
Yo Presidente, Objetivo: La Moncloa
- PlataformaPC5.5
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorEverSim
- Lanzamiento06/03/2008
- TextoEspa?ol
- EditorPlaneta DeAgostini Interactive
Est¨¢n locos, estos pol¨ªticos...
?Alguna vez has pensado en dirigir un pa¨ªs? ?No tienes dinero para financiar tu propia campa?a electoral? ?Estas harto de que otros decidan por ti? Ponte a los mandos de una naci¨®n y decide su destino pol¨ªtico durante los pr¨®ximo a?os en Yo Presidente, Objetivo: La Moncloa. El m¨¢s moderno simulador geo-pol¨ªtico para PC.
Con las elecciones en Espa?a a punto de resolverse, llega a nuestra tiendas Yo Presidente, Objetivo: La Moncloa. Un t¨ªtulo de simulaci¨®n 'geo-pol¨ªtica', que nos permitir¨¢ encabezar las lista de candidatos a la presidencia por un partido, forjar nuestra propia campa?a electoral y, si somos los suficientemente astutos como para enga?ar al pueblo, dirigir el destino de un pa¨ªs.


Planeta DeAgostini nos trae este juego, desarrollado por EverSim, y que ya ha visto la luz en otros pa¨ªses del mundo, bajo diferentes nombres. 'Mission President: geo-political simulator' fue distribuido en Francia y B¨¦lgica en marzo del a?o pasado, con motivo de sus respectivas elecciones. Sin embargo, en el resto del mundo, hemos tenido que esperar un poco m¨¢s.

Ahora, el simulador llega a nuestro pa¨ªs, casi un a?o despu¨¦s, pero con ciertas mejoras y correcciones respecto al producto ofertado en el extranjero. ?Puede justificarse este retraso? La respuesta es, sin duda otra pregunta... ?habr¨ªa prestado alguien atenci¨®n a Yo Presidente, si no nos encontr¨¢ramos en plena tormenta electoral? Ha sido una estrategia muy acertada.

Objetivo: La Moncloa cuenta con dos modos de juego, siendo uno de ellos multijugador, tanto en red local como por internet. Si optamos por jugar nosotros solos, encontraremos una buena cantidad de partidas predefinidas, al estilo de las campa?as de cualquier juego de estrategia. Por supuesto, existe un modo libre, pero prestemos un poco m¨¢s de atenci¨®n a las otras...

Aqu¨ª es donde se ha realizado la mayor labor de localizaci¨®n del juego, ya que mucho m¨¢s all¨¢ de una mera traducci¨®n, se han personalizado gran parte de las campa?as para que hagan referencia al actual periodo pol¨ªtico espa?ol. De hecho, la primera de ellas es la m¨¢s interesante, pues trata completamente sobre la reelecci¨®n de un candidato en nuestro pa¨ªs.

Otras campa?as nos colocan frente a retos, como el desarrollo sostenible y la preocupaci¨®n sobre el calentamiento global, o la amenaza de grupos terroristas. Algunos tienen como fecha de inicio enero de 2008, aunque otros avanzar¨¢n un poco m¨¢s en el tiempo. Estas partidas pueden tener un final definido, o extenderse durante un periodo de 50 a?os... que no es poco.
El modo libre, por el contrario y al igual que el de red, no nos marca ning¨²n tipo de objetivo concreto. Empezaremos con una cantidad de cr¨¦ditos, que nos permitir¨¢n elegir un pa¨ªs. Los m¨¢s desarrollados, cuestan una mayor cantidad de los mismos, de manera que nos quedar¨¢n menos puntos para mejorar otras caracter¨ªsticas como el nivel militar o alianzas firmadas.

La cantidad de pa¨ªses seleccionable es bastante amplia, contando con 170 opciones para satisfacer nuestras ansias de poder. Adem¨¢s, casi todos las naciones del mundo aparecen en el juego, aunque no podamos elegirlas para su direcci¨®n. Una vez que hayamos elegido el tipo de partida, el pa¨ªs y nuestro dirigente, comienza el juego propiamente dicho... Yo Presidente.

Ante nosotros, un mapa mundial con todas las naciones representadas. Cada una, con un nivel m¨¢s o menos aceptable de detalles, que corresponden a sus banderas, nombres de dirigentes y ministros, tipo de r¨¦gimen pol¨ªtico, conflictos o alianzas diplom¨¢ticas, tratados comerciales, regiones internas... en gran medida, un verdadero atlas del contexto pol¨ªtico actual.

