Civilization: Beyond Earth

El futuro al que nos transportará Civilization: Beyond Earth, se veía aún más lejano cuando el primero de la saga fue publicado allá en 1991. Sid Meier había ido probando suerte con distintas ideas, y aunque algunas de ellas obtuvieron bastante reconocimiento -como Pirates! o Railroad Tycoon- la serie a la que pertenece el juego que hoy analizamos, ha sido sin duda la de más éxito. Esta nueva entrega quiere dar un nuevo giro a la conocida saga, y para ello no era suficiente con el planeta Tierra, sus civilizaciones y personajes históricos. Este spin-off de la serie ambienta todos sus acontecimientos en un futuro no tan lejano, en el que la humanidad se ve obligada a abandonar su hogar en busca de un nuevo comienzo. Así, decimos adios a las civilizaciones clásicas y modernas de Civilization, para dar la bienvenida a las 8 nuevas facciones que se embarcaran en este viaje tan esperanzador.

Franco-Iberia, Protectorado Kavithano, CRA, Unión Africana, Polistralia, Brasilia, Cooperativa Panasiática o Federación Eslava, son los nombres de los bandos existentes en la partida, si bien su función es ligeramente distinta a la de otros juegos de la saga. Tendremos que escoger uno de ellos, ciertamente, aunque esta elección se refiere más al mecenas que ha costeado la expedición que a la nación a la que representamos... Si bien será este mecenas el que nos identifique frente a otras facciones. Tampoco se trata de una opción meramente estética, ya que cada una nos proporciona un beneficio propio que se irá combinando con las otras 3 elecciones que debemos hacer antes de iniciar una partida. El siguiente aspecto será el tipo de Colonos que se embarcaron en nuestra expedición: Científicos, refugiados, aristócratas, ingenieros o artistas. De nuevo, cada uno con diferentes ventajas.

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También debemos elegir la Tecnología ?nica que llevaba nuestra nave espacial, lo que nos ofrecerá nuevas ventajas iniciales. Por último, el tipo de Carga que transportábamos, lo que nos permitirá empezar con unidades adicionales, o población. La cantidad de combinaciones es bastante alta, lo que suple con creces la limitación de 8 bandos iniciales respecto a la gran cantidad de civilizaciones que suelen aparecer en la saga. Además, durante la partida, estas facciones se complementarán con una serie de Potencias Menores -al estilo de las vistas en Civilization V- y el bando más temible de todos: Los alienígenas. Evidentemente, que nadie piense que la fauna local iba a dejarnos campar a nuestras anchas por su hogar, saquear sus recursos y transformar su entorno para dar cabida a nuestras ciudades e infraestructuras. Algo parecido a lo que pudimos ver en Pandora: First Contact, pero al estilo de Sid Meier.

El último paso es elegir un planeta en el que tendrá lugar este nuevo comienzo. Existen 3 tipologías base -Proteano, Terrano o Atlante- aunque podemos optar por alguno de los planetas con condiciones más extremas. Una vez acabada la configuración de la partida, que podremos habernos saltado con la opción de Jugar ya, se nos permite escoger un punto en el que ubicar nuestra primera colonia, que a su vez será la capital de los dominios que controlaremos en este inhóspito planeta. Y, en este punto, la estética de Civilization ya es completamente reconocible: Cualquiera que haya pasado algunos minutos frente a la 5? entrega de la saga, no tendrá casi problemas para hacerse con los controles de Civilization: Beyond Earth. Ojo, que esto no significa que todas las mecánicas vayan a ser exactas. Para dar cabida a este nuevo mundo, Firaxis ha introducido algunas novedades, y realizado unos pocos cambios.

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En primer lugar, Beyond Earth presenta un sistema de misiones y objetivos, que puede ayudarnos a orientar nuestras acciones. Mediante las mismas, se conforma una ligera trama que dará forma a nuestros avances durante el juego y que, si bien no es obligatorio seguirla, nos otorgará sustanciosas recompensas. Por otro lado, frecuentemente se nos dará la opción de tomar decisiones sobre el desarrollo de nuestra colonia. Generalmente, estas opciones surgen para aportar modificaciones a los edificios que hemos desbloqueado, ofreciendo nuevas posibilidades. Por poner un ejemplo, en cierto momento podremos escoger que las vallas perimetrales que protegen la colonia frente a la fauna local tengan un alcance mayor, o protejan eficientemente a nuestras caravanas comerciales... De esta manera, el juego ofrece nuevas variantes para que cada jugador adapte su avance como prefiera.

