Camus puso el broche final
El Racing consigue despedir la temporada con el ascenso y sin perder un solo partido en su estadio, el Valladolid Promesas, sin ritmo, no arriesg¨® nunca


El Racing ha puesto la guinda a su extraordinaria temporada con un nuevo triunfo, al l¨ªmite de la hora y casi sin buscarlo, con lo que se convierte en el ¨²nico de los 40 equipos de Primera RFEF que cierra el curso sin perder en su estadio. El Valladolid Promesas, que se jugaba media vida en El Sardinero, fue de m¨¢s a menos y result¨® incapaz de arriesgar en busca del ¨²nico resultado que le pod¨ªa servir. Le falt¨® nervio y, en la segunda parte, ¨¢nimo.
La apuesta inicial de Romo en el once, con todos los pesos pesados, ya indicaba que al entrenador del Racing no le apetec¨ªa nada correr el riesgo de ver en casa, en su despedida de temporada como local, un equipo tan bajo en calor¨ªas como el que se pudo ver en Tudela. Y de inicio, la verdad, con tres llegadas con v¨¦rtigo por la derecha, dos de Soko y una de Unai Medina, culminadas todas con centro venenoso, parec¨ªa que tocaba un Racing de serie oro. Pero no. En cuanto el filial pucelano se pudo hacer con la pelota, los de Romo se fueron achicando.

Durante casi toda la temporada el Valladolid Promesas ha estado en puestos de descenso, ser¨¢ por algo, pero vi¨¦ndoles tocar el bal¨®n, con precisi¨®n y sentido, se antojaba extra?o que pueda perder la categor¨ªa. Las dos mejores ocasiones de la primera mitad fueron suyas. Muy claras, adem¨¢s. Ambas de Benito, al que Parera sac¨® un mano a mano en el 36' y que estrell¨® en el palo un gran remate de cabeza a un centro primoroso de Paulo Vitor desde la izquierda.
La segunda mitad fue rara. Y un tost¨®n. El Racing parec¨ªa conformarse con no perder para mantener impoluto su expediente en El Sardinero. Y el Promesas, tambi¨¦n. No se sabe que es lo que quer¨ªa conservar, puesto que el empate parec¨ªa valerle para muy poco en su lucha por la permanencia, pero lo parec¨ªa. Jugaba al trantr¨¢n, siempre al pie, sin ritmo, sin v¨¦rtigo, sin pisar el ¨¢rea contraria. A lo mejor, deb¨ªan pensar los racinguista en la grada, por eso est¨¢n donde est¨¢n.
Lo m¨¢s emocionante del partido lleg¨® en los ¨²ltimos momentos. Primero, en el 71', cuando Pablo Torre fue sustituido y vio, con l¨¢grimas en los ojos, como todo el estadio se pon¨ªa en pie para despedirle camino del Camp Nou. Luego, aunque sin comparaci¨®n posible cuando el relevado fue Soko, tambi¨¦n en lo que parece ser¨¢ su ¨²ltimo partido como racinguista en Santander. Y, por fin, en el 92', cuando Marco Camus, que sali¨® desde el banquillo con ganas de remover el partido, tuvo justo premio a su inter¨¦s y a su potencia, al marcar el gol del triunfo de un gran zurdazo, en una continuaci¨®n de saque de esquina, p¨¦simamente defendido por los pucelanos.
