Terror¨ªfico miedo
Parece que a PSP le queda un suspiro, la promesa de que alg¨²n triple A pueda sacudir la monoton¨ªa de lanzamientos que brillan por su ausencia. Normalmente es justo en este momento cuando producciones de segunda categor¨ªa llaman la atenci¨®n por ofrecer algo nuevo. En esta sinton¨ªa llega Corpse Party, una aventura at¨ªpica que deja entrever grandes ideas tras su puesta en escena. Tan original como arriesgado, aqu¨ª importa m¨¢s la historia que la experiencia jugable.
La tradici¨®n de peque?as curiosidades port¨¢tiles no abandona el panorama videojueguil desde hace ya bastantes a?os. Ahora que se ha puesto de moda la distribuci¨®n digital, es frecuente ver c¨®mo propuestas de bajo presupuesto se cubren de gloria sin m¨¢s motivo que su propia originalidad, sea por los motivos que sea. En el cat¨¢logo de PSP encontramos un buen n¨²mero de ejemplos que confirman este estamento, aunque probablemente el m¨¢s popular de todos sea Half-Minute Hero. Pocas veces hab¨ªamos visto c¨®mo una aventura tan convencional y aparentemente rid¨ªcula resultaba ser un sleeper que marcar¨ªa las pautas del regreso a la moda de los 8-Bits. No se puede hablar de una disposici¨®n visual apabullante, pero s¨ª de una mec¨¢nica de juego poco usual. Todo aquel que quisiese disfrutar de ella se ve¨ªa, al menos durante unos meses -luego aparec¨ªa tambi¨¦n en XBLA-, en la necesidad de adquirir una PSP para probar sus mieles.

Eso es lo que se busca en esta clase de productos: llamar la atenci¨®n de un n¨²cleo espec¨ªfico de jugadores y convencerlo de que all¨ª podr¨¢n encontrar justo lo que buscan. Estas propuestas no suelen ser pasto de grandes multitudes, no suelen pasar por los ojos de la prensa y, en la gran mayor¨ªa de los casos, tampoco cuentan con un apoyo publicitario significativo. As¨ª que descubrirlas suele ser una cuesti¨®n de azar, o simplemente de persistencia en la b¨²squeda de t¨ªtulos que se alejen de los t¨®picos a los que se entrega hoy por hoy esta industria.

Novela visual
La obra de Team GrisGris sigue los pasos de aventuras que ha habido ocasi¨®n de analizar en estas l¨ªneas tiempos atr¨¢s, aunque probablemente la comparaci¨®n m¨¢s evidente se deba realizar con 999. Corpse Party es, en esencia, una novela visual. El legado del t¨ªtulo encuentra sus or¨ªgenes en el popular programa de creaci¨®n de juegos de rol japoneses, RPG Maker, de gran popularidad a principios de la d¨¦cada pasada (y parte tambi¨¦n de la anterior). Aunque de ¨¦l surgieron t¨ªtulos que posteriormente se convertir¨ªan en piezas de culto entre aficionados, existe una producci¨®n ingente de videojuegos de segunda categor¨ªa que se han recuperado de una forma u otra para conquistar a un grupo de jugadores determinado. Corpse Party se juega como en JRPG tradicional al uso, pero variando algunos de los conceptos que generalmente se suelen atribuir al g¨¦nero.

D¨ªas convulsos
Se acercan d¨ªas complicados en la academia Kisaragi Academy, de reconocido prestigio a nivel internacional. En las ¨²ltimas semanas se ha puesto de moda entre los estudiantes la pr¨¢ctica de artes oscurantistas sin m¨¢s fin que el de pasar un buen rato. Un d¨ªa cualquiera, varios amigos se re¨²nen en un aula. Una historia de terror sucede a la otra con todo lujo de detalles ante el pavor generalizado de quien all¨ª se encuentra, pues el lugar es id¨®neo, atrapados entre libros, pupitres y l¨²gubres estancias desconocidas. Uno de los chicos que presencia la escena se imagina de puertas hacia dentro qu¨¦ suceder¨ªa si, justo en ese momento, sucediese uno de los desastres que recientemente asolan al pa¨ªs del sol naciente.

Precisamente la querencia de pasar toda la vida juntos motiva a este peque?o grupo de estudiantes a poner en pr¨¢ctica uno de los rituales que se estilan en estos d¨ªas, forjando una alianza de eterna amistad entre compa?eros. Justo cuando finaliza la ceremonia, extra?os ruidos suenan m¨¢s all¨¢ de las ventanas, con m¨¢s fuerza que el viento y m¨¢s furia que la peor tormenta que hayan conocido. Dentro de la escuela ?Heavenly Host' se palpa la incertidumbre hasta que, en el momento m¨¢s inesperado, el suelo se sacude con furia, apagando a su paso toda fuente de luz. Unas horas m¨¢s tarde todo vuelve a la normalidad, o al menos as¨ª ser¨ªa de no ser por el caos reinante en la mente de los j¨®venes estudiantes.