Por supuesto, no se utilizan los nombres reales de los personajes o partidos pol¨ªticos. De ah¨ª que en Espa?a tengamos el Partido del Socialismo Obrero, cuya ideolog¨ªa es m¨¢s de izquierdas, y su opositor sea la Uni¨®n de la Derecha Democr¨¢tica. Tampoco las im¨¢genes de logotipos de las formaciones pol¨ªticas o fotos son las reales... pero pueden personalizarse.

A nuestro cargo, toda una naci¨®n. Distintos ministerios, que no podremos variar, con distintos ministros al cargo, de nuestra elecci¨®n. Finanzas, educaci¨®n, justicia, exteriores... todas las carteras tienen una funci¨®n definida. Dentro de cada pantalla de ministerio, seremos capaces de modificar sus presupuestos y elegir llevar a cabo las medidas que creamos convenientes.

Por ejemplo, podemos instaurar un servicio militar obligatorio, de la duraci¨®n que deseemos, o aumentar el n¨²mero de viviendas de protecci¨®n oficial para construir en una regi¨®n. Si queremos, privatizaremos los medios de comunicaci¨®n, o aumentaremos el presupuesto para la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer. Pero, por supuesto, las medidas se votan en el parlamento.
Cada partido en el poder contar¨¢ con cierto n¨²mero de esca?os, y pueden estar a favor de la medida o no. En el caso de que sus intenciones no coincidan con las nuestras, podemos intentar convencer a su dirigente, si tenemos buenas relaciones con el mismo. Si las cosas se ponen muy feas, incluso podemos decretar un r¨¦gimen dictatorial y arrestar a la oposici¨®n.

Nuestros compatriotas reaccionar¨¢n de diferente forma ante cada medida. Quiz¨¢s les guste, quiz¨¢s la rechacen. En el primer caso, nuestra popularidad como presidente aumentar¨¢, pero en el segundo puede que nos odien, o incluso puede que se inicien huelgas y disturbios.

Nuestra agenda presidencial es un aspecto muy importante a controlar. Desde ella podemos citarnos con otros dirigentes, personalidades famosas, representantes de sindicatos o incluso candidatos de otros partidos. Tambi¨¦n podemos asistir a cumbres internacionales. En todas estas citas, firmaremos acuerdos, intentaremos conseguir apoyos y formaremos alianzas.

Los acuerdos, tanto comerciales como militares, se basan en un yo te ofrezco a cambio de... Podemos exportar bienes que sobran en nuestro pa¨ªs, a otra naci¨®n que de normal los adquiere a un precio mucho mayor, y as¨ª asegurarnos la venta del excedente, y lo mismo con las importaciones. Militarmente, podemos establecer bases o acuerdos para sobrevolar territorios.

Por supuesto, no hay que descuidar las relaciones personales. Nuestra esposa, madre y padre, pueden ser claves para salir de un esc¨¢ndalo... o provocarlo. Amigos de la infancia que nos pedir¨¢n un trato preferente, nuestro m¨¦dico de cabecera que se preocupa por nuestra salud, o nuestro astr¨®logo, que nos servir¨¢ un futuro prometedor por medio de las cartas del tarot.

No todo es tan f¨¢cil, ya que si no estamos en el poder, o llegan elecciones, tendremos que formar nuestra campa?a eligiendo hasta tres propuestas de futuro, que el pueblo nos obligar¨¢ a cumplir. Adem¨¢s, organizaremos m¨ªtines en diferentes ciudades, para conseguir m¨¢s votantes que nos aseguren mantenernos en el cargo durante otros 4 a?os, como m¨ªnimo.
Cada pa¨ªs se comporta de forma aleatoria, pero basado en unas pautas marcadas por su presidente, su ideolog¨ªa y el contexto pol¨ªtico global. No siempre ser¨¢n f¨¢ciles las relaciones internacionales, e incluso podemos llegar a embargos, rupturas diplom¨¢ticas, cierre de embajadas... o incluso a las armas, movilizando nuestras bases, y bombardeando otro pa¨ªs.

De hecho, se pueden ocupar territorios, usar armas qu¨ªmicas o nucleares, pero todo ello tiene una repercusi¨®n a nivel global. Otros pa¨ªses nos mirar¨¢n mal, y dejar¨¢n de lado sus relaciones con nosotros. Por el contrario, siempre hay naciones que pueden ver con mejores ojos nuestras nuevas medidas diplom¨¢ticas, y convertirse en aliados de urgencia. Real como la vida misma.

