, al Madrid, en la c¨¦lebre final de las botellas. La segunda temporada fue tercero. En la Recopa lleg¨® a la final, pero la perdi¨® ante el Slovan de Bratislava.
Fue esa temporada cuando el viejo aviador republicano vivi¨® su experiencia como seleccionador nacional. Espa?a hab¨ªa quedado eliminada, a falta de tres partidos, del grupo de clasificaci¨®n para M¨¦xico-70. La Federaci¨®n decidi¨® encomendar la tarea de terminar aquello decentemente a Mu?oz, Molowny y Artigas, entrenadores del Madrid, Las Palmas y el Bar?a, los tres mejores de la Liga. Por supuesto, nadie sac¨® a relucir que Artigas hab¨ªa sido piloto republicano.
Empezaron ganando un amistoso a Suiza en Valencia; luego empataron con M¨¦xico en Sevilla, tambi¨¦n amistoso. Ganaron a Yugoslavia, 2-1, en Barcelona, en partido del grupo, aunque ya in¨²til. Fue su mejor partido. El cuarto y ¨²ltimo, fue un desastre: derrota en Finlandia, 2-0, que se vivi¨® como una humillaci¨®n. En descargo de aquello hay que decir que el partido se jug¨® acabada la temporada y sacando a casi todos los jugadores de sus vacaciones. Les sucedi¨® Kubala.
La campa?a 69-70 la inici¨® a¨²n Artigas en el Bar?a, pero cay¨® pronto, v¨ªctima de enredos de la directiva, en la que un grupo intent¨® contratar a Helenio Herrera, ganador de las dos ¨²ltimas ligas ganadas por el Bar?a, diez a?os atr¨¢s. Aquella crisis acab¨® con Helenio Herrera, sin Artigas y con ca¨ªda del presidente, Narc¨ªs de Carreras, al que suceder¨ªa Agust¨ªn Montal hijo.
Luego entrenar¨ªa al Elche, al Athletic y al Sevilla. Ya se estaba creando conciencia de una necesidad de mejorar la preparaci¨®n f¨ªsica. Su bonhom¨ªa facilitaba que muchos jugadores pasaran por el aro. Pero no todos. En el Sevilla se encontr¨® con una actitud chusca de dos de sus jugadores, Manol¨ªn Bueno, el que fuera eterno suplente de Gento, que al final de su carrera fich¨® por el Sevilla, y el c¨¦lebre meta Superpaco. Artigas citaba a los jugadores en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, se cambiaban, y se iban al trote a Alcal¨¢ de Guadaira, donde entrenaban. El regreso era igual, haciendo footing. Un d¨ªa, Bueno y Superpaco le alquilaron un borrico a un paisano y regresaron montados sobre ¨¦l. Cuando los compa?eros les vieron llegar se arm¨® la gorda. Ah¨ª termin¨® la carrera de Manol¨ªn Bueno.
Y la de Salvador Artigas. Ten¨ªa zapater¨ªas en San Sebasti¨¢n y Benidorm, y decidi¨® que ya estaba bien de f¨²tbol. Su vida se apag¨® discretamente, en Benidorm, a los 84 a?os.