El trofeo m¨¢s valioso del mundo
Que el primer partido internacional de la historia del balompi¨¦, un Inglaterra-Escocia a cara de perro, se jugase en un campo de cr¨ªquet y terminase empate a cero, a pesar de que los ingleses alinearon ocho delanteros, no dice mucho en favor de los creadores del invento. Pero es que a los pioneros que se reunieron en la Freemason's Tavern de Londres el 26 de octubre de 1863 (apunten la fecha, este oto?o toca parranda por el 150 aniversario de nuestro Beautiful Game) y a los locos que siguieron aquellas primeras reglas no les hab¨ªa tocado Dios con la varita del talento en los pies. Por eso tuvieron que compartirlo con el resto del mundo para transformarlo con el tiempo en algo muy parecido al arte. No importa. Los brit¨¢nicos han hecho una cosa todav¨ªa m¨¢s bonita que inventar el f¨²tbol: lo han preservado en las mejores condiciones, han cuidado su legado y sus tradiciones hasta convertirlo en lo que Sacchi defini¨® como la cosa m¨¢s importante de las cosas menos importantes de la vida. Cuando en Espa?a decimos que tambi¨¦n nos gusta el f¨²tbol, el deporte sin el ruido, el juego desnudo, deber¨ªamos mirarnos en ese espejo brit¨¢nico para tomar nota. Ellos han sabido convertirlo en cultura. De la buena: la popular. Sin ¨ªnfulas, con respeto. Y guardan en su Museo Nacional el trofeo m¨¢s valioso, una victoria que ya no les pueden arrebatar: aman el f¨²tbol como nadie en el mundo.