Wolfenstein: The New Order, Impresiones
Una de las franquicias clave tanto en la infiltraci車n como posteriormente en el g谷nero FPS, Wolfenstein regresa con una entrega dispuesta a hacer honor a una saga que no ha brillado tanto en sus entregas m芍s recientes. Bienvenidos a unos dist車picos A?os 60, en los que los nazis rigen con mano de hierro.

Cuando se anunci車, la gente puso en duda la necesidad de la recuperaci車n de una franquicia de calidad, pero algo olvidada en el tiempo, como es el caso de Wolfenstein. Sin embargo, aquel tr芍iler de The New Order que serv赤a como carta de presentaci車n del t赤tulo -al ritmo de All Along the Watchover de Jimi Hendrix- no hac赤a honor a lo que verdaderamente ver赤amos en el E3 y que hemos podido recuperar en esta Gamescom. Con una demo nueva disfrutada a puerta cerrada, sobre un PC de gama alta y un mando de Xbox 360 como control, nos ha quedado bastante claro MachineGames y Bethesda se han tomado en serio el renacer de la licencia. No obstante, se nos hicieron algunos apuntes. Uno, que estamos en Alemania y que toda la violencia del juego podr赤a rebajarse en este pa赤s (aviso, claro, para los periodistas locales) y dos, que se trataba de una versi車n no definitiva y que por tanto pod赤a tener errores. Dicho y hecho, algunas f赤sicas torpes, enemigos que tras morir giraban sobre s赤 mismos, como un ragdoll ortop谷dico, e incluso un cuelgue cerca del final de la demo. Se lo perdonamos, abrazando la presunci車n de inocencia, porque aunque hay alg迆n problema relacionado con el dise?o de fases (en este primer contacto nos ha parecido algo ca車tico) tambi谷n hay elementos que merecen la pena destacarse.
Asalto al castillo
Wolfenstein: The New Order inicia su narraci車n en 1946 y luego salta hasta los a?os 60, planteando un universo alternativo en el que los nazis ganaron la II Guerra Mundial. La demo que pudimos probar era la del primer cap赤tulo del juego, teniendo m芍s o menos lugar a los 45 minutos de su inicio (inmediatamente tras el pr車logo), siendo el objetivo eliminar al doctor Deathshead. Para ello tom芍bamos control de William "B.J." Blazkowicz y su escuadr車n, aunque la cosa no sal赤a nada bien, por decirlo suavemente. El primer segmento de juego presentaba acci車n vertical, con una subida con cuerda por el exterior de un castillo. Varios nazis aparec赤an eventualmente en las ventanas y nos disparaban para hacernos caer. Hay que notar que en The New Order no podemos hablar de una inteligencia artificial din芍mica y cambiante, al menos en base a lo visto, pues todo funcionaba con scripts (los enemigos aparec赤an en el mismo punto, incluso tras cargar un checkpoint). Lo que se nos prometi車 (la larga duraci車n de la demostraci車n no nos dej車 comprobarlo) es que podremos elegir si queremos ir a saco -nuestra decisi車n- o pasar desapercibidos, esquivando a los enemigos y buscando rutas alternativas. Iniciamos la demo, no obstante, en el nivel de dificultad medio y el m芍s elevado, para descubrir que m芍s all芍 del da?o que recibimos no hab赤a muchos cambios en cuanto a rutinas.

Tras introducirnos en la edificaci車n (antes hab赤amos tenido que esquivar un helic車ptero en llamas impuls芍ndonos con un salto) tocaba ir limpiando el escenario de enemigos hasta que d芍bamos con los caminos adecuados. Inicialmente por separado, pues el grupo se separaba de nuestro protagonista, y luego en grupo. La IA controla al resto de compa?eros y no funciona mal, aunque tampoco hace maravillas. En The New Order podemos, adem芍s de ir a lo principal, explorar al mapeado con la intenci車n de buscar armas, munici車n y otros extras. En los men迆s de pausa pod赤an verse varios de los extras que encontraremos en cada fase, por ejemplo, los denominados enigma codes, que iremos localizando en zonas semiocultas. Tambi谷n, cartas ( que aportan background a la historia, como ocurr赤a con las grabaciones de voz de Bioshock), adem芍s de oro, dise?o conceptual o incluso skins de personajes, aunque no sabemos para qu谷 se emplear芍n porque se sabe que la experiencia de The New Order ser芍 exclusivamente para un 迆nico jugador, sin modos online planeados... por ahora. En la misma pantalla pod赤amos descubrir que el personaje podr芍 adquirir mejoras de salud, de armadura y muni車n.
Tras localizar al grupo hab赤a que defenderles. Ellos se encontraban en una zona lateral distinta a la nuestra, por lo que para que su avance fuera seguro deb赤amos disparar con una torreta a los enemigos. Pod赤amos hacerlo con ella encallada en el suelo o cogi谷ndola a dos manos, a nuestro gusto, en cualquier caso no era muy complicado y llevaba a una secci車n en la que, ahora s赤, ya reagrupados, aparec赤amso en una especie de habitaci車n experiental con incineradores y cuerpos muy manipulados. Deb赤amos huir de ah赤 antes de que la sala ardiese, pero ese no era el 迆nico peligro porque poco despu谷s encontr芍bamos a un enemigo mucho m芍s poderoso que los nazis, una mole pesada bautizada como Supersoldaten 1946. Despu谷s de hacerle caer, 谷ramos atrapados por el que se supon赤a nuestra presa: Deathshead.