Se plantea inevitablemente la duda que azota la mente de quien sufre p¨¢nico: ?c¨®mo salimos de aqu¨ª? Corpse Party rompe con las tendencias a las que se habit¨²a el g¨¦nero del horror, dado que su acercamiento a esta premisa se ajusta a las mejores historias de miedo que hayamos podido leer en literatura o ver en la gran pantalla. No se limita a poner al jugador en situaci¨®n, ofreciendo una sucesi¨®n de escenas congeladas con di¨¢logos interminables. El concepto de novela digital, como bien se explicaba anteriormente, cambia ligeramente su definici¨®n para dar paso a la cl¨¢sica disposici¨®n en 2D, de corte t¨ªpicamente JRPG. Nuestro objetivo pasa por salvar la vida de un grupo de muchachos que han de superar sus miedos para salir de la trampa mortal en la que han ca¨ªdo.

Busca, recoge? y evita morir.
Para ello no s¨®lo debemos combatir (suele ser sin¨®nimo de perder la vida a las primeras de cambio), sino recorrer una a una todas las estancias de la academia para encontrar el objeto que nos lleve hasta la siguiente estancia, hablar con nuestros compa?eros, indagar en los motivos que ha llevado a cada uno a estar ah¨ª, etc¨¦tera. La mec¨¢nica de juego se aleja de toda complicaci¨®n aparente para entregarse a una terror¨ªfica historia de terror, donde un error se salda con nuestra muerte. Una mala decisi¨®n nos lleva irremediablemente a conocer los cr¨¦ditos y la siempre molesta pregunta de volver a repetir la partida desde el ¨²ltimo punto donde ¨¦sta se ha guardado (algo poco preocupante dada la considerable cantidad de puntos para salvar partida). Y aunque la jugabilidad no trascienda de una serie de sencillas acciones a realizar, el empaque del juego destaca cuando se analiza la sutileza con la que se presenta esta historia.

Corpse Party ha aparecido en distintas versiones en Jap¨®n, algunas actualizan el contenido, mientras que otras simplemente mejoran la disposici¨®n visual. Esta edici¨®n se antoja como la m¨¢s completa que ha aparecido hasta la fecha, dado que en ella se incluyen los cinco actos troncales de la historia, am¨¦n de alg¨²n que otro extra que invita a seguir jugando una vez se haya terminado la partida por primera vez. Es un dato parad¨®jico, especialmente si se tiene en cuenta la pobre disposici¨®n gr¨¢fica de la aventura. Sin embargo, lo cierto es que Corpse Party brilla con luz propia gracias a la sensaci¨®n de desasosiego que transmite, a base de peque?os sonidos, ruidos y, en general, de representar con extrema sutileza c¨®mo se vive el miedo en una academia japonesa.

Adem¨¢s de ahondar en estos aspectos, el t¨ªtulo se las ingenia para abordar esta cuesti¨®n con madurez, principalmente en lo que respecta a la actitud que demuestran los personajes a la hora de conversar entre ellos. Lo m¨¢s normal es que pr¨¢cticamente todo el que nos rodea trate de buscarse la vida para sobrevivir, con ataques de p¨¢nicos, agresividad desmedida y otros problemas derivados de la reclusi¨®n y del miedo. No es un estudio psicol¨®gico de la personalidad humana, pero tampoco lo pretende. B¨¢sicamente se ofrece la informaci¨®n necesaria para que el jugador se encargue de rellenar los huecos que aqu¨ª no se explican, y que probablemente lleven a retomar la aventura una vez finalizada. Es una l¨¢stima que se aprecie cierta falta de tacto a la hora de abordar estas cuestiones, tan bien retratadas en las ¨²ltimas aventuras de este corte aparecidas en el mercado. N¨®tese que tambi¨¦n forma parte de la herencia que ha de cargar por sus or¨ªgenes, como bien se ha comentado a lo largo de este an¨¢lisis.

De otra generaci¨®n?
Sabemos que la mec¨¢nica ofrece m¨¢s libertad que en otras novelas, que la parte t¨¦cnica es fundamental para generar una buena ambientaci¨®n pero, ?qu¨¦ sucede con la parte gr¨¢fica? Es imposible no destacar negativamente la apariencia que luce el t¨ªtulo, por m¨¢s que se insista en recordar sus ra¨ªces. Corpse Party se juega como un JRPG al uso, manejando sprites en 2D que han de vagar de estancia en estancia descubriendo una forma de abandonar el edificio. No hay en todo el recorrido un solo escenario que realmente llame la atenci¨®n, ni detalles retro que hagan pensar en que este estilo gr¨¢fico se ha empleado por alguna raz¨®n espec¨ªfica (como s¨ª suced¨ªa en Half-Minute Hero, por poner un ejemplo). Para poder disfrutar del contenido es imprescindible obviar esta cuesti¨®n y, lo que es m¨¢s importante, entender que gran parte de su encanto radica precisamente en su condici¨®n de viejo juego de culto acondicionado a los tiempos que corren. Aunque sea a su manera.
