Asensio no deja pasar una

Si este es el Madrid que viene, y lo es, lo pasar¨¢ en grande el Bernab¨¦u y no tanto los entrenadores que lo dirijan. Un Madrid joven, con una alineaci¨®n copera, fue tremendo en las dos ¨¢reas, donde se jug¨® gran parte del partido, para gozo de Butarque. Gan¨® el equipo de Zidane, que tuvo mejores pu?os que mand¨ªbula, en noche de confirmaci¨®n para Asensio y de reivindicaci¨®n para Lucas V¨¢zquez, Kovacic y Morata.

Zidane le ha cogido el gusto a tirar de su reserva natural. En Legan¨¦s puso esta Liga en manos de un once con 25 a?os de edad media, el equipo de guardia que vigila la hucha mientras las figuras reposan en tr¨¢nsito hacia las grandes batallas. Una rotaci¨®n extrema, a un paso de ¨ªrsele de las manos, con s¨®lo cuatro futbolistas de los que probablemente se medir¨¢n al Atl¨¦tico el s¨¢bado. Un atrac¨®n de juventud que depar¨® un partido de vaivenes en el que el Madrid fue capaz de hacer tres goles en ocho minutos y encajar dos en tres. A ese partido con curvas contribuy¨® un Legan¨¦s sin complejos, lactante en Primera, pero con un plan atrevido. Con defensa de cinco, presion¨® la salida de la pelota del rival con hasta seis jugadores y no se deshizo cuando se vio muy por detr¨¢s en el marcador.

Sin la BBC, el Madrid entreg¨® el partido a la infanter¨ªa y tuvo el acierto de marcar antes de jugar. El duelo estaba en un pu?o cuando Asensio recuper¨® el bal¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa perdido, pis¨® el acelerador durante 50 metros sin que nadie le echara el guante y le regal¨® el gol a James. De este modo tan espectacular se desabroch¨® un partido que el Madrid crey¨® tener ganado a los 22 minutos, dos tantos de Morata mediante. Hasta ese punto le llevaron las ocurrencias de Asensio, el acierto de su ariete, un Kovacic hiperactivo y con jerarqu¨ªa y Lucas V¨¢zquez, un detonador por la banda derecha.

La reacci¨®n del Legan¨¦s

La misma de la que se olvid¨® Danilo en los minutos posteriores. Entre el primer y segundo gol mand¨® una pelota al palo y crey¨® que su futuro estaba en campo del Legan¨¦s. Diego Rico lo aprovech¨® para cobrarse los atrasos y regalarle un gol a Gabriel. El segundo lo entreg¨® el Madrid en jugada de estrategia, con mal despeje de Ramos y remate sencillo de Luciano. Al equipo de Zidane le hab¨ªan tirado diez veces antes del descanso, prueba de que no s¨®lo aparecen deformidades cuando juega la BBC. Y es que el f¨²tbol de este Madrid alternativo fue menos grupal que de costumbre. James se qued¨® en el bal¨®n parado y perdi¨® otro tren. Su descomunal enfado al ser sustituido no fue m¨¢s que otro paso hacia la puerta de salida.

Un autogol de Mantovani con ambas manos (se lo concedieron finalmente a Morata), en simulaci¨®n grotesca de bloqueo de voleibol, mand¨® al Legan¨¦s de nuevo a la casilla de salida. Y ah¨ª el partido acab¨® por consumirse. Al Legan¨¦s no le dio para un segundo asalto a la cima, pese al entusiasmo de Diego Rico, y el Madrid se puso en modo ahorro. De lo que no ha gastado hasta ahora pretende vivir en la hora de la verdad.