Fallen Legion: Rise to Glory, an¨¢lisis
Tras un paso discreto y dividido en varias partes en otras plataformas, los usuarios de Switch recibimos de YummyYummyTummy la versi¨®n completa de Fallen Legion, este fren¨¦tico juego de combates de acci¨®n y rol en dos dimensiones que presenta desaf¨ªos ¨²nicos al jugador en mitad de una tormenta pol¨ªtica.
Una vez m¨¢s, los usuarios de Switch reciben un port de un juego nacido en otra plataforma aunque, en el caso de Fallen Legion, se trata de un t¨ªtulo que sali¨® en parte para PlayStation 4, otra parte para PS Vita y luego el bundle entero se edit¨® para PC. La versi¨®n que recibe la consola de Nintendo es la ¨²ltima, la que engloba ambos lanzamientos con adem¨¢s algunos a?adidos extra. De esta manera lo que vino a ser Fallen Legion: Sins of a Empire y Fallen Legion: Flames of Rebellion se transforman ahora en el Fallen Legion: Rise to Glory, donde podremos experimentar este juego de acci¨®n y rol donde dos facciones se pelean por el ascenso al poder y verlo desde ambos puntos de vista sin tener que comprar las campa?as por separado y a un precio contenido, por debajo de los 40 euros. La desarrolladora YummyYummyTummy nos propone una aventura de acci¨®n en dos dimensiones con ligeros toques de rol en la que nos situaremos en la piel de la princesa Cecille, heredera al trono, o bien de parte del Legatus Laendur, un brillante mago y general del ej¨¦rcito que se siente en la obligaci¨®n de reclamar el poder para s¨ª mismo. A lo largo de varias horas de juego, entraremos en un mundo repleto de intrigas pol¨ªticas, intereses cruzados, alianzas y traiciones¡ todo ello mientras aniquilamos enemigos tan variopintos como soldados, hydras, abejas gigantes, magos, bichos de todo tipo, ¨¢rboles enfurecidos y todo tipo de seres surgidos del mundo de fantas¨ªa de Fallen Legion.
Para empezar, lo bueno.
Hay principalmente tres cosas que hace bien Rise to Glory; la primera a destacar es su estilo gr¨¢fico, con fondos dibujados a mano y animaciones realizadas con mucho cari?o. La vista lateral bidimensional da la impresi¨®n tanto al jugador como al espectador de estar leyendo un libro p¨¢gina a p¨¢gina, y la ausencia total de scroll provoca que cada combate parezca una sucesi¨®n de fotograf¨ªas que especialmente lucen fenomenal en los pantallazos. A eso se le une su espectacular banda sonora, adecuada perfectamente a todos los momentos del juego y muy superior tanto en calidad como en cantidad a t¨ªtulos de much¨ªsimo mayor presupuesto. Es muy f¨¢cil sentirnos atrapados y cautivados por su estilo tan peculiar, como si realmente estuvi¨¦ramos inmersos en esa historia de fantas¨ªa que los personajes tratan de explicarnos. Y ese ardid estil¨ªstico, tan barato de realizar pero a la vez tan dif¨ªcil de hacer bien, es una de las grandes bazas del juego.
Otra de las razones por las que adquirir Fallen Legion es indudablemente su historia; es indudablemente una opini¨®n personal que var¨ªa de jugador a jugador pero es innegable que no son muchos los juegos que no tratan al jugador como un idiota, intentando endulzar y masticar cada detalle de su argumento de forma que se suele rebajar tanto su profundidad que acaba siendo plano como una mesa. Aqu¨ª estamos hablando de situaciones pol¨ªticas con cierta complejidad, con acciones y reacciones que tienen sentido y l¨®gica y que piden al jugador - tanto pasivamente como de forma activa - que tome partido en ellas. A menudo nos encontraremos estando en desacuerdo con las conclusiones a las que llegan los protagonistas, pero no estamos ante un sandbox de final abierto; no se pretende que tengamos la sensaci¨®n de total libertad sino de que podamos influir en la toma de decisiones mientras lo observamos desde un plano superior. Y, con franqueza, que la historia est¨¦ dirigida a un p¨²blico m¨¢s adulto, para variar, sienta bien.
La tercera y definitiva raz¨®n por la que el t¨ªtulo hace m¨¦ritos es su sentido del ritmo. Su fren¨¦tico sentido del ritmo. Su, a veces, desmesurado sentido del ritmo. Pero no cabe duda que su f¨®rmula plantea un estilo de juego anaer¨®bico, en el que de manera muy habitual nos encontraremos conteniendo la respiraci¨®n mientras combatimos y se nos acelera el pulso durante algunos encuentros mientras se nos solicita una atenci¨®n que siempre es m¨¢xima. Breves p¨¦rdidas de dicha atenci¨®n pueden ser fatales en el desarrollo del combate, con picos de dificultad que podr¨ªan hacer que Fallen Legion fuese el Dark Soul---..., con picos de dificultad que podr¨ªan hacer que Fallen Legion fuese considerado un juego complicado y en algunos momentos frustrante. Pero de ritmo, lo que se dice ritmo, el juego va sobrado.
