As¨ª se desgast¨® la relaci¨®n entre Bale y Zidane: gestos, desaires...
El gal¨¦s acab¨® siendo suplente en el tramo final de la pasada temporada aunque fue decisivo en la final de Kiev saliendo desde el banquillo. Con Zidane, estaba m¨¢s fuera que dentro.

Gareth Bale no ha querido entrar en la pol¨¦mica de comparar a Zidane con Lopetegui en una entrevista en Daily Mail, pero es obvio que el presente y futuro del gal¨¦s ha pasado de muy negro a cielo abierto en apenas tres meses. Bale estaba sentenciado a final de la pasada temporada, ya no ten¨ªa la confianza de su t¨¦cnico, y parec¨ªa que iba a ser ¡®el vendido¡¯ de la bbC en el mercado de verano. As¨ª se desgast¨® la relaci¨®n con Zidane, ferviente defensor de su tridente hasta que perdi¨® la sinton¨ªa con el gal¨¦s:
Primeras dudas
Zidane comenz¨® a recelar de la actitud de Bale en abril de 2016 tras perderse dos partidos por un edema en el s¨®leo derecho (Sporting y Bayern, en la vuelta de cuartos de la Champions), el gal¨¦s se empe?¨® en jugar el Cl¨¢sico a pesar de que los m¨¦dicos aconsejaban que no acelerara. S¨®lo dur¨® 35 minutos sobre el campo. Bale evidenci¨® que no estaba totalmente recuperado de su lesi¨®n y se retir¨® con molestias en el s¨®leo izquierdo despu¨¦s de pedir el cambio. La lesi¨®n fue en la otra pierna, sobrecargada como consecuencia de no apoyar bien el pie derecho por falta de confianza. El empe?o del gal¨¦s, unido a la controvertida gesti¨®n de Zidane del caso (siempre que volv¨ªa de una lesi¨®n relegaba a quien brillaba en su ausencia: Lucas, Asensio, incluso James¡), le llev¨® a recaer. "?l me dijo que estaba bien", se excus¨® el t¨¦cnico. Bale no volvi¨® a jugar hasta la final de la Champions, en su Cardiff natal, donde fue suplente¡
La pasada temporada
En el comienzo de la pasada temporada, parec¨ªa que Zidane volv¨ªa a mostrarse impermeable a la fijaci¨®n del palco con la bbC, pero paulatinamente fue abraz¨¢ndose a un 4-4-2 que le aportaba m¨¢s trabajo en la media y degradando el rol de Bale. El gal¨¦s volvi¨® a tener un inicio de campa?a marcado por las lesiones (sufri¨® su en¨¦simo problema en el s¨®leo y semanas despu¨¦s recay¨®). Se perdi¨® 14 encuentros por lesi¨®n, reapareci¨® en el Mundial de Clubes emitiendo se?ales de recuperaci¨®n, pero fue una noria. Su irregularidad, unida al proteccionismo de Zidane con Benzema, le rest¨® minutos y titularidades. Pas¨® de innegociable a accesorio. El 14 de febrero, contra el PSG, se escenific¨® el comienzo del desamor entre Zidane y Bale. El t¨¦cnico le dej¨® en el banquillo en la noche m¨¢s importante hasta entonces de la temporada, algo que molest¨® al jugador, como revel¨® su seleccionador. Su pasividad llam¨® la atenci¨®n del vestuario. Bale fue captado por las c¨¢maras bostezando en el banquillo. Despu¨¦s, estuvo lento a la hora de quitarse en ch¨¢ndal para entrar al campo. Y, finalmente, no atendi¨® a la llamada de Ramos al final del partido para agradecer el apoyo al Bernab¨¦u. Con la mirada abajo, se fue al vestuario. Un desaire que repiti¨® en la vuelta del Parque de los Pr¨ªncipes, donde tambi¨¦n fue suplente.
Bale volvi¨® al once al partido siguiente, contra el Betis, pero le sustituy¨® en el minuto 73: no recuper¨® ni una pelota, s¨®lo complet¨® un regate y tuvo mala suerte en dos remates en el ¨¢rea. "Ha hecho su partido", resumi¨® Zidane de forma lac¨®nica y con una respuesta cortante al periodista. El gal¨¦s empez¨® a no disimular sus gestos de desconexi¨®n. En Butarque, siendo suplente, lleg¨® a marcharse al vestuario mientras se estaba jugando la primera parte, reaccion¨® de forma muy t¨ªmida al primer gol de Cristiano en el Juventus Stadium y en el descanso de la vuelta contra la Juve, donde fue titular, respondi¨® con una sonrisa cuando Cristiano le pidi¨® m¨¢s agresividad. Zidane le dej¨® en el banquillo por Lucas V¨¢zquez. No fue convocado en el siguiente partido, ante el M¨¢laga, y fue suplente ante el Athletic.
Residual pero decisivo en Champions
La p¨¦rdida de confianza de Zidane en Bale era evidente: cambios, suplencias¡ jugaba minutos en Liga, pero su mala situaci¨®n se evidenci¨® en la Champions. En octavos ante el PSG fue suplente en los dos partidos y sum¨® 36¡¯; no jug¨® ni un minuto en la ida de cuartos ante la Juve y fue sustituido en el descanso del partido de vuelta (se?alado del 0-2 de la primera parte); no jug¨® en la ida de semifinales ante el Bayern y fue suplente en la vuelta (18¡¯).
As¨ª lleg¨® a la final de Kiev, con una presencia residual en los partidos importantes. Zidane hab¨ªa asentado el Isco-Cristiano-Benzema e incluso a veces Asensio y Lucas V¨¢zquez entraban antes que ¨¦l de refresco. En la final, ya la saben la historia: Bale sali¨® en el 61¡¯ por Isco y dio la decimotercera Champions League al Real Madrid con una chilena prodigiosa 2-1 y con un potente disparo que no supo despejar Karius. Pese a ganar su cuarta Champions, Bale denotaba des¨¢nimo en sus declaraciones despu¨¦s del partido y dejaba en el aire su futuro: ¡°Necesito seguir jugando y eso no ha pasado esta temporada. Ahora necesito sentarme con mi representante este verano para tomar una decisi¨®n¡±, dec¨ªa.
Pero el verano todo lo cambi¨®. Se fue Zidane, inesperadamente, y Bale fue el ¨²nico jugador de la plantilla que no le despidi¨® p¨²blicamente en redes sociales. Y se fue Cristiano, el gal¨¦s heredaba de un plumazo sus galones y se convert¨ªa en el jugador franquicia del Real Madrid. De estar casi fuera a ser el l¨ªder natural. Ahora cuenta con la confianza del nuevo t¨¦cnico (Lopetegui), nadie le discute su puesto y, por el momento, muestra mejor salud que nunca ya que parece haber dejado atr¨¢s las lesiones que no le permitieron tener continuidad anta?o. Este debe ser su momento.