También se nos presenta un sistema de Afinidades, con 3 posibles ramas: Armonía, Pureza y Supremacía. La primera se basa en la integración total con el nuevo entorno, la segunda en respetar y conservar la humanidad a pesar de la nueva localización y, la tercera, en dominar el entorno conforme a nuestras necesidades. Podemos avanzar en cada una de ellas por separado, desbloqueando niveles en función de las decisiones que tomemos para los eventos emergentes, las misiones realizadas y algunas investigaciones concretas. Alcanzar cierto rango en una de las ramas, nos proporcionará nuevas ventajas, así como la posibilidad de Modernizar nuestras unidades de combate. Este sistema funciona perfectamente en unión con la línea de misiones, dotando al juego de una serie de objetivos opcionales que proporcionan una nueva dimensión a la clásica mecánica de Civilization.

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El mapa se divide -no podría ser de otra manera- en hexágonos. Cada uno de ellos nos proporcionará una serie de recursos básicos y modificadores a la producción de los mismos. Los Alimentos son necesarios para el crecimiento de la población, mientras que la Producción marca el ritmo con a la hora de construir edificios o tropas en una ciudad. Los puntos de Ciencia que ganemos será importantes para avanzar en el árbol de tecnologías, y la Cultura se utiliza tanto para marcar los turnos necesarios para que las ciudades amplíen su área de influencia como para adquirir Virtudes. Por último, la Energía es el equivalente al oro y se requiere para mantener las ciudades y tropas, o comprarlas sin pasar por la cola de construcción. No hay que olvidarse de prestar atención a la Salud, que sustituye al Descontento de anteriores entregas. Además existen Materias Primas que son necesarias para edificios y unidades especiales: Xenomasa, Titanio, Petróleo, Piedra Flotante y Firaxita.

Estos recursos estarán disponibles para su recolección desde el principio: Será necesario investigar para acceder a ellos. Aquí es donde llega otro de los cambios en Civilization: Beyond Earth, y es que el árbol de investigación ha variado ligeramente respecto a la saga. Ya no sólo en tecnologías -recordad que empezamos directamente en el futuro, no en la Edad de Piedra- si no en su configuración. Cada tecnología cuenta, a su vez, con una o dos investigaciones adicionales. Estas son opcionales, solamente accesibles previa investigación de su ciencia de salida y algo más caras que esta, pero nos proporcionarán ventajas extra a las que no podrán acceder los que se conformen únicamente con la tecnología más básica. Por ejemplo, Genética nos ofrece la oportunidad de continuar la investigación, desarrollando Formas de Vida Alienígenas y/o Cartografía Genética. De nuevo, mayor amplitud de opciones para el jugador.

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Otra forma de personalizar el desarrollo de nuestra colonia, son las Virtudes. Cada vez que alcancemos cierta cantidad de puntos de Cultura, podremos comprar una de estas ventajas, disponibles en 4 vertientes. Poder recoge modificadores y mejoras militares, Prosperidad se basa en el crecimiento y la población, Conocimiento en el avance científico e Industria en la producción. Cada vez que adquirimos 5 Virtudes del mismo tipo, obtendremos un bonificador por sinergía. Igualmente, cada cierta cantidad de avances -sin importar la categoría- nos ofrecerán una ventaja gratuita adicional. Sus beneficios van desde la adquisición directa de unidades, trabajadores o colonos gratuitos, hasta aumentos de la Energía obtenida por el comercio o la Producción de tropas... Llegados a este punto, es curioso observar como un juego que comienza con 8 facciones distintas, ha acabado por ofrecer tanta libertad de personalización.

