Los dorados 90: Estiarte, Roll芍n y el triunfo del waterpolo espa?ol
De las l芍grimas de Barcelona 92, a la redenci車n en Atlanta 96. El waterpolo se consolid車 en Espa?a con 谷xitos inigualables, historias dram芍ticas y un legado eterno.


"Estoy convencido de que ning迆n equipo se hab赤a preparado m芍s que nosotros; igual quiz芍 s赤, pero m芍s no, no me lo creo, que me lo demuestren". Son la palabras de Manel Estiarte en Todos mis hermanos, la autobiograf赤a que public車 en 2009, un a?o despu谷s de que Pedro Garc赤a Aguado, alias Toto, hiciera lo propio con la suya, Ma?ana lo dejo. Dos libros que hablan de cosas distintas, pero a la vez parecidas. Y que narran las aventuras del waterpolo espa?ol en los dorados 90, cuando el deporte del bal車n amarillo, siempre minoritario, se consolid車 a escala nacional, cop車 las portadas de los peri車dicos, abri車 noticieros y se convirti車 en referente. Nunca el waterpolo, hasta el auge del combinado nacional femenino dirigido por Miki Oca (otro referente de los 90) tuvo tanta repercusi車n. Y, en la actualidad, se intenta un nuevo auge con 谷xitos que empezaron a llegar con las chicas en 2012 (plata en Londres) y que ha tenido su continuidad con la llegada de David Mart赤n al banquillo de los chicos y un ascenso paulatino que ya ha tenido su traducci車n en medallas.
Las declaraciones de Estiarte corresponden a la preparaci車n de los Juegos Ol赤mpicos de Barcelona, en 1992. Dragan Matutinovic lleg車 a una selecci車n que sufri車 en los 80 para dar un salto cualitativo (y cuantitativo) a base de cultura yugoslava, entrenamientos maratonianos realmente inhumanos y aut谷nticas palizas en forma de subidas de monta?as en Andorra, nataci車n con ropa, sesiones despiadadas de pesas y una actitud que provoc車 la animadversi車n del gran capit芍n, que nunca estuvo de acuerdo con esos m谷todos. Son famosos los relatos de los jugadores con las rodillas destrozadas, subiendo montes como si fueran escaleras, mientras el t谷cnico iba en su todoterreno con sus ayudantes. Tambi谷n las comidas en las que daba lo m赤nimo a sus jugadores mientras 谷l, en la mesa de al lado, se dedicaba a engullir jam車n ib谷rico para envidia de los presentes.

El gran capit芍n siempre mantuvo que el m谷todo del croata no ayudaba a ganar. Porque s赤, Espa?a dio un salto cualitativo, pero no gan車 el oro: plata en el Europeo de Atenas, en 1991. Tambi谷n en el Mundial de Perth, ese mismo a?o. Y en los Juegos de Barcelona. Segundos, segundos y segundos. Otros mantienen que imprimi車 el gen competitivo a unos jugadores que se creyeron que pod赤an ganar, y que su labor permiti車 los 谷xitos de los a?os siguientes. De una forma u otra, no hubo 谷xito tan amargo como la plata de 1992. Tras tres pr車rrogas contra Italia, un equipo con m芍s oficio, seg迆n Toto, que los espa?oles, Espa?a cay車 en la Picornell, con 18.000 personas en las gradas, el d赤a siguiente a que la Selecci車n de f迆tbol conquistara el oro. El bullicio se hab赤a apoderado de los aficionados, que estaban en casa, y el waterpolo estaba en primera plana incluso con la realeza en las gradas. En otras palabras: un sue?o.
Una final con mucha historia
La previa de la final, y de todo el torneo, vino acompa?ada de uno de los dramas de la Selecci車n. Toto se reuni車 con sus jugadores y con el cuerpo t谷cnico para hablar de sus adicciones: confes車 que cuando sal赤a por la noche, no sab赤a volver a casa. Y, que adem芍s de alcohol, consum赤a coca赤na. Se le apart車 del equipo para estar con el junior y el jugador su autoconfin車 en su casa, con los entrenadores vigil芍ndole y en vilo por no saber si iba a poder ir, adem芍s de pasar controles antidoping voluntarios. En ese momento, un positivo descalificaba a todo el equipo y Espa?a no quer赤a sorpresas. Un d赤a se escap車 y consumi車, pero la prueba result車 nula por la cantidad de agua que el jugador bebi車 para poder salir de la situaci車n. Los controles se los pagaba con su dinero, por lo que no tuvo otro hasta la semana siguiente, cuando fue negativo. Como 谷l mismo confes車 tiempo despu谷s, fue el cargo de conciencia y el comportamiento del adicto el que le permiti車 salir indemne de una situaci車n que podr赤a haberse tornado en ignominiosa.
