La cabalgata de las valquirias
Pocas veces con tanto se logr¨® tan poco como le sucedi¨® al Espanyol ante el Girona. Un asedio sin premio en el antiderbi de Montilivi, por primera vez para los locales.


Sobre la justicia. Aunque la injusticia es un valor muy relativo, por no decir inaplicable en el mundo del f¨²tbol, si hubiera un partido que pudiera justificar el concepto este triunfo del Girona ante el Espanyol. Estaba el asedio del Espanyol siendo impresionante ¨Cdiez disparos acumulaba a la media hora¨C cuando Pablo Moreno, en el primer tiro a puerta de los rojiblancos, establec¨ªa un 1-0 a la postre valios¨ªsimo. Definitivo.
Las valquirias. El ataque y gol perico se sucedi¨® en la segunda mitad, mientras dur¨® la gasolina y las cabezas sin ofuscarse contra los palos y el omnipresente Juan Carlos, como si sonara por la megafon¨ªa de Montilivi esa Cabalgata de las Valquirias de Wagner y sobrevolaran los helic¨®pteros de Apocalypse Now. Y no era para menos, pues si las valquirias eran unos seres mitol¨®gicos que iban recogiendo a los ca¨ªdos en la batalla, en el caso del Espanyol se llevaron direcci¨®n Mallorca el (co)liderato de Segunda, parad¨®jicamente, en uno de los mejores partidos y de los m¨¢s corales de la etapa Vicente Moreno. No merecieron empatar, ni ganar, incluso merecieron golear. Inexplicable.
Un once definido. No contuvo sorpresas el equipo inicial presentado por Vicente Moreno, a diferencia de lo sucedido en la Copa ante Osasuna. Y eso quiere decir que cuenta el Espanyol con una alineaci¨®n de gala, que se puede casi recitar de memoria, pero tambi¨¦n que el nivel entre esos elegidos y el fondo de armario se puede estar distanciando peligrosamente. Hoy por hoy, la ¨²nica pugna por la titularidad que parece vigente es la del eje de la zaga, con Cabrera y Calero altern¨¢ndose y con Llu¨ªs L¨®pez a¨²n lesionado. Arriba, se acab¨® de comprobar en Montilivi que Nico Melamed le tiene ganada la partida a Melendo y que al entrenador le viene de perlas esa dualidad de Puado, ya alejado de la banda, como enganche y segundo punta.
Antiderbi. Se empieza a describir este Girona-Espanyol (o viceversa) como derbi, y lo cierto es que la rivalidad se encuentra por las nubes, y eso que en esta ocasi¨®n no hubo p¨²blico. Pero hace cuatro a?os esa rivalidad ni siquiera exist¨ªa. Y pocos derbis cuentan con la singularidad que presenta este: que nunca se sabe cu¨¢ndo se va a disputar el siguiente. ?Ser¨¢ la pr¨®xima temporada? ?Dentro de una d¨¦cada? ?En qu¨¦ categor¨ªa? Una de las pocas tradiciones que s¨ª se pod¨ªan asociar a este partido se rompi¨® en esta ocasi¨®n, puesto que por primera vez no se llev¨® la victoria el equipo visitante. Y no ser¨¢ porque el Espanyol no lo intent¨®.
Viejos amigos. Y al borde del descanso, poco antes del 1-0, se encarg¨® el realizador de repetir una de esas acciones que ya evocan a la tradici¨®n. Un bal¨®n dividido por el que saltan Stuani y David L¨®pez, en el que el charr¨²a le deja caer el codo, esta vez sin fractura nasal. Estaba tan cerca de la banda que lo protestaba Vicente Moreno, aunque bien hubiera hecho en protegerse por si acaso. Hablando de viejos amigos, por cierto, los dos primeros capitanes del Espanyol la temporada pasada fueron noticia este s¨¢bado. Javi L¨®pez, que debutaba con el Adelaide United, brind¨® su primera asistencia. Y V¨ªctor S¨¢nchez estren¨® su casillero en el Western United con un golazo. Les sienta bien Australia, en las ant¨ªpodas, como lo est¨¢ de lo merecido o de lo justo la derrota del Espanyol en Montilivi.