El nuevo planeta es un hervidero de peligros -aunque uno se afane en respetar a las formas de vida autóctonas- comenzando por su entorno. Nos encontraremos con casillas plagadas de Miasma, un gas beneficioso para la fauna local, ya que puede sanarla, pero muy venenoso para los terrestres. También hallaremos seres de distintas formas y tama?os: Escarabajos-lobo, Quimeras, Kraken, ... Suelen originarse en Nidos Alienígenas que podremos destruir, para evitar que siga aumentando su número y recibir algo de Energía como recompensa. Eso sí, los alienígenas responderán a nuestra hostilidad: Si bien en un principio se pueden comportar de forma más errática y pasiva, su comportamiento se irá volviendo más violento si no dejamos de atacarlos. Por otro lado, si dejamos pasar un tiempo entre ataques, su furia se irá enfriando. Algunas Afinidades afectan a estos elementos.

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Por eso, avanzar por el mapa a placer no siempre es tan fácil... La fauna local, que podría no permanecer impasible a nuestro avance, y atacarnos... Incluso sin mediar provocación. Aunque muchas veces son manadas o enjambres de una peligrosidad baja o media, en ocasiones nos podremos encontrar con verdaderos monstruos gigantescos, capaces de aplastar una unidad con un único ataque y hasta destrozar ciudades en unos pocos turnos. En el nuevo mundo también hallaremos Cápsulas de Recursos y sitios pararealizar Excavaciones. Tanto unas como otras nos proporcionan algunasrecompensas al usarlas, aunque las segundas tienen que ser desarrolladaspor una unidad de Exploradores, gastando un equipo de excavación yusando unos pocos turnos en la tarea. Por supuesto, sus beneficiostienden a ser mucho mejores.

Pero el mayor problema para nuestro avance pueden ser las nubes de Miasma que encontraremos, ya que nos irán debilitando. Esto puede solucionarse cuando lleguemos a desarrollar la posibilidad de que nuestros Trabajadores puedan eliminar el Miasma de las casillas, con la Afinidad de Armonía o, con las nuevas Unidades Orbitales. Estas unidades, que pueden fabricarse en las ciudades, son satélites especializados que podremos poner en órbita durante un tiempo limitado, con distintos efectos sobre una zona del mapa. Algunos sirven para despejar el Miasma de los hexágonos, mientras que otras nos otorgarán una bonificación a la Energía que se produzca en algunas casillas. También hay Unidades Orbitales destinadas al combate o a la defensa, complicadas de derribar si no se cuenta con Artillería. Pero. como decíamos, no son eternas, y solamente estarán en órbita durante unos pocos turnos.

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Civilization: Beyond Earth también tiene un apartado -bastante básico- para el espionaje. Llegado cierto momento, podremos enviar a nuestros agentes a realizar misiones en ciudades propias o ajenas, o bien destinarles a la Sede para que se encarguen de alguno de los proyectos de Inteligencia disponibles. Solamente podemos tener un proyecto activo en cada momento, y sus beneficios dependerán de la cantidad de agentes ubicados en el mismo. Por supuesto, nuestros hombres pueden realizar labores de contraespionaje, para intentar frustrar los intentos de las facciones enemigas. Cada ciudad cuenta con un nivel de Intriga, que nos indica la amenaza del espionaje dentro de la misma. Agentes enemigos contribuyen a aumentar este valor, mientras que destinar a nuestros espías servirá para disminuirlo en nuestras propias ciudades, donde nos interesará que el indicador sea más bien bajo.

En cuanto a Unidades y combates, su desarrollo es exacto al de Civilization V. Contaremos con un tipo de unidad de cada categoría, conforme vayamos desbloqueando tecnologías: Infantería, A distancia, Vehículos, Artillería, Naval y Aérea. Estas tropas básicas pueden Modernizarse cuando alcancemos un nuevo nivel para alguna de las Afinidades. Aunque el primero es común en todas, los siguientes son propios para cada una de las Afinidades. Por lo tanto, los Marines podrían modernizarse a Luchador, Centinela o Discípulo, según si el avance lo ha proporcionado la Afinidad de Armonía, Pureza o Supremacía. Además, cada avance aportará una modificación a la tropa, a elegir entre dos disponibles. También podremos acceder a unidades especiales, que se salen de estas categorías, como tropas alienígenas convertidas a nuestro bando o unidades especiales.

