StarCraft II: Heart of the Swarm, Impresiones

Se nos inform¨® que se hab¨ªa intentado ense?ar a la prensa un resultado lo m¨¢s pulido posible y cercano a lo que ser¨¢ el producto final, antes que mostrar una cantidad de contenido mayor pero inacabado. Eso significa que aunque los pantallazos y v¨ªdeos que acompa?an enga?en, desde Blizzard se nos advierte que todav¨ªa queda bastante para que el juego se lance al mercado y que se lanzar¨¢, como viene siendo habitual en la gente de Irvine, cuando est¨¦ terminado. Adem¨¢s, todo el evento se centr¨® en la experiencia para un solo jugador y todos los detalles acerca de las incorporaciones al multiplayer o a la red Battle.net se desvelar¨¢n en otro momento.

Aunque no venga a cuento para el objetivo de este texto pero que suele ser de inter¨¦s para todo fan de Blizzard, hay que decir que intentamos por todos los medios conseguir m¨¢s informaci¨®n sobre los pr¨®ximos proyectos que tiene en marcha la compa?¨ªa que dirige Michael Morhaime, empresa que cumple precisamente este a?o su vig¨¦simo aniversario y que ha instalado un museo a modo conmemorativo en la entrada. Pasamos por los edificios dedicados a Diablo y a World of Warcraft (donde en teor¨ªa se est¨¢ desarrollando el nuevo MMO, 'Tit¨¢n') pero fuimos amablemente invitados por nuestra gu¨ªa Lindsey a no husmear en las inmediaciones ni a realizar preguntas al respecto. En otra ocasi¨®n ser¨¢.

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Dado que en los pr¨®ximos p¨¢rrafos hablaremos libremente del desarrollo de las fases, es muy posible que ello resulte en posibles destripes para todos aquellos que no terminaron Starcraft 2, con lo que colocamos aqu¨ª un 'spoiler alert' para los despistados. Avisados entonces, diremos que Heart of the Swarm se sit¨²a a nivel argumental justo tras lo que vimos acontecer en Wings of Liberty; Kerrigan ha sido liberada aparentemente de su forma e influencia zerg y ha ca¨ªdo en los brazos de Jim Raynor, que durante toda la campa?a ha luchado por ella siguiendo las instrucciones de Zeratul.

Sin embargo, por lo que pudimos ver en California, Kerrigan trata de recomponer el desperdigado enjambre y recuperar su lugar como la Reina de Espadas. No se nos ha confirmado el c¨®mo se ha llegado a esta situaci¨®n y cualquier pregunta al respecto se respondi¨® con un 'no podemos comentar nada sobre este asunto' por parte del staff de Blizzard. En cualquier caso, solamente vimos dos misiones de las 20 que tendr¨¢ el juego final (originalmente eran entre 20 y 30), y suponemos que todo quedar¨¢ explicado en cuanto dispongamos de la versi¨®n final del juego.

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Heart of the Swarm est¨¢ b¨¢sicamente enfocado en la figura de Kerrigan, como Wings of Liberty giraba alrededor de Raynor. La diferencia radica en que el segundo no es m¨¢s que un marine con mucho carisma y alg¨²n que otro crucero de batalla bajo sus ¨®rdenes y la primera es una entidad que poderes que van mucho m¨¢s all¨¢ de la capacidad de Jim. Es por ello que habr¨¢ muchos m¨¢s momentos en los que f¨ªsicamente controlemos a la reina Zerg y esta nueva campa?a concentre m¨¢s fases con manejo de h¨¦roe.

De hecho, como hemos dicho al comienzo, dos fueron las empresas que acometimos con Kerrigan, disponibles en otros tantos planetas y que pueden jugarse en el orden que se deseen. En la primera, volveremos a Char en b¨²squeda de una reina renegada que en ausencia de nuestra protagonista ha decidido dar un paso al frente para reunir al enjambre, en la que ser¨¢ entonces una lucha de zerg contra zerg. En la segunda, visitaremos el planeta helado Kaldir para perseguir otra reina proscrita solamente para descubrir que ya ha sido abatida por un enemigo m¨¢s poderoso: los protoss.

Evidentemente se han implementado distintos alicientes que hacen que la contienda sea un poco m¨¢s amena. En Char, por ejemplo, deberemos recolectar una serie de huevos de baneling que permanecen latentes bajo la superficie y si llegamos a 100 dispondremos autom¨¢ticamente de un numeros¨ªsimo ej¨¦rcito con el que aplastar a nuestro enemigo. El problema es que nuestra adversaria est¨¢ realizando la misma operaci¨®n y debemos impedirlo a toda costa.

