Tras las huellas de Shackleton
"Se buscan hombres para viaje azaroso. Paga peque?a, fr¨ªo intenso, largos meses en completa oscuridad..." As¨ª anunci¨® Ernest Shackleton su empresa en la Ant¨¢rtida.

Despu¨¦s de diez a?os, regresamos a las Georgias del Sur, en las cercan¨ªas de la Ant¨¢rtida, para seguir las huellas de explorador brit¨¢nico Ernest Shackleton, en lo que sin duda fue la haza?a por la que siempre se le recordar¨¢.
Hace casi cien a?os, en agosto de 1914, Sha?ckleton, a bordo del barco Endurance, inici¨® una de las m¨¢s grandiosas aventuras polares. Su objetivo era "realizar la ¨²ltima gran traves¨ªa terrestre" que quedaba por hacer en la Tierra: es decir, atravesar la Ant¨¢rtida de punta a punta pasando por el Polo Sur geogr¨¢fico. Lo que no pod¨ªa imaginar es que no llegar¨ªan ni siquiera a poner pie en el continente helado y que, en pocos meses, su ¨²nico objetivo ser¨ªa intentar regresar con vida. Dos a?os m¨¢s tarde, en 1916, Shackleton y otros cinco compa?eros llegaban en una peque?a chalupa a la Isla San Pedro, la m¨¢s grande del archipi¨¦lago de Georgias, para pedir ayuda y rescatar a la tripulaci¨®n del Endurance, atrapada y al filo de la supervivencia en la Isla Elefante. Para pedir auxilio a la factor¨ªa ballenera de Stromnes, Shackleton y dos compa?eros, Worsley y Crean, debieron atravesar una isla desconocida, intern¨¢ndose en valles glaciares, escalando collados y cruzando bah¨ªas, en una de las m¨¢s duras aventuras modernas que se recuerdan. Desde entonces, Sha?ckleton es una referencia tanto en el mundo de los aventureros como en el de las empresas; un ejemplo de liderazgo en condiciones extremas.
Nuestra expedici¨®n se encuentra dando los primeros pasos en su intento de repetir esta incre¨ªble aventura. Hemos navegado en un velero desde las islas Malvinas hasta la bah¨ªa del rey Haakon, el mismo lugar donde llegaron Shackleton y sus hombres, para luego atravesar la isla exactamente por el mismo itinerario que los brit¨¢nicos hasta llegar a Stromness, donde se encontraban los balleneros que ayudar¨ªan a Shackleton a rescatar vivos a todos sus hombres tras 18 largos meses de soledad y fr¨ªo. Tambi¨¦n tenemos el proyecto de explorar la zona monta?osa del interior, para escalar algunas de estas grandes monta?as abriendo rutas nuevas. Ser¨¢ nuestro particular homenaje a este magn¨ªfico aventurero.
Traves¨ªa. La marcha que tuvieron que realizar Shackleton, Crean y Worsley merece situarse entre las m¨¢s bellas traves¨ªas del mundo: por el ambiente desolado y salvaje que se respira en esta isla perdida en medio del Atl¨¢ntico sur; por el compromiso que exige el acometerla -ya que la m¨ªnima contingencia puede adquirir all¨ª tintes dram¨¢ticos-; por la experiencia en marchas sobre glaciares y en navegaci¨®n que se precisa, y porque, en definitiva, en pocos lugares como en ¨¦ste, te sientes transportado al centro de una de las aventuras m¨¢s heroicas y ejemplares que se ha desarrollado en las regiones polares.
La sensaci¨®n de aislamiento y grandiosidad que se siente mientras se atraviesa la mayor de las islas que forman el archipi¨¦lago de las Georgias del sur de un lado a otro son absolutas. Mientras que otros lugares del planeta -la mayor¨ªa- en los ¨²ltimos cincuenta a?os se han hecho m¨¢s accesibles, y algunos, como el campo base del Everest y algunos m¨¢s del Himalaya, incluso se han masificado, en Georgias ha ocurrido lo contrario. En aquellos d¨ªas en los que Shackleton y sus dos compa?eros la acometieron, exist¨ªan en la isla cinco factor¨ªas balleneras, donde viv¨ªan y trabajaban cientos de trabajadores, que dispon¨ªan de una sala de cine y hasta de una liga de f¨²tbol propia. Sin embargo hoy no son m¨¢s que poblados fantasmas, y el salitre, la herrumbre y el abandono son su ¨²nica compa?¨ªa. Hoy ¨²nicamente un pu?ado de personas en Grytviken es el ¨²nico asentamiento humano que en todo Georgias del Sur.
Una proeza. A la factor¨ªa de Stromnes llegaron el 20 de mayo de 1916 Shackleton, Crean y Worsley tras una marcha continua de 36 horas. Fue la pen¨²ltima haza?a liderada por El jefe, con el fin de rescatar sanos y salvos a todos sus compa?eros. Hoy, con buenas condiciones climatol¨®gicas, puede realizarse en tres d¨ªas de marcha. Los rudos noruegos que trabajaban en la base ballenera fueron los primeros en tener noticias de aquellos hombres que llevaban perdidos a?o y medio y que parec¨ªan fantasmas. De hecho, en un primer momento fueron incapaces de reconocer a quienes hab¨ªan recalado precisamente en las Georgias dieciocho meses antes. All¨ª hab¨ªa dado comienzo una de las odiseas de supervivencia m¨¢s prodigiosas de todos los tiempos.