Espa?a est¨¢ seca

Falt¨® lo de casi siempre, el gol. Por lo visto tampoco se escond¨ªa en Sevilla y el problema se agrava porque se ha convertido en una canci¨®n de estribillo odioso. Espa?a pinch¨® con Suecia y arranca la Eurocopa sin premio. Se abre ahora un plazo de cinco d¨ªas (hasta el duelo ante Polonia) con las tertulias echando humo, pues basta con tener los o¨ªdos medio abiertos para darse cuenta del sentir popular: ?Por qu¨¦ no jug¨® Gerard Moreno hasta el minuto 73 cuando ha sido el m¨¢ximo goleador espa?ol de LaLiga? ¡°F¨²tbol es f¨²tbol¡±, dec¨ªa Boskov. Ni siquiera la frase de Vujadin nos ayuda.

Mientras sonaban los himnos quise hacer un experimento, un ejercicio facilito, sin riesgo alguno. Tecle¨¦ ¡®Luis Enrique¡¯ en Twitter y aguard¨¦ cu¨¢nto tardaba en figurar su nombre en un comentario. No lleg¨® al minuto. Y dec¨ªa as¨ª: ¡°Luis Enrique es otro Clemente. Nos va a dar d¨ªas de gloria¡±. ?? As¨ª que mejor aparqu¨¦ las redes sociales y me centr¨¦ en el c¨¦sped de La Cartuja, donde Luis Enrique hab¨ªa alineado el once m¨¢s previsible de todos los previsibles, y eso en el asturiano ya es acertar. Unai Sim¨®n de nuevo bajo palos (y van ocho partidos seguidos), lo que le otorga la condici¨®n de meta titular de la Selecci¨®n. Era una Espa?a de izquierdas, con dos centrales zurdos como Pau Torres y Aymeric Laporte, acompa?ados en defensa por otro zocato como Jordi Alba. Detalles, simplemente eso, porque lo cierto es que el cuarteto que escoltaba a Sim¨®n fue un seguro de inicio.

Bastaron cinco minutos para dibujarnos lo que nos quedaba por ver de ah¨ª a las once menos cuarto. Una Roja que mov¨ªa de lado a lado el bal¨®n en su intento de encontrar un resquicio en esa multitud amarilla que orden¨® Jane Andersson. Isak y Berg no ten¨ªan otro cometido en ese arranque que el de perseguir a los centrales espa?oles para tratar de obstaculizar la salida de bal¨®n. Costaba lo suyo.

El primer uy lleg¨® en un cabezazo de Olmo en el minuto 15 tras pase de Koke. El bal¨®n bot¨® en el c¨¦sped pero fue bien despejado a c¨®rner por Robin Olsen. El meta del Everton peg¨® un par de voces en un intento de que sus compa?eros dieran unos pasos adelante. Porque era cierto que Suecia solo corr¨ªa detr¨¢s del bal¨®n, hasta tal punto era tal la desconexi¨®n ofensiva del equipo que Forsberg, posiblemente el pie con mayor clase a la hora de armar juego, tuvo su primera intervenci¨®n rese?able al paso por el minuto 20. Rese?able no quiere decir brillante, pues su remate se fue a las nubes.

Un dato: en el 26¡¯, la posesi¨®n de Espa?a ascend¨ªa al 82%. Otro: por entonces, los de Luis Enrique hab¨ªan botado ya cuatro c¨®rners y rematado cuatro veces a puerta. Pero en muchas ocasiones lo realmente dif¨ªcil en el f¨²tbol es traducir esos n¨²meros en peligro real. Que se lo pregunten a Koke, que en apenas cinco minutos disfrut¨® de dos ocasiones claras de gol. En ambas, sus disparos no encontraron porter¨ªa. El rojiblanco y Pedri eran los centrocampistas m¨¢s m¨®viles, mientras que Rodri ejerc¨ªa de ancla. Por cierto, del canario no podemos dejar pasar por alto el hecho de que ante los suecos se convirtiera, a sus 18 a?itos, en el jugador m¨¢s joven en la historia de la Selecci¨®n en ser titular en la fase final de un gran campeonato. Casi nada.

Espa?a jugaba bien, pero no marcaba. Y en esas est¨¢bamos cuando revivi¨® el debate nacional: Morata, s¨ª, Morata, no. Una pifia monumental de Danielson dej¨® el bal¨®n regalado al de la Juve junto al punto de penalti. Pero Morata err¨®, tir¨® fuera lo que ve¨ªamos dentro. Y ese fallo tuvo un efecto del que no se supo recuperar. Solo tres minutos despu¨¦s se invirtieron las tornas y fue Isak, el mejor de los suecos, quien tuvo una clara ocasi¨®n, pero su remate se convirti¨® en una especie de pinball en el que el bal¨®n rebot¨® en Llorente, bot¨® junto a la l¨ªnea de gol, dio en el poste y qued¨® finalmente en manos de Sim¨®n. Un regalo como ca¨ªdo del cielo.

Iniciada la segunda mitad, estuve tentado de teclear ¡®Morata¡¯ en Twitter, pero no me atrev¨ª. Por ese r¨ªo baja de todo y prefer¨ª creer fervientemente en que el delantero de la Juve se desquitase con un golazo que nos diera los tres primeros puntos en esta Eurocopa. Pero no pudo ser y fue sustituido, entre pitos de la grada, por Sarabia, al mismo tiempo que Thiago relevaba a Rodri. Ya en el 73¡¯, cuando La Roja flaqueaba, Oyarzabal y Moreno entraron por Ferran y Olmo.

Pero el trueque tampoco sirvi¨® para reconducir lo que se hab¨ªa torcido con el paso de los minutos. El 75% de posesi¨®n y los 953 pases no ten¨ªan premio. Ni siquiera en el 90¡¯ el remate de Gerard Moreno acab¨® en gol. Olsen estaba ah¨ª. Espa?a empez¨® bien y acab¨® mal. Esa es la peor noticia. El resto es debate, vueltas y m¨¢s vueltas a la alineaci¨®n, aquello del ¡°f¨²tbol es f¨²tbol¡± del recordado Vujadin.