Toto lleg車 limpio y jug車 el torneo de su vida: tres goles en semifinales, ante Estados Unidos, para un 6-4 que les met赤a en la final. Otros tres en el partido por el t赤tulo, al que llegaron con un equipo, el italiano, que era la cuna del waterpolo por aquel entonces. Solo los h迆ngaros han sido comparables en nivel, t谷cnica y competitividad; aun as赤, Estiarte met赤a un gol que daba ventaja a los espa?oles con 42 segundos para el final. Matutinovic orden車 presi車n, pero la racionalizaci車n posterior le quit車 la raz車n: los boyas de Italia eran duros y la zona dejaba chutar de fuera a un portero como Jes迆s Roll芍n. Los italianos anotaron, empataron, forzaron una nueva pr車rroga (por aquel entonces no hab赤a penaltis) y ganaron al final. Un lanzamiento de Miki Oca en el 迆ltimo segundo dio al palo y se qued車 en el agua. "Palo y agua. Palo y agua es deporte, es fuera, no es gol", dir赤a Estiarte tiempo despu谷s.

La redenci車n: Atlanta 1996
Matutinovic sali車 y lleg車 Joan Jan谷. Un perfil radicalmente distinto que contaba con el benepl芍cito de Estiarte, con el que hab赤a conquistado la Copa de Europa en 1983, cuando ambos jugaban para el Bar?a. Al resto de la plantilla nunca le agrad車 demasiado el nuevo fichaje, pero el equipo iba casi solo por aquel entonces. Eso s赤, en el Mundial de Roma de 1994, Espa?a volvi車 a perder, de nuevo contra Italia. Y si los Juegos fueron por la m赤nima (8-9), esta vez el resultado fue inapelable: 10-5 y ninguna opci車n de hacerse con el trofeo. El oro volv赤a a escaparse, la plantilla cumpl赤a a?os y muchos empezaron a pensar que el paso hacia el 谷xito rotundo, esa l赤nea fina tan dif赤cil de traspasar, era cada vez m芍s complicado. Y, en 迆ltima instancia, que la oportunidad perdida hab赤a sido la 迆nica oportunidad.
El equipo no llegaba bien a 1996. Estiarte y Salvado G車mez, apodado Chava, no se dirig赤an la palabra, y la animadversi車n que el capit芍n y Chiqui Sans sent赤an el uno por el otro era cada vez mayor. Espa?a no llegaba como favorita. Toto, por su parte, reconoci車 tiempo despu谷s que llegaba "sufriendo" a ese torneo, tras reanudar sus excesos despu谷s de Barcelona 92. Adem芍s, Estiarte ten赤a 36 a?os y se esperaba que anunciara su retirada tras los Juegos, Chiqui casi 31, Chava, Toto y Jes迆s se acercaban a la treintena. Un equipo veterano, con cierta desconexi車n hacia el banquillo y entre ellos mismos, y algunas rencillas propias de muchos a?os de convivencias. Y la fase de grupos, con sendas derrotas ante Yugoslavia y Hungr赤a, no provocaron ning迆n tipo de optimismo interno o externo.
Espa?a empez車 a espabilar en cuartos: master class defensiva, con Jes迆s Roll芍n al frente, para vencer a Estados Unidos por 5-4, un resultado enga?oso que empez車 con un claro 5-1. De repente, 75% de opciones de medalla, y una victoria en los siguientes dos partidos aseguraba el 谷xito. En semifinales, la victoria fue contra los padres del waterpolo, Hungr赤a. 7-6 con una ayuda final de Chava a Estiarte que se tradujo en un abrazo en el hotel. De repente, la qu赤mica volvi車 a fluir, Chiqui y Manel olvidaron sus diferencias y la oportunidad del oro era tangible, real. Las semifinales no se celebraron como en Barcelona, a sabiendas de que el trabajo no estaba terminado. El equipo iba a una, se hab赤a olvidado del pasado y miraba al futuro reciente como si no hubiera otra cosa en la que pensar. Pod赤a ser el cierre de un ciclo, el de la mejor generaci車n de la historia del waterpolo espa?ol. En las portadas volv赤an a salir ellos. El waterpolo volv赤a a ser protagonista.
