La Villa de Berl¨ªn 1936 y de Jesse Owens, en el abandono
A 40 kil¨®metros del centro de Berl¨ªn, que quiere volver a ser ol¨ªmpico, est¨¢n las casas de Jesse Owens y de los otros 3.962 deportistas. En 2014 una zona derruida y abandonada.


A 40 kil¨®metros del centro de Berl¨ªn, en el oeste y en la boscosa y silenciosa localidad de Elstal, reposan los restos de la Villa Ol¨ªmpica de los Juegos de 1936. Convertida en una atracci¨®n tur¨ªstica poco exitosa (apenas llegan a visitarla 400 personas a la semana), el epicentro de los Juegos que pasaron a la historia por el gobierno nazi de Adolf Hitler, los triunfos de Jesse Owens o los tambores de la Segunda Guerra Mundial es ahora un refugio fantasmag¨®rico, derruido por la barbarie de la guerra y por la presencia de las tropas sovi¨¦ticas en el posterior periodo del Tel¨®n de Acero. Viene a la mente su antiguo esplendor ahora que Berl¨ªn pugna con Hamburgo por ser candidata a albergar los Juegos Ol¨ªmpicos del 2024, que se celebrar¨ªan en Europa.
Un gimnasio vetusto, con cristales opacos y rotos, y un campo de f¨²tbol te dan la bienvenida en esta villa laber¨ªntica, de 550.000 metros cuadrados. La piscina es la primera edificaci¨®n, aunque permanece cerrada. De apenas 12 metros de largo, con poyetes de cemento y un trampol¨ªn de hierro, aqu¨ª se entrenaban los nadadores que participaron en las 11 pruebas ol¨ªmpicas. Bordeando la piscina se llega a las casas en las que resid¨ªan los 3.963 deportistas de los Juegos. De los 138 edificios de una planta que se construyeron, apenas quedan en pie siete, y s¨®lo est¨¢ abierto uno de ellos, la residencia de Jesse Owens, ahora reformada y convertida en un santuario.
Owens deb¨ªa dormir encogido
El silencio es sepulcral en la villa, en especial cuando se asciende la cuesta que conduce al gigantesco comedor, que permanece cerrado. Dotado de tres plantas, serv¨ªan tres platos de comida al d¨ªa a los deportistas. Tras un peque?o giro a la izquierda, el decorado cambia. La villa ol¨ªmpica llega a sus l¨ªmites y aparecen edificios de hormig¨®n y de cuatro plantas, totalmente rectangulares y de un inconfundible estilo militar: en ellos resid¨ªan las tropas sovi¨¦ticas en plena Guerra Fr¨ªa. Esta presencia deterior¨® el paisaje no s¨®lo con los edificios, sino con la destrucci¨®n de algunas estructuras, como por ejemplo la zona de ocio de los atletas. All¨ª era donde pasaban las noches, se relacionaban e incluso disfrutaban de servicio de bar. Pero un misil la destruy¨® y ahora es una plaza de arena.
La pel¨ªcula 'Race', en 2016
El camino es circular y en la parte izquierda permanecen las estructuras m¨¢s originales: la casa de los oficiales y la del comandante. Ambas estaban separadas por un lago que ha perdido caudal: los rusos no lo quer¨ªan. La casa de los oficiales es un amplio edificio pintado de naranja. Un palacio con los mejores lujos de la villa que atend¨ªa al gobierno nazi durante los Juegos. All¨ª resid¨ªa, por ejemplo, Wolfgang F¨¹rstner, director de la villa que se suicid¨® tres d¨ªas despu¨¦s de que finalizara la cita al ser jud¨ªo. Un preludio de lo que ocurrir¨ªa despu¨¦s en la Segunda Guerra Mundial. Ahora la villa descansa en la m¨¢s absoluta paz.