Una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n para llegar al GP de Abu Dhabi

Dos ciclistas rodean la enorme plaza de Yas Marina, donde se concentra la oferta hotelera, en la ma?ana del martes. Se dirigen hacia el circuito. Al cabo de un par de minutos vuelven a pasar. Despu¨¦s, otra vez. Y otra m¨¢s. Hacen c¨ªrculos por las ¨²nicas dos calles habilitadas para que el personal de la F¨®rmula 1 se mueva durante la semana del ¨²ltimo gran premio del a?o. Abu Dhabi no es una burbuja, sino una ¡®biosfera¡¯, ha bautizado la FIA. Y el protocolo COVID-19 es a¨²n m¨¢s estricto, sin contacto con el exterior, porque as¨ª lo ha impuesto el pa¨ªs anfitri¨®n.

La llegada desde Bahr¨¦in se produjo a lo largo del lunes en una docena de vuelos fletados por el organizador. La Terminal 3 del aeropuerto de Abu Dhabi se destin¨® exclusivamente para la F1 y en cada avi¨®n se trasladaron, convenientemente espaciados y separados por gremio y equipo, los cerca de 1.500 miembros que componen el paddock. A su llegada, esperas, test de PCR, control de pasaporte y un autob¨²s o coche escoltado por la polic¨ªa para llegar al hotel.

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Al acercarse a Yas Marina, segundo control fronterizo: entras en la biosfera, cercada por una valla negra, un camino que s¨®lo tiene un sentido. Ya en el hotel, una comitiva de trabajadores vestidos con Equipos de Protecci¨®n Individual (EPI) reciben al viajero, le conducen a una sala para agilizar el check-in, no en la recepci¨®n, y le conducen a su habitaci¨®n, que nadie abandona hasta la ma?ana siguiente cuando se ha recibido el resultado del test. Y eso que cualquiera que haya estado en Bahr¨¦in tuvo que pasar al menos cuatro pruebas PCR durante semana y media.

Entonces, ya con el negativo, una pulsera verde te permite desplazarte entre los hoteles y hasta el trazado de Yas Marina y desaparecen los operarios ataviados con los EPI. Pareci¨® un mal sue?o, o una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n. Hasta que la valla negra te recuerda tu nuevo radio de acci¨®n.