Navy Moves, Impresiones

Era la edad de oro del software espa?ol. Spectrum, Amstrad, MSX y Commodore 64 pugnaban en una lucha a¨²n a?orada por muchos; que m¨¢s que lucha era un viaje de cuatro l¨ªneas paralelas cuyo ¨²nico destino posible era la diversi¨®n m¨¢s pura, fruto de la creatividad de las m¨¢s m¨ªticas personalidades de la programaci¨®n patria y de la siempre positiva efervescencia de los usuarios de la pen¨ªnsula.

No es de extra?ar entonces que, en 1988, Navy Moves fuese acogido tan bien por los jugones de la ¨¦poca. No s¨®lo se trataba de la continuaci¨®n de otro buen representante del sello Dinamic, el sin par Army Moves, sino que esta secuela se aupaba sin despeinarse entre lo m¨¢s alto del cat¨¢logo de las m¨¢quinas de 8 bits. No cabe duda de que los hermanos Ruiz y compa?¨ªa desarrollaron un firme candidato a ser el mejor t¨ªtulo espa?ol de la ¨¦poca, con permiso de la insuperable La Abad¨ªa del Crimen.

A¨²n as¨ª, teniendo en cuenta el gran ¨¦xito de un gran cl¨¢sico Navy Moves, resulta cuanto menos bizarro el movimiento de FX Interactive, reviviendo un nombre que probablemente trate m¨¢s desapercibido de la cuenta de cara a los usuarios m¨¢s j¨®venes. Pero es imposible negar lo curioso del experimento, que aparte de traer lo que m¨¢s que un remake es un homenaje tanto a Navy Moves como a Army Moves, innova sobremanera a la hora de presentar una alternativa... digamos 'monetaria'.

Ordenador, Internet y tel¨¦fonos m¨®viles se integrar¨¢n para crear una comunidad de jugadores donde la comunicaci¨®n es la protagonista. As¨ª, el programa se descarga gratis, teni¨¦ndolo que activar a trav¨¦s del m¨®vil. Elegimos nick, formamos clanes, enviamos mensajes, desafiamos a los compa?eros, competiremos contra los colegas por un puesto en el rankings, lucharemos por las medallas, recibiremos en el m¨®vil nuestras estad¨ªsticas...

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El 'wam-up' tambi¨¦n promete hacer disfrutar a expertos y novatos, ya que detecta la experiencia y habilidad del jugador, adapt¨¢ndose en tiempo real para conseguir un equilibrio entre el reto permanente y la posibilidad real de llegar al final del juego.

Siguiendo con las impresiones jugables de la pantalla del Harrier, nos reiteramos en las estupendas vibraciones que nos ha transmitido el magno sabor a arcade cl¨¢sico del programa, aparte de lo bien hecho que est¨¢ todo el conjunto audiovisual. A la usanza del viejo Afterburner, tenemos la posibilidad de disparar misiles y acelerar, estando limitadas las dos acciones al uso excesivo de ambas. Al acelerar, esquivamos los disparos enemigos, mientras que con los nuestros acertaremos de pleno en caso de haber enfocado a los rivales, a la usanza de Panzer Dragon y similares. Tambi¨¦n dispondremos de una ametralladora en cierto punto de la fase, que sustituir¨¢n a los misiles y otorgar¨¢n un aire a¨²n m¨¢s din¨¢mico a la partida.

A nivel de dise?o, aunque suene a topicazo de cara a hablar bien de un producto patrio, el juego est¨¢ dise?ado con suma exquisitez. Ya no s¨®lo por lo estupendamente bien se?alizado que est¨¢ todo, denot¨¢ndose la profesionalidad con la que ha sido escrupulosamente puesto todo en su sitio... sino por la elegancia del apartado audiovisual, que sin llegar a tener cualidades 'next gen', si lucen con solvencia y car¨¢cter. En lo que concierne al doblaje, pues... amigos, estamos hablando de FX Interactive.

En resumen, a la espera de que en septiembre comiencen las nuevas pruebas, con nuevas fases a testear, el nuevo Navy Moves se perfila como todo un desaf¨ªo innovador y vanguardista. No por sus formas l¨²dicas, tan convencionales como id¨®neas... pero s¨ª por el original 'wam-up'. Ya veremos si funciona...