El Madrid de las dos caras
A¨²n resuena la contundente e hist¨®rica, por in¨¦dita, victoria del Madrid en la cancha del Barcelona: 63-102. Es posible que no se vuelva a ver.
A¨²n resuena la contundente e hist¨®rica, por in¨¦dita, victoria del Madrid en la cancha del Barcelona: 63-102. Es posible que no se vuelva a ver. Al menos en muchos a?os. Quienes recordaran los 23 puntos de diferencia del Madrid de Ferr¨¢ndiz en 1968, han tardado 48 a?os en verla superada. En estos tiempos no es f¨¢cil ganar por tanta ventaja. Entre los minutos de la basura, que los jugadores se relajan y que las rotaciones dejan sitio a quienes menos juegan, las grandes diferencias en los partidos se suelen reducir sensiblemente al final. Incluso sucedi¨® en el Barcelona-Madrid del viernes. A falta de tres minutos, el Madrid ganaba por 45 puntos; al final se quedaron en 39. Hubo diversas circunstancias que propiciaron tan asombroso marcador en un encuentro de Euroliga con mucho en juego.
Para empezar, coincidieron un Barcelona mermado por las bajas y un Madrid plet¨®rico. Como hace dos semanas. Entonces venci¨® el Barcelona, pero el Madrid estuvo ausente. Es lo que tiene nuestra Liga, donde muchos partidos valen un pimiento. Eso lo saben los jugadores, lo que condiciona su actitud. El viernes, en cambio, el encuentro ten¨ªa su importancia. Los madridistas salieron enchufados y arrollaron al Barcelona. Jugaron como un aut¨¦ntico equipo, y al no ser s¨®lo Llull quien tirara del carro, fueron un hurac¨¢n. Los tapones de Randolph resultaron determinantes para intimidar a los azulgrana. El Barcelona qued¨® desvencijado, y en esas condiciones acus¨® m¨¢s las bajas. El Madrid, por su parte, tuvo la ocasi¨®n de mostrar su potencial, y se vio que cuando quiere, puede.