Campe¨®n eterno

Sevilla, Sevilla, Sevilla, Sevilla, Sevilla y Sevilla. Seis Europa Leagues, esas que a partir de este viernes de gloria adornar¨¢n la manga del equipo de Nervi¨®n para agrandar todav¨ªa m¨¢s una gigantesca leyenda europea con otra victoria en una final ¨¦pica y tremenda, igual que casi todas las anteriores. Un nuevo ejercicio de f¨²tbol, casta y coraje ante un grande de Europa, el Inter de Mil¨¢n, que dobl¨® la rodilla como la hab¨ªa doblado hace s¨®lo seis d¨ªas el Manchester United para que Jes¨²s Navas, ese capit¨¢n eterno, levantara al cielo de Colonia la Copa que le cambi¨® la vida al Sevilla. Que se la vuelve a cambiar al sevillismo durante esta pandemia, la de las mascarillas, el dolor, el exilio y finalmente el para¨ªso alem¨¢n para el equipo del S¨¢nchez Pizju¨¢n.

Una victoria fraguada desde el sufrimiento, ?acaso se puede ganar de otra manera una final, Sevilla? Una victoria inexorable. "?Oye eso, se?or Anderson? Es el sonido de lo inevitable", le dice al agente Smith a Keanu Reeves en la trilog¨ªa de Matrix. Lo inevitable desde que se meti¨® en cuartos, lo dec¨ªan cinco antecedentes, es que el Sevilla ganara esta Copa. Pasara lo que pasara. Pr¨¢cticamente inabordable durante la mayor parte de la temporada, el brasile?o Diego Carlos se ha acostumbrado en toda esta Europa League a hacer penaltis en los primeros minutos de cada partido. Al Wolves, al United... Esta vez lo cometi¨® antes que nunca. Lukaku le gan¨® en el cuerpo a cuerpo y el brasile?o lo derrib¨® con una tijera, sin lugar a la duda del ¨¢rbitro. El propio gigante belga lo convirti¨®, pegado al palo (1-0, 5').? Y otra vez a remar contra la corriente.

Mientras Conte repet¨ªa once por cuarta vez en cuatro partidos, Lopetegui matizaba su ataque con De Jong, h¨¦roe goleador de las semifinales ante el United, en el lugar del marroqu¨ª En Nesyri. Confiaba el entrenador vasco seguramente en el trabajo de espaldas del ariete holand¨¦s para tratar de mantener la pelota en ataque y buscar una segunda jugada, ante la poblad¨ªsima defensa del Inter. De Jong le dijo hab¨ªa dicho a As esta misma semana que prefer¨ªa al t¨ªtulo al protagonismo... Pero fue estrella, vaya si lo fue, capaz el neerland¨¦s de cabecear en plancha una asistencia, otra vez, de Jes¨²s Navas (1-1, 12').

Que no quer¨ªa ser el h¨¦roe, dec¨ªa el t¨ªo. Tres goles para De Jong entre semis y final. Se jugaba un partido f¨ªsico, con un intens¨ªsimo intercambio literal de golpes, en el marcador y en las piernas. M¨¢s bien, el que daba la mayor parte de las patadas era el Inter, sobre todo D'Ambrosio, del que nadie entiende que se marchara de rositas, sin amarilla, tras media docena de faltas antes de la media hora. Se hab¨ªa ralentizado la llegada a las ¨¢reas cuando Banega bot¨® una falta lateral a la que Luuk respondi¨® con otro cabezazo imposible. Se col¨® por la escuadra (2-1, 33) pero el Inter respondi¨® con la misma moneda apenas tres minutos despu¨¦s: la sac¨® Brozovic al segundo palo y el exatl¨¦tico God¨ªn cabece¨® libre de marca, a bocajarro (2-2, 33). Lopetegui se desga?itaba con los marcajes, de nuevo el se?alado era Diego Carlos. Qu¨¦ poquito le hab¨ªa durado la alegr¨ªa el Sevilla.