Isak se doctora en el derbi
Sali¨® en el minuto 54 y revolucion¨® un derbi muy feo ante el Athletic entre los semifinalistas de Copa. Expulsi¨®n de Muniain, al que se le fue la cabeza ante Oyarzabal

La Copa restaba foco al derbi del Reale Arena, pero ah¨ª estaba Isak para ponerse al frente de los tambores y aliarse con Portu en una sociedad diab¨®lica. Este chico va para figura. Su clase es tan grande que ahog¨® cualquier posible debate con Willian Jos¨¦. La gente s¨®lo se acuerda del sueco de sus amores. Un pulso con la rivalidad de Real Sociedad y Athletic siempre acaba encontrado puntos de inter¨¦s. Y fricci¨®n. ¡°Nos vemos en La Cartuja¡±, pudieron desearse al final. En ese caso, el primer golpe lo han dado los donostiarras en el choque de las rotaciones.
Garitano plante¨® un tiempo de barreneros y luego el resto con una orquesta m¨¢s afinada para tratar de sacar el triunfo. La Real empez¨® con m¨¢s ganas de tener el bal¨®n, se le ve¨ªa frescura, una marcha m¨¢s. Merino mov¨ªa la tropa con enorme soltura. La propuesta visitante era de un f¨²tbol desali?ado, sin nadie con derecho a fardar que no fuera de la zona de atr¨¢s. Unai Sim¨®n, el ¨²nico con encanto. Los leones quisieron hacer un partido feo, ¨¢spero, tipo Getafe ahora que est¨¢ tan de moda el factor Bordal¨¢s. Todos se empleaban como vietnamitas en un duelo que quer¨ªan abrasivo. El primer tiro bilba¨ªno fue en el minuto 23, un disparito de Kodro a las manos de Remiro. Lo suyo era m¨¢s la intendencia, las peinadas, compa?ero de fatigas de un Villalibre que empez¨® a poner en funcionamiento su esqueleto y ante su ¨ªmpetu ca¨ªan jugadores txuri-urdin como bolos.
En el ¨²ltimo tramo del primer tiempo tuvo m¨¢s llegada el Athletic, se sacudi¨® algo la presi¨®n. Era un derbi m¨¢s feo que un bulldog masticando una avispa, que dir¨ªa Chiquito. El caso es que con tal estridencia y ante la sinf¨®nica de Imanol, los que m¨¢s dispararon a puerta eran los rojiblancos: dos, por uno de los due?os del campo. S¨ª, porque Ibai no le dio bien en una ocasi¨®n clara. Se resbal¨® antes porque en la primera parte parec¨ªa que estaban jugando sobre hielo.
Garitano fue metiendo la artiller¨ªa pesada tras el descanso seg¨²n el plan trazado en sus noches en el cuartel en el que dise?a la estrategia para ganar la Copa (aunque dice que ¨¦l duerme ocho horas, no como el insomne Imanol). Los cambios, que llegaron en cascada, modificaron todo el panorama. Isak se doctor¨® desde el minuto uno. Se mueve por el ¨¢rea como un bailar¨ªn sobre la pista. Sus carreras y sus diabluras pusieron en evidencia a la zaga visitante, que ech¨® de menos la contundencia y experiencia de ??igo Mart¨ªnez en este tramo. El sombrero a Yeray con una pierna y chut con otra lo pod¨ªa firmar Messi.
Los recambios entraron pronto y entre ellos no estaba Aduriz, que no pudo despedirse de su ciudad en el verde. Estaba c¨®modo el cuadro bilba¨ªno hasta que sali¨® Isak a agitar un avispero. Be?at andaba blando cuando crec¨ªa la revuelta. Cuando todo hac¨ªa indicar que la Real firmar¨ªa el segundo por pura inercia, Muniain rob¨® la cartera a Guevera y filtr¨® un pase perfecto a Williams, que se hab¨ªa despistado en una jugada previa en la que no levant¨® la cabeza y malogr¨® un contraataque. Nueve goles lleva ya.
La conexi¨®n I?aki-Iker es letal. Pero la sociedad Portu-Isak a¨²n fue m¨¢s da?ina. El sueco remat¨® su gran mediod¨ªa con un buen gol para hacer justicia. Despu¨¦s se le fue la cabeza a Muniain, que hizo una dur¨ªsima entrada a su amigo Oyarzabal. Se dio cuenta y pidi¨® disculpas. Tendr¨¢ castigo pero en Liga no en las semifinales de Copa ante el Granada. Era la impotencia. Llevan ocho partidos sin ganar. Y eso pesa. Pero seguro que se olvida el mi¨¦rcoles.