Sauber, harto de la desigualdad: "La competici¨®n ya no es justa"
Su jefa, Monisha Kaltenborn, asume con frustraci¨®n que no se haya querido cambiar nada y se queja de los equipos que tienen privilegios.


Pelearon contra el poder, y perdieron. Hay valientes que luchan para acabar con las injusticias, pero la mayor¨ªa tienen que darse por vencidos ante los que mandan. Eso es lo que ha asumido el equipo Sauber despu¨¦s de tratar de acabar, junto con Force India, con el desequilibrado reparto de los ingresos de la F¨®rmula 1?que permite que los grandes equipos conserven su potente m¨²sculo. La FIA y la FOM no atendieron sus peticiones y la denuncia que pusieron ante la Uni¨®n Europea no ha tenido efecto.
"Es un poco decepcionante, ya que tenemos un deporte fant¨¢stico, tenemos un producto fant¨¢stico y las controversias tambi¨¦n hacen que sea emocionante, de lo contrario, ser¨ªa bastante aburrido. No se necesita mucho para cambiar nuestro deporte, por eso fue frustrante, porque realmente intentamos hablar con las partes interesadas y tratar de conseguir que cambiasen algo", explica resignada Monisha Kaltenborn, jefa del equipo suizo, en declaraciones a ¡®Motorsport¡¯.
La india se queja de que equipos como Ferrari, Mercedes, McLaren o Red Bull sean los que manejen los hilos del Mundial y lo conviertan en algo injusto: "Todos saben c¨®mo se alcanzan los acuerdos y la peor parte es que est¨¢ teniendo un enorme impacto, est¨¢ dando lugar a una competici¨®n que ya no es una justa. Tiene que ver con los equipos que consiguen privilegios en la elaboraci¨®n de normas y la distribuci¨®n comercial. Y si eso afecta la competici¨®n, es algo que contra lo que luchamos".
"Todo lo que queremos es un terreno de juego. Eres bueno o malo, eso es cosa tuya, pero hoy en d¨ªa, Force India, nosotros y un par de equipos m¨¢s, podr¨ªamos estar entre los tres primeros, pero nunca podremos conseguir ese tipo de ingresos. Nunca podr¨ªamos tener ciertos poderes normativos que otros equipos tienen con independencia de d¨®nde se encuentren, y eso no puede ser correcto", finaliza su amarga exposici¨®n Kaltenborn. En la F1, como en la vida, las desigualdades est¨¢n a la orden del d¨ªa.