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En la otra misi¨®n nos enfrentaremos a las tropas remanentes de los maltrechos protoss y al g¨¦lido invierno que, cuando se desata la ventisca, congela nuestras tropas y las enemigas sin posibilidad de actuar y las deja a merced de los moradores de aquellas tierras, una especie de raza Yeti perfectamente adaptada al fr¨ªo. Kerrigan deber¨¢ progresar en un mapa de desarrollo lineal hasta encontrar los tres emisores psi con los que los protoss pretenden avisar a la flota de la presencia de la Reina de Espadas. En ambas misiones, pues, se nos apremia con un contador de tiempo para que no nos tomemos todo el tiempo del mundo intentando amasar un ej¨¦rcito imbatible y nos dediquemos a la escaramuza pura y dura.

Llegado este punto encontramos ya algunas de las novedades m¨¢s notables que incorpora Heart of the Swarm con respecto a la primera campa?a. Por ejemplo, las habilidades de nuestra hero¨ªna; Kerrigan es una unidad con facultades especiales que, adem¨¢s, evoluciona a lo largo de la campa?a. Tras acabar cada fase, podemos escoger la especializaci¨®n de nuestro personaje de entre cuatro disponibles (aunque solamente dos se nos mostraron en la demo) que alteran radicalmente las posibilidades de juego. Algunas de estas habilidades son pasivas, afectando ¨²nicamente al rendimiento del personaje, mientras que otras son activables mediante la energ¨ªa que posee Kerrigan.

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De esta manera, Blizzard parece volver a aquello que tan bien le funcion¨® en Warcraft 3 y que se hab¨ªa perdido ligeramente en Wings of Liberty y que consiste en dar verdadero peso a los h¨¦roes, al micromanejo junto al macromanejo de toda la vida. Convertida en comando, Kerrigan puede efectuar ataques de ¨¢rea o crear r¨¦plicas de s¨ª misma que la ayuden en el combate; convertida en Reina, puede metamorfosear cualquier unidad - amiga o enemiga - en cr¨ªas que se vuelvan contra el enemigo y sembrar el caos a su paso.

Otra de las novedades que incorpora la raza Zerg es la capacidad de mutaci¨®n de sus unidades, de manera similar a la evoluci¨®n tecnol¨®gica que sufr¨ªan los terran. De esta manera, se nos mostr¨® los cambios que zerglings, cucarachas y banelings pod¨ªan adoptar si ¨ªbamos consiguiendo durante las misiones los distintos puntos de mutaci¨®n distribuidos en su mayor manera como bonus opcionales. Pero estas mejoras no se limitan a meras modificaciones de las estad¨ªsticas de combate como las que obtenemos en la c¨¢mara de evoluci¨®n, sino que van un poco m¨¢s all¨¢.

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Por ejemplo, podemos conseguir que los zerglings no tengan tiempo de entrenamiento (se crean instant¨¢neamente), lo que caus¨® estupor entre los distintos medios all¨ª congregados porque con una reina que a?ada larvas a un criadero y esta habilidad, se crean aut¨¦nticos ej¨¦rcitos en nada y menos. Adem¨¢s, podemos evolucionarlos en swarmlings o raptors; los primeros ganan en velocidad y, adem¨¢s, se generan de tres en tres, en lugar de a pares. Los segundos tienen m¨¢s vida y permiten acortar distancias con el enemigo con un salto estilo velociraptor. En cualquier caso, la apariencia f¨ªsica de la unidad cambia en pantalla de forma obvia.

En el caso de los banelings, que son el centro de atenci¨®n de una de las misiones de la campa?a, podemos aumentar su radio de alcance al ser destruidos o su velocidad de movimiento. Con los suficientes puntos, podr¨¢n ganar la capacidad de multiplicarse al explotar, creando aut¨¦nticas reacciones en cadena que aniquilan las tropas enemigas de forma incluso m¨¢s eficiente que la que vimos en Wings of Liberty. De la misma forma, las cucarachas podr¨¢n ganar armadura o distancia de disparo, pero tambi¨¦n la habilidad de moverse mientras est¨¢n enterradas o regenerar vida a velocidades asombrosas. Opciones con las que, en cualquier caso, tendremos que apechugar durante el resto de la aventura pues no hay vuelta atr¨¢s con la asignaci¨®n de puntos.

