[Pre E3] Overlord II
Uno de los juegos diab¨®licos m¨¢s simp¨¢ticos de la ¨²ltima generaci¨®n convierte su secuela en un ejercicio de perfeccionamiento y capacidad de superaci¨®n creativa. La desilusi¨®n no tiene lugar aqu¨ª. Aunque s¨ª las ganas de convertirte en el Se?or del Mal y due?o de uno de los ej¨¦rcitos de esbirros m¨¢s peculiares del panorama.
Uno de los juegos diab¨®licos m¨¢s simp¨¢ticos de la ¨²ltima generaci¨®n convierte su secuela en un ejercicio de perfeccionamiento y capacidad de superaci¨®n creativa. La desilusi¨®n no tiene lugar aqu¨ª. Aunque s¨ª las ganas de convertirte en el Se?or del Mal y due?o de uno de los ej¨¦rcitos de esbirros m¨¢s peculiares del panorama.


Si algo funciona, hay que aprovecharlo. Eso est¨¢ m¨¢s que claro. Por eso, actualmente, decenas de segundas partes pueblan este mundo de entretenimiento. Hacer una secuela o precuela implica aprovechar casi con los ojos cerrados un saco de notoriedad cuyo anterior t¨ªtulo consigui¨® y que, para m¨¢s inri, pretenden superar. Pero si hablamos de un juego del que no se esperaba mucho y 'sorprendentemente' tuvo una muy grata acogida, el desaf¨ªo es a¨²n mayor.

Las dos desarrolladoras europeas Triumph Studios y Codemasters saben bien a qu¨¦ piscina se est¨¢n tirando, y por ello cuando hablan del t¨ªtulo que nos ocupa, no dudan en alabarlo y en estar totalmente convencidos de que la aceptaci¨®n del juego ser¨¢, como m¨ªnimo, equiparable a su primera parte. Y no se quedan s¨®lo ah¨ª. Deciden dar un paso m¨¢s y sacar dos nuevos juegos, ni ports ni remakes. Uno especial para la Nintendo DS: Overlord Minions y otro espec¨ªfico para Wii: Overlord Dark Legend.

Overlord no es un juego cualquiera
Har¨¢ dos a?os, muchos no erraron al augurarle un moderado n¨²mero de ventas, pero s¨ª hubo bastantes equ¨ªvocos en cuanto a la consideraci¨®n del t¨ªtulo. La cr¨ªtica especializada fue especialmente generosa con ¨¦l; y los jugones, al fin y al cabo los m¨¢s importantes jueces, disfrutaron de lo lindo sembrando la cat¨¢strofe con unos peque?os bichos que hac¨ªan las delicias de todos. Pero unos meses atr¨¢s tuvimos la alegr¨ªa de encontrarnos con la noticia de que volver¨ªamos a encarnar el mal en uno de los juegos m¨¢s carism¨¢ticos de los ¨²ltimos a?os.

Lennart Sas, director creativo, se deshace en halagos con la hija pr¨®diga del gran Terry Pratchet, Rhianna, quien ha sido parte integrante -y esencial- del equipo de creaci¨®n y desarrollo de este juego. Su gui¨®n se caracteriza por un especialmente humor sat¨ªrico, que m¨¢s de uno dir¨ªa brit¨¢nico. Son inevitables las comparaciones y, todo hay que decirlo, la influencia narrativa y de estilo de las obras de Mundodisco son manifiestas y de agradecer. El vocabulario socarr¨®n y mordaz se ver¨¢ reflejado en el juego incluso en tramas y escenas de la historia en la que se tratar¨¢n temas pol¨ªticos y medioambientales.

Despu¨¦s de la expansi¨®n Overlord: Raising Hell del a?o pasado para PS3, muchas cosas han cambiado en el mundo de Overlord. El Imperio Glorioso, una clar¨ªsima copia del desaparecido -en nuestra realidad- Imperio Romano, ha puesto la paz y la armon¨ªa en bandeja a todos los habitantes del reino. Sin embargo, en un lugar helado y lejano, Nordberg, un joven es acusado de usar magia.
En un territorio donde los usos nigrom¨¢nticos est¨¢n prohibidos y condenados, que se te acuse de algo as¨ª es grave, muy grave. Sin embargo, este chico no es alguien cualquiera; es Overlad, el hijo de Overlord. Por lo que no tendremos que esperar mucho para que unos seres bajitos y mal parecidos le secuestren y al grito de '?Amo!' lo tomen como due?o y se?or de sus vidas y voluntades.

Pasar¨¢n unos a?os hasta que nuestro protagonista est¨¦ lo suficientemente preparado para convertirse en el Se?or del Mal. Pronto conseguir¨¢ su propia Torre Oscura y estar¨¢ listo para luchar contra toda bondad que destilen los poros del reino. En la contienda contra su archienemigo, el Imperio Glorioso, tendr¨¢ la ayuda de sus esbirros, los Minions.

