El Bar?a, verdugo y modelo
Evitemos que los ¨¢rboles nos impidan ver el bosque. En Madrid estamos tan obsesionados por calibrar la evoluci¨®n del Proyecto Messina que no dedicamos la atenci¨®n debida al Prototipo Pascual, que es una joya de orfebrer¨ªa perfectamente engarzada, un modelo para el propio Real Madrid y todo conjunto que aspire a triunfar. Anoche, en el rugiente Palau, los primeros minutos fueron reveladores. Mientras los titulares madridistas parec¨ªan estatuas de hielo, los te¨®ricos suplentes que coloc¨® Pascual en el cinco de salida (Grimau y Perovic) abrumaban a sus oponentes en ataque y defensa, con una intensidad y confianza admirables.
El secreto de este Bar?a, la f¨®rmula de alquimia que busca tambi¨¦n el Madrid se resume en una palabra: equilibrio. Una palabra, una virtud, con m¨²ltiples facetas. Equilibrio entre ataque y defensa, entre titulares y suplentes, entre juego interior y exterior, y entre nacionales y extranjeros. M¨¢s que un equipo de club, el Bar?a parece una selecci¨®n nacional, por la profundidad del banquillo, el reparto de minutos y el protagonismo que el t¨¦cnico concede a los doce jugadores. Todos brillan sin que ninguno suela superar los diez tiros por encuentro. En su eterno rival, el Madrid tiene a la vez un verdugo y un maestro.