La Supercopa femenina anim¨® la previa del derbi vasco
Los seguidores txuri-urdin siguieron por una pantalla gigante la derrota de la Real mientras disfrutaban con la afici¨®n del Athletic. El choque ante el vecino result¨® descafeinado por la Copa.


1-10 en el videomarcador del Reale Arena. A alguno casi le da un ataque al coraz¨®n al entrar en el estadio donostiarra. ?Tan mal ha jugado nuestro equipo en el derbi vasco?, se pregunta. Pero enseguida se ubica. Es la final de la Supercopa femenina que la Real Sociedad, en un detalle precioso, ha decidido poner ¨ªntegra en una pantalla gigante ubicada en los aleda?os y en los videomarcadores. Ese partido, con un resultado final tan inesperado como doloroso, ha animado la previa del derbi vasco entre la Real y el Athletic. Mientras se suced¨ªan las ya habituales y tan aplaudidas im¨¢genes de seguidores rojiblancos totalmente hermanados con aficionados txuri-urdin tomando algo en los bares cercanos al campo de f¨²tbol, las chicas de la Rea recib¨ªan un severo correctivo del Barcelona en Salamanca.
Los goles de Marta Torre¨®n, Oshoala, Alexia Putellas, Hansen... se suced¨ªan mientras la afici¨®n de la Real se iba ubicando en su localidad. No llegaban buenas noticias desde El Helmantico, y la afici¨®n realista solo ped¨ªa que la historia cambiara en el derbi vasco. Los seguidores rojiblancos, ajenos a esa historia que no iba con ellos, apuraban un poco m¨¢s la entradas al Reale Arena. No llenaron la zona de la afici¨®n visitante, pero de nuevo hubo camisetas mezcladas en la grada, en el mejor ejemplo de lo que es la fiesta del f¨²tbol vasco. Termina la final en Salamanca, y Anoeta brinda un aplauso espont¨¢neo a su equipo femenino. Hab¨ªa perdido 1-10 en un mal partido, al que no se le puede poner ning¨²n pa?o caliente, pero el esfuerzo por haber llegado hasta una nueva final es grande, y se lo quer¨ªan premiar. En apenas diez meses, las jugadoras de Gonzalo Arconada han sido campeonas de Copa y subcampeonas de la Supercopa.
El aplauso daba paso a la concentraci¨®n, a los nervios, a la tensi¨®n... o no. Porque la sensaci¨®n era que el derbi vasco estaba descafeinado, como si ambos equipos estuvieran pensando en sus partidos de semifinales de esta semana, como si los seguidores tambi¨¦n quisieran pasar el tr¨¢mite lo antes posible, y si pod¨ªa ser sin sufrir mucho, para poder as¨ª centrarse en la Copa del Rey. Pero la entrada al estadio no dec¨ªa eso. Parece que si hab¨ªa ganas de derbi. Porque se bati¨® el r¨¦cord de asistencia al Reale Arena, con m¨¢s de 36.700 espectadores. Y eso es significativo. Un derbi es un derbi, por mucho que haya una semifinal de Copa en el horizonte. Y ganar al eterno rival siempre mola. El pacto de no agresi¨®n de la primera parte se rompi¨® tras el descanso. Y la afici¨®n despert¨®. Hab¨ªa estado como aletargada, aunque el mosaico del principio del derbi fue espectacular. Y entonces el derbi vasco ya fue el derbi Vasco. Ya nadie quer¨ªa perder. El orgullo euskaldun por delante. Isak y Williams rompieron las hostilidades, las aficiones vibraron con sus goles. Gan¨® la Real, que contin¨²a con sus d¨ªas de ¨¦xtasis. Y Anoeta disfrut¨® de lo lindo. Oyarzabal perdon¨® a Muniain. Y los jugadores se desearon suerte para las semifinales. A nadie se le escapa que est¨¢ en juego un derbi vasco en una final de Copa. Y eso nadie se lo querr¨¢ perder. Si ocurre, multipliquen el ambiente del Reale Arena de este domingo por un mill¨®n.