El Madrid, en 'la peque?a URSS'
Ancelotti y los suyos llegan hoy a Tiraspol, la capital de Transnistria, donde Lenin recibe al visitante, s¨®lo se puede pagar en met¨¢lico y su hotel... es propiedad del rival.


En Tiraspol, la capital de la autoproclamada regi¨®n independiente de Transnistria, es como si la Perestroika no hubiera ocurrido y el Muro de Berl¨ªn siguiera intacto. Si la protagonista de Good Bye Lenin! se hubiera despertado aqu¨ª, no habr¨ªa notado el cambio. El Real Madrid aterrizar¨¢ hoy en un punto geogr¨¢fico clavado en el tiempo. Tiraspol, el ¡®rancho¡¯ de la empresa Sheriff y su sorprendente club de f¨²tbol, es una ¨ªnsula m¨¢s sovi¨¦tica que la actual Rusia, a la que venera como la madre patria y de la que depende econ¨®micamente.
Lo primero que recibe visualmente el visitante de Tiraspol es una estatua de 20 metros de Lenin, un tanque de la II Guerra Mundial con el lema ¡®?Por la Patria!¡¯ pintado en el lomo y simbolog¨ªa con la hoz y el martillo mientras se pasea por la avenida Karl Marx. Una regi¨®n donde hay que traspasar una frontera con visado temporal (para los hinchas de los vecinos clubes moldavos, de s¨®lo diez horas) y ver soldados haciendo instrucci¨®n por la calle es habitual.

Una ciudad gris, de mon¨®tona arquitectura soviet y ni un solo McDonalds (el s¨ªmbolo de la entrada del capitalismo en Mosc¨²), que se desangra. Desde la independencia tras una breve guerra en 1992 es un protectorado ruso (aportan casi la mitad de los 350M€ del PIB de toda Transnistria y le dan suministro gratis de gas) que ha perdido la mitad de la poblaci¨®n y donde es imposible pagar con una tarjeta bancaria occidental. Para hacerse con cash y convertirlo posteriormente de alg¨²n modo en rublos transnistrios, una moneda de uso ¨²nicamente local, hay que irse a un cajero que est¨¦ ubicado en Moldavia...

Jugando a los esp¨ªas...
Ni siquiera podr¨¢ pagar con pl¨¢stico, de necesitarlo, la expedici¨®n madridista. Se alojar¨¢ en el Hotel Russia, el ¨²nico de relativo lujo en Tiraspol y que tambi¨¦n acepta ¨²nicamente met¨¢lico. En casa del enemigo y si se piensa en clave de pel¨ªculas de la Guerra Fr¨ªa, quiz¨¢ con micr¨®fonos en las paredes. Porque ese hotel, como tantas otras cosas en la ciudad, pertenece al conglomerado Sheriff, en manos de un oligarca con v¨ªnculos con el KGB.

El fastuoso complejo deportivo a la entrada de Tiraspol (cost¨® 120M€ y el estadio gana en asientos por diez a uno al del rival vecino, el Dinamo-Auto), supermercados, gasolineras... la estrella de cinco puntas de Sheriff es omnipresente. Aunque no a gusto de todos. Es casi imposible encontrar referencias al equipo de f¨²tbol. ¡°No hay jugadores de aqu¨ª, s¨®lo extranjeros¡±, se quejan los hinchas. En el futbolero pub Craft, hay una bandera del Madrid y otra del Sheriff. Y la madridista es bastante m¨¢s grande...