Civilization: Beyond Earth, como es habitual en la saga, nos ofrece distintos tipos de Victoria para evaluar el posible final de la partida. En cualquier momento podemos ver lo cerca que está cualquier facción de alcanzar alguno de los objetivos existentes, de forma que tengamos la oportunidad de poner freno a su avance. Por último -como todo Civilization- también se incluyen la posibilidad de construir Maravillas, aunque estas ya no son las que conocemos de títulos anteriores. Sin embargo, su funcionamiento es el mismo: Solamente puede construirse una de ellas, y proporcionará generosos beneficios a quién logre edificarla antes que los demás. En cuanto a nuestra relación con otras facciones, el grado de simpatía con cada una de ellas se basará tanto en nuestras acciones como en la Afinidad que hayamos decidido desarrollar. Si coincidimos en las ideas, nos podremos llevar mejor.

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El funcionamiento del juego, al tener un desarrollo por turnos, es exacto tanto en solitario como en partidas para varios jugadores... Con la posibilidad de partidas multijugador Hot-seat, en un mismo equipo. Quizás, con la ventaja de que en las últimas podremos quitarnos algún que otro rival controlado por la IA, que no atraviesa su mejor momento en este juego. Y es que es en la Diplomacia donde el juego parece cojear más: Las negociaciones de la IA suelen ser bastante absurdas, y en ocasiones sus peticiones no coinciden con los diálogos que se han escogido para ellas. De hecho, el aumento del nivel de dificultad de la partida no se basa en que su comportamiento pueda ser más "astuto", si no en que las facciones rivales comiencen con más recursos de partida. Muchas veces, no ofrecen una oposición digna ni en el ámbito militar, contando con muy pocas unidades o atacando a las unidades menos convenientes para evitar la derrota.

Sin embargo, lo cierto es que Firaxis Games ha conseguido un grupo de mecánicas que funcionan muy bien en conjunto, con ideas que seguramente se acabarán exportando a los próximos títulos de la saga. El juego ofrece muchísima libertad, tanto a la hora de configurar nuestra facción como en su desarrollo posterior durante la partida. Por lo tanto, es complicado que dos partidas de Civilization: Beyond Earth acaben siendo iguales, lo que otorga una altísima re-jugabilidad, y alargará mucho su vida útil. A pesar de las novedades, su funcionamiento es muy similar al de los elementos ya habituales en la saga, por lo que todos aquellos que hayan pasado por algún título previo de la serie, podrán hacerse rápidamente con los mandos. Solamente el entorno, y la cantidad de unidades diferentes, eclipsan un poco la inmensa amplitud de opciones que llegan a ofrecer el resto de elementos del juego.

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A nivel visual -y salvando los nuevos dise?os para que tanto el escenario como las unidades y edificios cumplan con los cánones de la ciencia ficción- las diferencias con Civilization V son más bien escasas. No hay cambios sustanciales en la forma escogida para ofrecer la información al jugador, salvo que también se ha optado por una interfaz de aspecto futurista. Lamentablemente, ya no existe la variedad de modelos de unidades o ciudades que sí aparecían en la 5? entrega de la saga. Aunque los dise?os de tropas y urbes cambian con nuestra Afinidad, muchas veces solamente podremos usar los colores para distinguir a quién pertenece cada elemento. Quizás se podría haber usado algún estilo diferenciador para cada una de ellas, a?adiendo elementos propios de cada facción a cada uno de los avances.

El sonido, como ya nos viene acostumbrando la compa?ía, vuelve a ser magnífico. Civilization: Beyond Earth cuenta con una banda sonora digna de cualquier largometraje de ciencia ficción, con pistas realmente épicas y buena variedad. Además, cuenta con voces para los representantes de cada una de las 8 facciones. Como también viene siendo norma de la casa, cada una hablará en su propio idioma, si bien tendremos acceso al texto traducido en castellano dado que todo el juego viene localizado a nuestro idioma. Por otro lado, las espectaculares cinemáticas sí que cuentan con voces en castellano, y realmente son dignas de ver. El trabajo técnico de Firaxis para este spin-off es magnífico, a pesar de que no parezca haber innovado demasiado desde Civilization V. El rendimiento, por otro lado, es bastante bueno, aunque el tiempo entre turnos tienden a alargarse bastante cuando la partida está avanzada.

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