La final tuvo dos partes bien diferenciadas: la primera, con dominio de Croacia, que llegaba por primera vez a una final tras el desmantelamiento definitivo de Yugoslavia y con ganas de reivindicarse como estado propio. 3-1 de salida y fantasmas de Barcelona. Pero Espa?a espabil車, empat車 a 3, se puso 5-3 y volvi車 a sufrir un rev谷s que dejaba todo com empate a 5 y un cuarto por disputarse. Los de Joan Jan谷 tiraron de genio para ponerse 7-5 y el resto fue cosa de Jes迆s Roll芍n, que puso un cerrojo en la porter赤a y no dej車 que entraran m芍s goles. Miki meti車 uno, Chiqui un rev谷s para la historia, Toto otro, Estiarte tres... Fue una final incre赤ble que tuvo de todo. De repente, las l芍grimas de tristeza de Barcelona se tornaron en emoci車n en Atlanta. Los fantasmas se ahuyentaron. Y Albert Estiarte, m谷dico de la Selecci車n y hermano de Manel, se tiraba al agua para abrazarle y pronunciar el nombre de Rosa, la hermana de ambos, fallecida al arrojarse por una ventana en 1985. Uno de los episodios m芍s crueles que ha vivido el jugador, pero que pudo recordarla con alegr赤a 11 a?os despu谷s. Y con un oro ol赤mpico colgado al cuello.
El final
Estiarte, en la rueda de prensa en la que iba a anunciar su retirada, asegur車 que continuar赤a cuatro a?os m芍s y lleg車 a Sydney, disputando un total de seis Juegos Ol赤mpicos (el primero, en 1980)y recibiendo el Premio Pr赤ncipe de Asturias de los Deportes por toda una carrera de 谷xitos. El oro de 1996 supuso el primer torneo ol赤mpico en el que no quedaba M芍ximo Goleador (tampoco lo fue en S赤dney)... y el 迆nico que gan車. En 1998, Espa?a gan車 el Mundial en Perth (ya con Iv芍n P谷rez en la plantilla), y en el 2000 (sin el propio P谷rez por temas burocr芍ticos) una Selecci車n ya envejecida y con casi 40 a?os de su capit芍n, perd赤a en la pr車rroga en semifinales, qued芍ndose a un solo paso de las medallas. Fue el final del combinado nacional, uno incre赤ble. Estiarte, abanderado en esos Juegos, dijo adi車s y vio desde la televisi車n el 迆ltimo gran 谷xito de Espa?a, en Fukuoka, en el Mundial de 2001.

Ese 迆ltimo 谷xito fue sin Toto, apartado del equipo por culpa de sus adicciones, que compart赤a junto a un Roll芍n que s赤 continu車. Jan谷 quiso recuperarle en 2003, pero una desaparici車n de tres d赤as, coca赤na mediante, provoc車 su expulsi車n definitiva... y el final de su carrera deportiva, ingresando en un centro de desintoxicaci車n. Hoy lleva 18 a?os limpio. Roll芍n no tuvo tanta suerte: se suicid車 en el Balneario Blancafort del municipio de La Garriga, Barcelona, cuando estaba en plena rehabilitaci車n, separado de su mujer y con problemas para ver a su hija, consecuencias que tambi谷n vivi車 Toto. Un amargo final para el mejor portero de la historia, que alarg車 su carrera hasta Atenas 2004, pero no pudo superar sus adicciones. Su muerte se produjo en una situaci車n complicada en lo referente a su relaci車n con Estiarte, con el que se hab赤a distanciado. Su alargada sombra, desaparecida tras su retirada, permiti車 al equipo disfrutar del oro de Fukuoka sin su presencia, que siempre lo acaparaba todo. El eterno capit芍n siempre ha mantenido que todav赤a lamenta ese enfriamiento y el hecho de no haber podido solucionar las cosas con Roll芍n antes de su muerte.
As赤 finaliz車 la trayectoria de la mejor generaci車n del waterpolo espa?ol. Una que permiti車 que todo el mundo empezara a hablar de un deporte del que nadie hablaba nunca. Que provoc車 llenos enteros de estadios antes vac赤os (en Atlanta lleg車 a haber 25.000 personas en la gran final) y puso en primer plano el deporte acu芍tico. Uno lleno de dificultades en la actualidad, muy dependiente de las subvenciones, con menos fichas en su secci車n femenina (un cl芍sico, todav赤a y por desgracia en el siglo XXI) y con poca atenci車n del p迆blico m芍s all芍 de los Juegos Ol赤mpicos. Unos en los que, ahora y en Tokio, se intenta volver a los 谷xitos pasados y recuperar la gloria perdida, una que han potenciado las chicas en la 迆ltima d谷cada, en una ola de 谷xitos a los que ahora se quieren unir los chicos. Y todo, por el orgullo de tiempos pasados que fueron mejores, la a?oranza de la generaci車n de oro del waterpolo espa?ol. Una que pas車 penurias, perdi車 finales muy dolorosas, pero toc車 la gloria. Y eso, claro, es para siempre.