Mientras deambul¨¢bamos por los mapas, ¨¦stos se iban transformando a medida que conquist¨¢bamos territorio o simplemente pas¨¢bamos por all¨ª. Hubo desprendimientos, avalanchas y tambi¨¦n derrumbamientos que aunque solamente tienen un efecto cosm¨¦tico sobre el terreno, dan una idea de que nuestras acciones conllevan un peso en los mundos que visitamos. Adem¨¢s se le unen las cl¨¢sicas conversaciones entre los distintos personajes del juego y la inclusi¨®n de v¨ªdeos con el propio motor, para dar mayor profundidad a la historia. Estos efectos gr¨¢ficos, seg¨²n nos confirman desde Blizzard, no incrementar¨¢n los requisitos t¨¦cnicos del juego en ning¨²n caso.

Discurso aparte merece el apartado del multijugador; se han confirmado la inclusi¨®n de nuevas unidades a todas las razas, pero se est¨¢ trabajando en el equilibrio de las mismas. Probablemente los zerg recuperen al corruptor o al merodeador, aunque nada de esto se confirm¨® por parte de la compa?¨ªa, que har¨¢ oficial su anuncio en la feria que viene organizando en oto?o para todos los fans, la Blizzcon. Desde all¨ª se dar¨¢n detalles m¨¢s o menos definitivos sobre c¨®mo quedar¨¢ este apartado, porque se ha insistido mucho en que Starcraft 2 sea el paradigma del deporte electr¨®nico (e-sport) y cualquier variaci¨®n en el multiplayer tiene un peso enorme dentro de la base de jugadores 'profesionales'.

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Otro tema de los que se habl¨® durante la presentaci¨®n y sobre el que no se vio nada fue el de la remodelaci¨®n de la red Battle.net. Hab¨ªa cierto malestar en algunos sectores porque la nueva Battle.net no se hab¨ªa construido sobre la misma base que la anterior y se le hab¨ªan a?adido nuevas funcionalidades, sino que se hab¨ªan incluso perdido algunas. La nueva interfaz para el juego en red que incorporar¨¢ Heart of the Swarm paliar¨¢ algunas carencias pero estamos seguros que no dejar¨¢ satisfechos a todos.

Para empezar, no habr¨¢ soporte en LAN. Blizzard sigue muy firme en este aspecto y quiere que toda partida multijugador se haga a trav¨¦s de internet; por un lado es l¨®gico, por querer tener controlada la pirater¨ªa y todas las oportunidades de negocio que se deriven del juego (torneos, etc.). Por otro lado es incomprensible porque, de nuevo, se ha eliminado una prestaci¨®n que s¨ª inclu¨ªa la primera parte. Se mejorar¨¢ la interfaz de la b¨²squeda de mapas, un caos ahora mismo, y se a?adir¨¢ la posibilidad de que algunos de esos mapas que ahora crean los usuarios sean de pago. Es decir, que si el creador quiere cobrar por ellos, podr¨¢ hacerlo a trav¨¦s de la red.

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Por ¨²ltimo, Blizzard cataloga de 'secuela' a Heart of the Swarm con respecto a la experiencia para un ¨²nico jugador y de 'expansi¨®n' para lo que refiere al multiplayer. Nadie estaba seguro, tras un cruce de declaraciones entre algunos miembros de la propia compa?¨ªa, si ser¨ªa necesario adquirirlos todas las entregas para poder jugar al juego. En principio, s¨ª ser¨¢ necesario - como era de esperar - adquirir Wings of Liberty para poder jugar a esta segunda parte, por lo menos en todos aquellos lugares donde exista una venta f¨ªsica del juego, aunque Blizzard asegura que el precio ir¨¢ en consonancia al hecho de ser una expansi¨®n y no un t¨ªtulo independiente. En cualquier caso, estos datos concretos se anunciar¨¢n m¨¢s adelante.

Lo cierto es que nos quedamos con ganas de m¨¢s, tras jugar las dos misiones disponibles del derecho y del rev¨¦s en la ¨²nica dificultad (la 'normal') que nos permit¨ªa el juego. Estrictamente hablando, la cantidad de contenido mostrado fue poco pero, eso s¨ª, considerablemente pulido dado lo lejano que a¨²n nos queda el lanzamiento. Alg¨²n bug que otro pudimos descubrir (el interfaz daba a entender, por ejemplo, que Kerrigan pod¨ªa entrar en 'madriguera' como un hidralisco cualquiera) pero la impresi¨®n general fue m¨¢s que satisfactoria. Esperamos poder compartir con vosotros m¨¢s detalles en cuanto se vayan desvelando, hasta entonces solamente nos queda esperar.

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