Los Cardinals ganan a los Packers con un Aaron Rodgers m¨ªtico
Arizona llega hasta la final de conferencia tras vencer a los Green Bay Packers en un encuentro que no se borrar¨¢ de la mente de nadie que lo haya visto.

He tenido que parar de saltar. He tenido que parar de gritar. He necesitado un instante para detener mi respiraci¨®n y, poco a poco, llevarla a su ritmo normal cerrando los ojos. He tenido que centrar los nervios para que cada dedo cayese sobre la tecla que mi cerebro ordenaba.
Creo que acabo de ver el partido m¨¢s loco de la historia de los playoffs de la NFL. O en el que se han juntado la mayor cantidad de acciones insospechadas e inimaginables. Dejadme tirar de hip¨¦rbole y ret¨®rica ¨¦pica para contar lo que ha sucedido, porque temo que no en cuentro en disposici¨®n de hacerlo de ninguna otra manera. A fin de cuentas, tengo la seguridad de haber asistido a algo que nunca olvidar¨¦.
Los Arizona Cardinals han ganado a los Green Bay Packers por 26 puntos a 20. Que el dato definitivo sea lo primero que diga. Pero para llegar hasta ese punto hubo que ir apuntando en una hoja la lista de milagros y cataclismos que los protagonistas tuvieron a bien ofrecernos.
El m¨¢s importante de ellos sucedi¨® en la pr¨®rroga. En la primera serie de la misma los Cardinals estaban nerviosos. Era l¨®gico por c¨®mo hab¨ªan llegado al tiempo extra y por el juego, en general, que hab¨ªan desarrollado. Pero como tantas veces, como en aquella noche de febrero de 2009 contra los Pittsburgh Steelers, cuando m¨¢s lo necesitaban apareci¨® su caballero escarlata con el n¨²mero once, de nombre Larry Fitzgerald, y les dio la vida. Entonces no sirvi¨® para ganar, pero hoy s¨ª. Carson Palmer, fall¨®n y atenazado toda la noche, se vio fuera del pocket, perseguido por la buena l¨ªnea defensiva de los Packers, y encontr¨® al mejor receptor de la historia de la franquicia s¨®lo en el otro lado del campo; con el cuerpo girado se la dio y Fitz puso patas abajo todo el estado de Arizona (y medio mundo) recorriendo 75 yardas para dejar el bal¨®n en la yarda 5 de Green Bay. Dos downs despu¨¦s entraba en la end zone como corredor y pon¨ªa el punto final al partido.
Salv¨® a los suyos de una derrota que podr¨ªa haberles destruido. No este a?o, sino como proyecto. Porque eso es lo que pasa cuando te dejas ganar el partido que estuvieron a punto de perder.
Aaron Rodgers se hab¨ªa encargado de eso. De convertir un drive final desesperado en un milagro. Siete puntos abajo afront¨® un cuarta y veinte desde su propia end zone y un hail mary desde el medio del campo que empat¨® el partido con el tiempo cumplido. Ambos los convirti¨®. Ambos los convirti¨® con Bruce Arians mand¨¢ndole blitzes sin miedo a la muerte. Aaron Rodgers hizo milagros porque el receptor de esas dos jugadas monumentales, imposibles, diab¨®licas y sagradas a la vez fue... Jeff Janis. Os voy a perdonar si no sab¨¦is quien es. Supongo que estar¨¦is m¨¢s familiarizados con otro de los h¨¦roes de la noche para los Packers, el tambi¨¦n receptor Jared Abbrederis ?Tampoco? Bueno, eso es lo que pasa cuando juegas con los receptores que no estar¨ªan en la plantilla de no mediar media docena de lesiones.
Rodgers tuvo que inventarse receptores. Janis, que acab¨® con 145 yardas y dos de las mejores jugadas de la historia de los playoffs de la NFL, llevaba la asombrosa cantidad de cuatro recepciones en sus dos a?os de carrera. Cuando Randall Cobb se lesion¨® en los pulmones, vomitando sangre, en la primera parte del encuentro, en otro pase p-e-r-f-e-c-t-o de Rodgers, al QB no le qued¨® m¨¢s remedio que improvisar. Y lo que consigui¨® fue la admiraci¨®n y la incredulidad un¨¢nime de cualquiera que haya presenciado el espect¨¢culo.
Porque, m¨¢s all¨¢ de lo ya descrito, el QB de los Packers jug¨® un partido de los que te encogen el alma. SIn receptores, sin apenas juego de carrera, a remolque de un equipo evidentemente superior, fue capaz de buscar las cosquillas de la defensa rival, sobre todo atacando a un superado Justin Bethel, y dio lo necesario en cada momento. ?Fue perfecto? Por supuesto que no, nadie podr¨ªa en este contexto.
Pero es lo m¨¢s extra?o de este deporte, que el gran h¨¦roe de la noche se fue derrotado a su casa mientras que uno de los villanos se march¨® a hombros. Me refiero a Carson Palmer. El QB de los Cardinals consigui¨® la primera victoria de su carrera en postemporada pero lo hizo con la peor actuaci¨®n del a?o. Es probable que sus n¨²meros, 349 yardas con 25 pases completados de 41 intentados, 3 TDs y 2 intercepciones, no lo digan, pero sus sensaciones fueron horribles.
Sab¨ªa lo que se jugaba. En esencia, su legado al completo. Y, viendo como avanzaba el partido, como los Packers ten¨ªan que vivir sin receptores ni corredores, como la defensa de los Cardinals manten¨ªa siempre el duelo dentro de una sola anotaci¨®n, Palmer lo que hizo fue empeque?ecerse. Dej¨® que la presi¨®n y la responsabilidad le agobiaran y no domin¨® el tempo del encuentro. Adem¨¢s, cometi¨® errores que le pudieron, le debieron, costar el partido a su equipo.
Las dos intercepciones fueron dolorosas, con jugadas mal pensadas y mal ejecutadas. Y alguna m¨¢s que se gan¨® por completo pero que la secundaria de los Packers tir¨® al suelo. Lo que daba mala espina, no obstante, era su lenguaje corporal.?
Siendo lo anterior verdad, hay que destacar que tuvo momentos de gran brillantez. El pase del primer TD a la esquina, a Michael Floyd, fue enorme.
Pero ?acaso importa? ?acaso importa cuando hemos visto algo inolvidable? Ha habido errores por todas las partes, h¨¦roes y villanos, momentos indelebles ya para siempre en nuestra memoria de aficionados. Y un final dram¨¢tico que llamaba a las l¨¢grimas de unos y otros, por motivos bien diferentes. Los Cardinals se van a la final de conferencia habiendo sufrido un susto monumental; veremos como les afecta eso, si para bien, para aprender y darse cuenta que es mejor jugar sin el miedo que atenaza los nervios, que la derrota y la muerte esperan en el siguiente recodo en cualquiera de los casos y que es mejor irse al infierno jug¨¢ndoselo todo a una carta. Y los Packers se van con el equipo roto, pero con la certeza de haber hecho m¨¢s de lo que se podr¨ªa exigir a ning¨²n mortal. Claro, que considerar a Aaron Rodgers mortal quiz¨¢s sea infravalorarle, pues es obvio que ha venido a nosotros desde el Olimpo.
This is the play before The Play after The Other Play:
— NFL (@NFL) January 17, 2016
Larry Fitzgerald starts OT with a 75-yard catch #BeRedSeeRed https://t.co/PQIxOy1FMX