Wolfenstein: The New Order incluir芍 un sistema de toma de decisiones m芍s ligero que en otros juegos que hemos visto en los 迆ltimos a?os, pero bastante interesante en base a lo que hemos podido ver en el primer ejemplo con el que nos topamos. Nuestro captor, Deathshead, nos obligaba a elegir entre uno de los miembros de nuestro escuadr車n para que le fueran arrancados los ojos mientras mir芍bamos. Todo bastante grotesco. En este momento se iniciaba un mon車logo interior bastante intenso en el que el protagonista asum赤a haber aprendido una lecci車n, "he visto muertes, he conocido la guerra, pero hoy he aprendido una lecci車n al conocer el salvajismo, lo m芍s bajo del ser humano".
La demo no terminaba a迆n, pues el doctor desaparec赤a dejando a un Supersoldaten a nuestro cargo. Uno de los miembros del batall車n que hab赤an sobrevivido consegu赤a escaparse de sus esposas (pasando las piernas entre sus brazos) y darnos una barra de hierro. Con ella, pod赤amos acabar con el enemigo clav芍ndosela en la espalda. Esta arma improvisada nos servir赤a adem芍s para destrozar los generadores de los fuegos de incineraci車n (de lo contrario, arder赤amos), as赤 como para abrir un conducto de ventilaci車n. En este punto hab赤a que juntar dos cables (amarillo y azul) para que la electricidad se condujese con normalidad y las puertas se abrieran. Tristemente... la felicidad acababa ah赤.

A?os 60
Despu谷s de escapar, se iniciaba una secuencia de cr谷ditos, casi a modo de introducci車n. Descubr赤amos que todo lo anterior era algo as赤 como un flashback, pues nuestro h谷roe hac赤a recibido un impacto en la cabeza y como consecuencia de aquello, se hab赤a convertido en algo as赤 como un vegetal, un lisiado. Los m谷dicos asum赤an que nunca recuperar赤a la normalidad, que su cerebro estaba da?ado. A?os despu谷s, la llegada de unos nazis para cerrar el centro de salud en el que se encontraba (aunque 谷l lo asociaba a un psiqui芍trico, no un hospital per se) le hac赤a reaccionar. Cog赤a un cuchillo y, tras ver c車mo los nazis mataban a todos cuantos conoc赤a, y c車mo se llevaban a una mujer que le hab赤a cuidado todo este tiempo (Anya), cog赤a una cuchilla y se la clavaba a un soldado en el cuello.
Qu谷 pasar赤a despu谷s no pudimos saberlo... porque la demo se colg車. Pero todo este segmento de los a?os 60 nos pareci車 mod谷lico, por la forma en que narraba la historia, abusando de planos distorsionados y cortos, con una textura muy determinada, alternando sepia y colores vivos, y mucha voz en off hablando de temas interesantes. En este sentido era similar al excelente Spec Ops: The Line, aunque claro, es una demo y quiz芍 el tono general del juego no alcance a aquel (dif赤cil, la verdad). No obstante The New Order nos ha intrigado, y desde luego habr芍 que seguirle la pista cuando llegue a PC, Xbox 360 y PS3, adem芍s de la nueva generaci車n (PS4, Xbox One) en alg迆n momento de 2014.

- Acci車n
Wolfenstein: The New Order es el regreso de una de las sagas de acci車n first person shooter m芍s celebradas de los noventa de la mano de MachineGames y Bethesda Softworks para PlayStation 3, Xbox 360, PC, PlayStation 4 y Xbox One; la acci車n tendr芍 lugar en un 1960 dominado por los nazis mientras tratan de hacerse con el dominio mundial.