Controlar¨¢s un peque?o ej¨¦rcito m¨¢s numeroso que el de la primera parte, cuya autonom¨ªa es mayor. ?Y esto por qu¨¦? Cuando sali¨® el primer Overlord, uno de los tirones de orejas que se llev¨® el equipo creativo fue la exigua IA que ten¨ªan los Minions. Muchos de ellos se quedaban atascados o simplemente desaparec¨ªan del escenario cuando les dabas alguna orden. Sin embargo, las quejas han sido o¨ªdas y desde luego ha sido una de las mejoras m¨¢s notables de la secuela.

De estos secuaces no s¨®lo se desarrolla su IA, sino tambi¨¦n su presencia activa en la historia y en la acci¨®n del juego, convirti¨¦ndose en elementos imprescindibles de la trama. Tendremos cuatro tipos de seguidores: los marrones, los rojos, los azules y los verdes. Cada uno de ellos especializados en ataque, magia, sigilo o curaci¨®n. Una de las novedades es la posibilidad de que conviertan a bestias enemigas en monturas, como por ejemplo lobos o ara?as, lo que les dar¨¢ m¨¢s agilidad en el campo de batalla.

Los hechizos ser¨¢n elemento indispensable en las peleas. Aparte de la capacidad mal¨¦fica que Overlad tendr¨¢ de base, sus perversas alima?as podr¨¢n ayudarle formando parte de esos mismos sortilegios: podr¨¢s coger a un Minion y golpear a un rival con ¨¦l, los esbirros podr¨¢n usar catapultas, lanzarse ellos mismos en el artefacto e incluso tendr¨¢s la oportunidad de convertirte en Minion para as¨ª penetrar en las l¨ªneas enemigas sin ser advertido.

La novedad tambi¨¦n llegar¨¢ a los escenarios, donde encontraremos desde paisajes helados propios de una tundra, a lugares con palmeras y cocoteros caracter¨ªsticos de climas tropicales. Los contrincantes no ser¨¢n menos; aunque Sas, el director creativo, ha mantenido su boca herm¨¦tica con respecto a muchas preguntas sobre el juego desde sus iniciales entrevistas, s¨ª que ha afirmado que la variedad de enemigos ser¨¢ mayor y m¨¢s original.
El sistema de juego se va planteando al inicio. Aunque parece dar a entender que puedes elegir entre ser bueno o malo, nada se aleja m¨¢s de la realidad. Realmente, tu historia o recorrido por el juego lo puedes decidir seg¨²n dos modos de corrupci¨®n. Es decir, definirte como un Overlord Destructor, cuyo ¨²nico fin ser¨¢ aniquilar cualquier cosa que te encuentres a tu paso; mientras que elegir Overlord Dominador ser¨¢ como una especie de dictador o tirano cuyos esclavos har¨¢n cualquier cometido.

?En qu¨¦ influir¨¢ ello? En tus hechizos, principalmente. Si te conviertes en un tirano dominante, los conjuros ir¨¢n m¨¢s dirigidos a conseguir que la poblaci¨®n se pase al lado malvado. Mientras que si eres un tirano destructor, los maleficios se basar¨¢n en la pura y dura devastaci¨®n. No olvidemos que para poder usar la magia, deber¨¢s aumentar tu energ¨ªa mal¨¦fica -mediante absorci¨®n de energ¨ªa de aquellos que aniquilas-, aunque se te puede 'castigar' si matas a un n¨²mero de inocentes muy elevado.

El motor gr¨¢fico no es especialmente potente, aunque la calidad visual no dejar¨¢ decepcionado a nadie. A todas luces, el t¨ªtulo recuerda mucho en cuanto a puesta en escena y planteamiento de juego a los Fable e, incluso de pasada, a los Medievil. Siempre salvando algunas distancias. Por otro lado, La posibilidad de que el juego est¨¦ doblado, tal y como ocurri¨® con el primero, son altas, por lo que nuestro nivel de exigencia estar¨¢ cubierto por ese lado.

La espera no se nos har¨¢ larga, ya que apenas queda poco m¨¢s de un mes para que toquemos el juego con nuestras propias manos. Ponernos en la piel de un ser vil para conseguir poder y quebrar voluntades es un plato demasiado suculento para cualquiera.
Que con los a?adidos y mejores del presente juego buscan complacernos no es una sorpresa, y que han escuchado y le¨ªdo las cr¨ªticas al anterior juego tambi¨¦n es obvio. Por ello, no se espera una sorpresa ni positiva ni negativa, sino un juego que mantenga un nivel de calidad obvio e irrefutable. Y m¨¢s si est¨¢ prevista su salida para PS3, Xbox 360 y PC. Parece que casi no nos podemos quejar?
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