Los problemas crecen
Sin embargo, una de las principales causas que puede echar para atr¨¢s a un potencial comprador del juego est¨¢ intr¨ªnsecamente unido a esta mec¨¢nica del juego. El control de los personajes est¨¢ ligado a los botones delanteros de la consola: con cada bot¨®n provocamos que uno de nuestros avatares ataque. Con mejor timing o alterando el orden conseguiremos efectos distintos sobre nuestros rivales o realizaremos golpes especiales, sumado a un gatillo para bloquear. Mientras bloqueamos no se recupera la ¡°energ¨ªa¡± para atacar y el juego premia el llamado ¡°bloqueo perfecto¡±, que consiste en bloquear justo en el momento de recibir un ataque, para recuperar man¨¢ y seguir atacando, intercalando magias por aqu¨ª y por all¨ª. Es un delicado equilibrio entre mantener una actitud ofensiva con lucidez defensiva para evitar el mayor da?o posible y a la vez acabar r¨¢pidamente con nuestros adversarios. Y sobre el papel funciona bastante bien. La l¨¢stima es que muchas de estas cosas, lejos de premiar la habilidad del usuario como jugador, solamente funcionen cuando se hacen por impulso y es frecuente la sensaci¨®n de haber superado o no haber superado un encuentro por suerte o mala suerte. Y eso hace flaco favor a un videojuego.
A menudo suceden tantas cosas en pantalla que uno no es capaz de ver que un enemigo est¨¢ atacando; a veces sus ataques suceden con tan poca indicaci¨®n en pantalla que la forma de bloquearlos es ir pulsando el gatillo con la esperanza de dar con el momento perfecto. En ocasiones, sin embargo, los dioses de la aleatoriedad nos brindan la magia de que un adversario no realice tres veces seguidas un ataque demoledor que nos quita el 50% de la vida a todo el grupo. Estas situaciones, estas muertes que nos obligan a repetir un nivel entero, son tan gratuitas como injustas: rampas de dificultad que en nada sirven excepto para alargar la duraci¨®n del t¨ªtulo de forma artificial y a?adir tedio a un juego que, no lo olvidemos, lo ¨²nico que tiene es ofrecer al jugador combate tras combate tras combate y nada m¨¢s. Si como desarrolladora solamente tienes una carta que ofrecer a tu consumidor, es necesario evitar por todos los medios que esa situaci¨®n le resulte pesada al cliente. Y, en demasiadas ocasiones, nos encontramos resoplando ante la necesidad de repetir algo por causas terriblemente arbitrarias.
El elefante
Dec¨ªa Buda que si ense?as a varios expertos solamente una parte de un elefante, todos lo describir¨¢n de una forma distinta pero ninguno te dir¨¢ c¨®mo es un elefante. Fallen Legion se centra en la relaci¨®n de los dos personajes protagonistas, Cecille y Laendur, de forma directa e indirecta, y en c¨®mo afrontan el problema de la sucesi¨®n al trono cada uno desde su punto de vista pero solamente obtendremos una imagen completa cuando superemos todas las misiones desde ambos bandos. A medida que avanza cada una de las campa?as podremos ir tomando decisiones que afectar¨¢n en cierta medida a la moral de nuestra tropa; algunas de estas decisiones se realizan al vuelo durante el desarrollo de los niveles a cambio de ciertas recompensas (items, bufos para el combate, etc.), en lo que al principio se nos antoj¨® como un sistema que resum¨ªa muy bien la necesidad de resolver problemas de forma inmediata equilibrando sacrificios y recompensas. Al final nos encontramos realizando las acciones que nos beneficiaban m¨¢s para superar un nivel en lugar de pensar en el bien de la campa?a, porque el efecto real en la moral de los soldados era m¨¢s bien menor. Creemos que esto es algo que se podr¨ªa haber implementado mejor.
Tambi¨¦n es una pena que no se haya ahondado m¨¢s en la historia del universo de Fallen Legion, como tampoco en la de los Exemplars, que son las unidades que invocamos en combate y que escogemos al iniciar un nivel. Las hay de car¨¢cter m¨¢s ofensivo, otras m¨¢s defensivo y otras con roles m¨¢s de apoyo, todas ellas con la posibilidad de evolucionar hacia unidades mejores tras un tiempo us¨¢ndolas; pero dado que se les da nombre propio, hubiese resultado atractivo conocer m¨¢s ellas. De la misma manera hubiese ayudado que el juego llegara con doblaje o traducci¨®n al castellano, por lo menos en nuestra versi¨®n, defecto del que tambi¨¦n adolec¨ªan las versiones de PlayStation, aunque por lo menos hay que reconocer que las voces en ingl¨¦s est¨¢n bastante bien logradas y aunque la tem¨¢tica puede ser m¨¢s densa de lo habitual, no resulta dif¨ªcil seguir el desarrollo del argumento.