La interfaz gr¨¢fica es bastante vistosa. Se basa, principalmente, en un mapa global donde tendremos acceso r¨¢pido a todas las naciones, regiones, ciudades e incluso bases militares o centrales de energ¨ªa. El mapa, a nivel de detalle gr¨¢fico, no tiene una textura demasiado agradable, pero cumple sus funciones a la perfecci¨®n y sin errores en el desarrollo.

Se echa en falta una mayor cantidad de ciudades y regiones, pero trat¨¢ndose de un simulador a nivel global, tampoco preocupa demasiado. Podemos filtrar el mapa usando c¨®digos de color, y as¨ª visualizar los niveles de desarrollo, P.I.B., alianzas... de cada naci¨®n mundial. Cabe destacar que cada pa¨ªs puede estar asociado a varios organizaciones, como O.T.A.N. u O.N.U.

En la parte inferior, disponemos de accesos r¨¢pidos a los ministerios, agenda presidencial y men¨² de opciones del juego. Tambi¨¦n se cuenta con atajos de teclado para estos men¨²s, que suelen formarse por una serie de listas, balances econ¨®micos, im¨¢genes de ministros o personalidades relacionadas con el ministerio, incluso las acciones que podemos realizar.

La barra superior es un resumen continuo de nuestra persona, con un indicador de la popularidad que tenemos, y accesos al filtrado de color del mapa. Tambi¨¦n podemos ver un resumen de la naci¨®n que seleccionemos en el mapa, e incluso extender estos men¨²s para obtener mayor detalle en estos informes. Parecen burdos, pero est¨¢n bien dise?ados.
Las noticias aparecer¨¢n en forma de peri¨®dico, del cual podremos ojear las p¨¢ginas nacionales e internacionales para ver cu¨¢l es la situaci¨®n general de nuestro pa¨ªs y del extranjero. A nivel gr¨¢fico, lo ¨²nico que difiere de estos men¨²s, es la posibilidad de aproximarnos mucho al mapa para ver modelados 3D de las ciudades, bases o incluso de las tropas en movimiento.

Ciertamente, los gr¨¢ficos no son el punto fuerte de este t¨ªtulo, pero dudo de que el atractivo de un simulador 'geo-pol¨ªtico' pueda ser encontrar un alto nivel visual. A¨²n as¨ª, teniendo en cuenta las prioridades del juego, se podr¨ªa haber cuidado un poco m¨¢s este aspecto, de manera que la impresi¨®n general del juego habr¨ªa mejorado much¨ªsimo, por ser m¨¢s visual.

El sonido, apenas aparece, limit¨¢ndose a efectos relacionados con las acciones que est¨¢n ocurriendo en la zona visualizada, o avisos sonoros para eventos. No existe un hilo musical, que acompa?e a la partida durante su trascurso y, por supuesto, no se han implementado voces para los personajes. Otro aspecto donde el juego podr¨ªa haber ganado muchos puntos.

Si restamos un poco de importancia a estos aspectos, nos encontramos ante un complet¨ªsimo simulador, donde las reacciones parecen muy reales y consecuentes con las acciones que hayamos tomado. Quiz¨¢s, la caracter¨ªstica m¨¢s resaltable, es la modernidad con la que se ha inundado todo el contexto, que ciertamente es casi un fiel reflejo del estado pol¨ªtico actual.

No es que este punto no tenga fallos, pero se deben, sobre todo, a un intento por globalizar, en cierta medida, la pol¨ªtica mundial. Por ejemplo, en Espa?a, las comunidades aut¨®nomas no son gobernadas por partidos, si no por individuos que podemos convencer para que nos apoyen a nosotros, pero sin necesidad de ser afiliados a una formaci¨®n, como ocurre en otros pa¨ªses.
Es un juego indicado para los que disfrutan con los simuladores estrat¨¦gicos con gran cantidad de opciones, sin prestar demasiada atenci¨®n a otros aspectos. Adem¨¢s, la posibilidad de modificar los nombres de pol¨ªticos o logotipos, lo permite acercarse mucho m¨¢s a la realidad. Para todos los dem¨¢s, vale la pena probarlo, aunque s¨®lo sea por el periodo electoral.
- Contexto pol¨ªtico actualizado.
- Gran cantidad de opciones.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.