Cousins y Bell han ganado, al fin, a los equipos de la NFL
La estrategia negociadora de los dos jugadores les ha colocado en una situaci¨®n de poder que no es nada com¨²n en la liga de f¨²tbol americano.

Vive la NFL un periodo de desapego emocional entre sus elites y sus obreros m¨¢s cualificados e importantes, esto es, los jugadores. Con una parte de raz¨®n incuestionable, como es el hecho de haber sido postrados y humillados en el anterior convenio colectivo, y otra de envidia ignorante, como es la comparaci¨®n de sus salarios con los de la MLB y NBA, el colectivo de atletas de la liga est¨¢ que echa humo y amenaza con la huelga de cara a la negociaci¨®n del nuevo convenio colectivo, all¨¢ por el 2021.
Es l¨®gico. La comparaci¨®n es un rasgo tan humano como insoslayable, y a las grandes estrellas de la NFL se les abren las carnes cuando ven los contratazos que se llevan los del baloncesto o los del b¨¦isbol por jugarse el tipo un infinito por ciento menos y, por si el argumento de la justicia moral no sirviese (que no lo hace), a pesar de jugar en una competici¨®n notablemente m¨¢s seguida y con una monta?a de ingresos mucho mayor que la de sus compadres de las otras dos grandes competiciones norteamericanas.
Lo que pasa es que, a¨²n siendo l¨®gico, ese malestar no deja de ser un brindis al sol. Los jugadores de la NFL han de ganar menos porque son muchos m¨¢s a repartir. As¨ª de sencillo. Y, adem¨¢s, les ha pillado el paso cambiado con la renovaci¨®n de los contratos televisivos, que es la raz¨®n que hay detr¨¢s de la inflaci¨®n salarial en la NBA y de la bonanza econ¨®mica de la MLB en cada mercado local con televisi¨®n local (o sea, todos). La NFL no negociar¨¢ sus derechos de emisi¨®n hasta 2023 y, por lo tanto, ser¨¢ entonces cuando la subida de salarios llegue a la liga; momento, claro est¨¢, en el que los actuales jugadores estar¨¢n retirados, de ah¨ª que la explicaci¨®n les de exactamente igual.
No obstante, si miramos la parte superior de cada liga y lo que se cobra por a?o la diferencia no es tan abismal como podr¨ªa parecer. No pocos jugadores de la NFL sobrepasan los 20 millones de d¨®lares anuales y tampoco son cientos los que ganan eso en la NBA y en la MLB. La gran diferencia radica en que los segundos tienen sus contratos garantizados durante los a?os que firmen mientras que en la NFL no; es m¨¢s, en el football apenas existen los contratos con m¨¢s de dos a?os y medio de garant¨ªas para el jugador, aunque se firmen para cinco anualidades.
Todos esos acuerdos son, en esencia, un par de temporadas al precio convenido y, las otras tres restantes una opci¨®n para el equipo, que puede quedarse con el jugador a ese precio o cortarle sin contraprestaci¨®n. Esto es debido a la naturaleza violenta y vol¨¢til de este deporte tanto como a la cultura que lo impregna desde que era un mero entretenimiento de oto?o para gentes que deb¨ªan buscarse la vida con otros trabajos el resto del a?o.
Esa ¨¦poca ha pasado y el siguiente gran rubic¨®n de los jugadores ha de ser el eliminar esa opcionalidad de sus contratos. No ser¨¢ f¨¢cil, claro, porque lo que se van a encontrar ser¨¢ que bajan, y mucho, los a?os medios que les ofrecen, pero as¨ª son los avances siempre: pasito a pasito, suave, suavecito.
Sin embargo, algo ha ocurrido en esta offseason que, por primera vez desde hace mucho tiempo, ha postrado a los equipos a los pies de los jugadores. Se trata de Kirk Cousins y Le'Veon Bell rechazando grandes, en teor¨ªa, ofertas de los Washington Redskins y los Pittsburgh Steelers, y haci¨¦ndoles ver que no piensan regalarles sus terceros, cuartos y quintos a?os de contrato por su cara bonita. Y, siendo as¨ª, han podido sentar las bases de una evoluci¨®n beneficiosa para todos los jugadores.
