M¨¢s de lo mismo
El Racing pasa de ronda sufriendo, en casa y ante un rival de inferior categor¨ªa, y con su p¨²blico silbando al equipo. El Arenas fue de menos a m¨¢s


Si alguien ten¨ªa dudas antes de comenzar el partido, al ver la alineaci¨®n de Romo, de los motivos por los que el t¨¦cnico no daba descanso a Pablo Torre ni a ??igo, el discurrir del partido lo dej¨® claro: sin ellos, el Racing no existe futbol¨ªsticamente. No es que con ellos sea gran cosa, pero en cuanto desaparece el de Soto de la Marina las musas abandonan al equipo y cuando quitan al de Ampuero el equipo se rompe. Unos atacan, mal, y otros defiende, peor. Si el Racing ha superado al Arenas, que empez¨® medroso y que se fue envalentonando a medida que ve¨ªa los agujeros en la l¨ªnea de flotaci¨®n del rival, es porque tiene un par de jugadores que marcan la diferencia. En cualquier caso, el Racing sufri¨® esta noche m¨¢s que hace dos semanas el Rayo Cantabria para ganar al mismo rival en el mismo escenario.
El partido empez¨® 1-0. No de manera literal, obviamente, pero antes de romper a sudar, al minuto y medio, Marco Camus adelant¨® a los suyos llegando por el segundo palo y aprovechando la inoperancia de la defensa arenera ante un pase cruzado y un tanto impreciso de Manu Justo desde el otro lado. Realmente, el partido pareci¨® resuelto en ese momento porque la sensaci¨®n que transmit¨ªa el Arenas era de estar superado por los acontecimientos. De hecho, se puede decir que los de Iban Fagoaga no se personaron en El Sardinero hasta que el partido ya llevaba un cuarto de hora disputado. Sin embargo, la lentitud y la falta de filo con la que los de Romo administraban el cuero dej¨® vivo al cuadro Getxotarra. Y, claro, lleg¨® un momento en que los vascos se vieron capaces de competir y se animaron a ello. Si no f¨²tbol, le metieron m¨¢s intensidad y se encontraron con el empate en un gran remate de cabeza de Uranga al saque de una falta regalada por Bobadilla junto al c¨®rner. Se ol¨ªa la paparda en El Sardinero.

Con Borja Dom¨ªnguez monopolizando la salida del bal¨®n, demostrando que juega muy bien al f¨²tbol, pero a 33 revoluciones por minuto en vez de a las 45 que le har¨ªan jugar en Primera, las jugadas de los verdiblancos solo adquir¨ªan sentido cuando Pablo Torre participaba en ellas o en un par de arrancadas, plet¨®ricas en lo f¨ªsico, de Marco Camus por el carril izquierdo. As¨ª, con el Arenas cruzando los dedos en busca de una falta o un saque de esquina, fueron llegando las ocasiones: un tiro de Pablo Torre al palo (32'), un remate de Manu Justo a pase cruzado de Camus (41') y en la ¨²ltima acci¨®n del primer tiempo, Pablo Torre, obviamente, se inventa una acci¨®n individual por la izquierda y mete un pase venenoso al segundo palo en donde Manu Justo, que volvi¨® a ganar esa zona muy bien, solo tuvo que empujar. 2-1 y a meditar en la caseta.
Y debi¨® meditar m¨¢s y mejor Fagoaga con los suyos que Romo con los locales, porque el arranque del segunda mitad pareci¨® otro partido. Pis¨® m¨¢s el ¨¢rea c¨¢ntabra el Arenas en los dos primeros minutos de la reanudaci¨®n que en toda la primera parte. Una contra de Camus, que acab¨® con tiro duro que sac¨® Landeta con apuros pareci¨® insuflar ¨¢nimo a los racinguistas que durante un cuarto de hora volvi¨® a igualar la din¨¢mica del juego y tuvo incluso un par de ocasiones en sendos barullos en el ¨¢rea del Arenas. Pero en el 62' se baj¨® la persiana del f¨²tbol. Romo sustituy¨® a Torre y a ??igo y con ellos se fue el f¨²tbol y el pegamento que un¨ªa al equipo. Hubo una triple ocasi¨®n, es cierto, en la que Cedric, Manu Justo y Bustos pudieron haber sentenciado (en el 71'), pero la realidad del partido ya era otra. Mandaba el Arenas.
Los ¨²ltimos veinte minutos del partido fueron esperp¨¦nticos para los locales. El Arenas se lo crey¨® y todos y cada uno de los jugadores del Racing, los que estaban y los que entraban al partido, daban su peor versi¨®n. Los defensas, faltos de contundencia, los centrocampistas incapaces de enlazar dos pases seguidos y los puntas aislados y desanimados. En el ¨²ltimo cuarto de hora la tuvo Izeta, muy clara, y en el 91', con el portero y la defensa local derramando inseguridad? por todos sus poros, el mismo Izeta y Arzuaga estuvieron a punto de embocar y mandar el partido a la pr¨®rroga. Sali¨® cruz para los areneros y el Racing, con pitos de su p¨²blico, se asegur¨® el billete para ir la pr¨®xima semana a Avil¨¦s. Menos da una piedra.
