Portu castig車 a Simeone
Con 1-0 y con 20 minutos a迆n por jugarse, el Cholo ya hab赤a sustituido a Costa y a Griezmann pensando en la Copa y lo pag車. Paso atr芍s del Atleti en la lucha por la Liga.

Miedo. Esa sensaci車n que paraliza las piernas, que bloquea, que llena de 芍cido l芍ctico hasta la cabeza. Ese miedo que al Atleti ya hab赤a atenazado tres d赤as antes, ante el Sevilla, estaba ah赤 de nuevo. Y llenaba los 迆ltimos minutos ante el Girona. Porque Costa y Griezmann ya no estaban sobre el c谷sped, y Portu ya hab赤a marcado, y el luminoso dec赤a 1-1, y todos sus ataques, sin velocidad, sin desmarques, sin fe, desesperados, se chocaban contra el muro catal芍n. Era el 90* cuando las bufandas ahogaron. Porque pudo el Girona ser Sevilla y hacer del 1-0 una remontada. Pero Oblak sali車 ante Olunga para desbaratar su contra, derrib芍ndole, jug芍ndose la roja, y dejar el 1-1; y ese miedo, en el aire.
Hab赤a comenzado el partido en todo lo contrario. Sin God赤n ni Gabi ni Koke, la C de capit芍n rojiblanca estrenaba b赤ceps, el de Sa迆l, 23 a?os. Era el pivote junto a Thomas de un once declaraci車n de intenciones del Cholo. Si hace una vuelta, un Girona debutante y biso?o le hab赤a descosido por las bandas, en su casa, Simeone, con sus platos y sus vasos, tambi谷n sac車 un espejo: ante los carrileros de Mach赤n, un cambio de sistema para dar banda a dos coyotes, Vrsaljko y Carrasco.
Buscaba ser m芍s directo y vertical. Y lo fue en los primeros minutos, sumando dos tiros consecutivos, pero despu谷s se fue espesando ante un Girona compacto. Dormido el juego, un bal車n picado de Correa que se top車 con el guante de Bono y una cojera de Grizi tras un golpe, para miedo mortal del Cholo, fue lo m芍s interesante que pas車 en un partido tan entretenido como mirar un televisor apagado. Ambos jugaban en treinta metros, siempre en horizontal, alrededor del c赤rculo central.
Pero en el momento en que Costa roz車 un bal車n, todo cambi車. Se llev車 un coscorr車n y abracadabra, lleg車 el gol. Sorprendi車 Thomas a la defensa con un globo hacia el hispanobrasile?o que 谷ste, mientras Bono le clavaba el codo en su salida, dejaba de cabeza y de cara a Griezmann. Volea del franc谷s y Costa al suelo. Otro d赤a m芍s en la oficina. Y Simeone que ya tiene lo que buscaba. Su anillo. Mi tesoooro. El 1-0.
Dominaba ya el Atleti con Thomas crecido en el centro, barriendo y creando, y Griezmann y Carrasco, dos artistas convertidos en obreros, robando balones, sin dejar de correr hacia atr芍s como hacia arriba, cuando el Girona se acerc車 a los dominios de Oblak. Al fin, pero se ir赤a como vendr赤a, sin gol. Era el final de la primera parte y la ocasi車n no s車lo confirmar赤a que Oblak no era de escayola ni all赤 estaba de adorno. Lo hac赤a de verdad y sus guantes parecen fabricados de un material especial que atrae balones. Como se qued車 谷se que Portu le pate車 a dos metros justo antes de que el 芍rbitro pitara el descanso, aunque el Girona pidiese c車rner.
La segunda parte comenz車 con cambio en la porter赤a de Mach赤n. Bono hab赤a terminado la primera con molestias y no volver赤a. Gorka se pon赤a bajo palos y el Atleti jug車 a guardar su resultado, conformista, sin presionar, con alg迆n chispazo mal resuelto. Porque Carrasco no remat車 bien un mano a mano ante Gorka y justo despu谷s Costa empez車 a llevarse una mano a los abductores. El miedo. Ah赤 estaba, en el 60*. El miedo, y el Sevilla, el martes, la Copa. Y Simeone quit車 a Costa y luego a Griezmann y el Girona que rondaba a Oblak cada vez m芍s en serio, cada vez m芍s. Termin車 el c芍ntaro rompi谷ndose.
Una falta que pareci車 que no era de Vrsaljko la despej車 Oblak como suele, con milagro, pero el rechace se qued車 en el 芍rea porque Koke, que llevaba nada en el c谷sped, lo envi車 arriba y no lejos. Bernardo, listo, cabece車 y Portu, atento, remach車 a gol ante Oblak para castigar a Simeone. Por su osad赤a de quitar a Griezmann tan pronto. Para llenar el aire de esa sensaci車n pegajosa que no se ir赤a, ni con el final.