Los bemoles de Kirk Cousins
Primero, el quarterback. Cousins ha sido tan poderoso que se ha permitido el lujo de hacer la broma suprema. Ayer, en una entrevista de radio, dijo que se daba este a?o para evaluar a la franquicia y ver si quer¨ªa jugar con ellos a largo plazo.
Oh, qu¨¦ delicia, qu¨¦ genialidad.
Justo eso es lo que dicen los equipos de los jugadores. Justo eso es lo que los Washington Redskins dijeron de ¨¦l el a?o pasado. Ahora la tortilla ha girado por completo. Con 44 millones asegurados en dos a?os merced a jugar como "franquicia", y la certeza de que tendr¨¢n que ofrecerle m¨¢s de 30 millones en la pr¨®xima agencia libre debido a que ese ser¨ªa su salario con un tercer etiquetado "franquicia" consecutivo, Cousins se ha convertido en el campe¨®n absoluto de cualquier negociaci¨®n entre jugador y equipo NFL.
En esa situaci¨®n ?por qu¨¦ firmar 53 millones garantizados, cinco a?os? Ese dinero ya lo va a ganar en cualquiera de las situaciones, ya sea con el tag, con un contrato con los Redskins o con un contrato en la agencia libre, y no tiene porque regalar otros tres a?os a su equipo para actuar a su antojo.
Esta apuesta por s¨ª mismo deja al conjunto de Washington en el limbo con respecto a la posici¨®n m¨¢s importante en el campo, compromete el futuro del proyecto y les obliga a aceptar sus condiciones o dejarle marchar sin contraprestaci¨®n. Es una jugada maestra que le otorga todo el poder.
Los bemoles de Le'Veon Bell
Bell, de la misma manera, ha rechazado m¨¢s de doce millones de d¨®lares por a?o de los Pittsburgh Steelers ?12 millones? ?Por a?o? ?En una posici¨®n que paga 8 a los mejores? ?Que ha pagado 3 a veteranos como Peterson o Charles esta temporada por un s¨®lo a?o? ?C¨®mo se atreve?
Pues porque no es tonto. Porque no le habr¨ªan garantizado m¨¢s que un a?o y medio de contrato y, en esencia, eso ya lo tiene con los 12 millones que el tag "franquicia" le paga este a?o. Lo que no estaba dispuesto a hacer Le'Veon era a regalarles el control sobre sus pr¨®ximos contratos sin que le asegurasen ese dinero.
De esta manera, el a?o que viene vuelve a ser agente libre y, como Cousins, marcar¨¢ ¨¦l los tiempos, las formas.
El riesgo para ambos s¨®lo es el de las lesiones. Mucho m¨¢s acusado en Bell por su historial y por su posici¨®n en el campo, pero ya tendr¨ªa que ser catastr¨®fica esa lesi¨®n para no tener buenas ofertas la pr¨®xima temporada. Ese riesgo es menor, mucho menor, que regalar tres o cuatro a?os al equipo para el que juegas en los que te pueden mandar a la calle si no rindes, y entonces el mercado s¨ª que va a ser escaso para ti, o se pueden quedar contigo si rindes... a un precio muy inferior al del mercado como le ocurre, por poner un ejemplo evidente, a Aaron Rodgers.
Es cierto que la apuesta anual puede estresar y est¨¢ sujeta a vaivenes que no puedes controlar, pero si algo han demostrado Kirk Cousins y Le'Veon Bell este a?o es que si apuestas por ti mismo, si te la juegas a controlar tu destino, los que se ponen nerviosos son los equipos, y por eso tanto Redskins como Steelers han hecho p¨²blicos los t¨¦rminos de la negociaci¨®n, para que se vea que ellos hicieron todo lo que pudieron.
No, todo no: no cejaron en su intento de control absoluto de la situaci¨®n, como es norma en los contratos NFL. Quiz¨¢s no vaya a ning¨²n sitio al final, pero lo que han hecho estos dos jugadores este a?o puede ser la piedra fundacional sobre la que se cree la verdadera revoluci¨®n para la seguridad contractual o, al menos, la pura libertad, el placer de domar tu destino, de los jugadores de la NFL.