Marta Dom¨ªnguez y don Tancredo
Javier Guill¨¦n, director de la Vuelta, ha dicho que ¡°los equipos est¨¢n haciendo los deberes para limpiar el ciclismo¡±. Cierto. El ciclismo se ha atado los machos y se muestra inflexible con el dopaje hasta el extremo de que los propios equipos apartan a sus corredores en cuanto se ven envueltos en alg¨²n tipo de esc¨¢ndalo. Antes no era as¨ª. Antes se negaba la mayor. Y as¨ª le fue al ciclismo, que cay¨® en barrena, y a¨²n hoy en d¨ªa sufre las consecuencias. Pues el atletismo bien que pod¨ªa tomar nota, pero aqu¨ª con el caso de Marta Dom¨ªnguez todo el mundo, pol¨ªticos incluidos, prefiere hacerse el don Tancredo. Nadie sabe, nadie contesta. Marta Dom¨ªnguez no es culpable de nada, pero tampoco ha conseguido difuminar unas sospechas que vienen de largo.
Sospechas que se remontan a 2001, cuando en los Mundiales fue segunda detr¨¢s de la rusa Yegorova, quien hab¨ªa dado positivo con EPO en un control de orina. La IAAF no reconoci¨® el m¨¦todo franc¨¦s y permiti¨® que corriera bajo el abucheo del p¨²blico y las cr¨ªticas de sus rivales, a excepci¨®n de Marta Dom¨ªnguez: ¡°Mientras no se demuestre su positivo hay que felicitarla¡±. Sospechas que vienen de su presunta implicaci¨®n en las Operaciones Puerto y Galgo. Sospechas que no despej¨® cuando en una rueda de prensa se neg¨® a contestar preguntas comprometidas. Sospechas que se producen al haber estado entre las atletas sometidas en la IAAF a continuos controles en los ¨²ltimos a?os. Pues cuidado, que a veces al don Tancredo tambi¨¦n le pilla el toro.