El Wolves gana al Honved y da una idea. Empieza la Copa de Europa (1954)

La derrota ante los h¨²ngaros el 26 de noviembre de 1953 (v¨¦ase) hab¨ªa dejado a los ingleses muy escocidos, as¨ª que los ¨¦xitos en el invierno siguiente del Wolverhampton Wanderers provocaron que la habitual flema brit¨¢nica se convirtiera casi en delirio. El Wolverhampton era entonces el gran equipo de la isla, campe¨®n de liga, dirigido por el c¨¦lebre Stan Cullis y con el fenomenal Billy Wright (hoy le recuerda una estatua junto al acceso de honor al remozado estadio Molineux) como alma m¨¢ter en el campo. El caso es que los Wolves ganaron sucesivamente al Spartak de Mosc¨² (4-0) y, sobre todo, al Honved de Budapest (3-2, remontando un 0-2) en el viejo Molineux, y eso llev¨® al Daily Mirror a titular, en su edici¨®n del d¨ªa 14, ?Wolves the Great!?. ?Nunca un partido como este?, dec¨ªa un sumario m¨¢s abajo, y elevaba al Wolverhampton a la categor¨ªa de mejor equipo del momento. El entusiasmo estaba en buena parte justificado porque el Honved era tenido por imbatible, con Pusk¨¢s, Bozsik, Kocsis y Czibor entre otras estrellas. Constitu¨ªan el grueso de la selecci¨®n h¨²ngara. El caso es que los vencedores del partido fueron elevados a la categor¨ªa de h¨¦roes nacionales y el programa de su siguiente encuentro en el Molineux llevaba la alineaci¨®n con sus firmas, que con el tiempo alcanz¨® una cotizaci¨®n de obra de arte.
En la escalada de elogios, David Wynne-Morgan, columnista del Daily Mail, proclam¨® sin m¨¢s empacho a los Wolves ?campeones del mundo?. Gabriel Hanot, c¨¦lebre cronista de L'?quipe (hab¨ªa sido jugador en los tiempos pioneros del f¨²tbol franc¨¦s y luego promotor del f¨²tbol profesional y hasta t¨¦cnico de la selecci¨®n francesa), refut¨® tanto entusiasmo en un art¨ªculo en el que lanzaba una idea: expon¨ªa que el Wolves hab¨ªa ganado en su campo a dos grandes equipos, s¨ª, pero que hab¨ªan tenido que hacer un largo viaje y jugar en condiciones no habituales para ellos. Y propon¨ªa, para decidir qui¨¦n era el mejor equipo de Europa (a tanto como del mundo no se atrevi¨® a llegar, o es que daba por sentado que el mejor de Europa era el mejor del mundo), una competici¨®n entre los campeones de todos los pa¨ªses, con partidos a ida y vuelta, en un campo y en otro, elimin¨¢ndose sucesivamente hasta llegar a la final.
El director y la propiedad de L'?quipe acogieron con calor la idea de su especialista en f¨²tbol y pusieron manos a la obra. Tras un bombardeo de tres meses de telegramas, cartas y llamadas telef¨®nicas, organizaron una reuni¨®n en Par¨ªs para el 2 de abril. A ella acudieron quince representantes, uno de ellos el h¨²ngaro Sebes, que llevaba la representaci¨®n de la URSS y Checoslovaquia (es decir, la idea hab¨ªa saltado el tel¨®n de acero), y otro Santiago Bernab¨¦u, presidente del Madrid, campe¨®n de liga espa?ol. Bernab¨¦u acogi¨® la idea con entusiasmo, por lo que se ver¨ªa premiado despu¨¦s, pues esa competici¨®n es la que hizo del Real Madrid un club de leyenda superior. Ya el d¨ªa 3, en el hotel Ambassador de Par¨ªs, se hizo el primer sorteo provisional. La UEFA, que en principio mir¨® el proyecto con recelo e incluso prohibi¨® utilizar el nombre de Copa de Europa (que quer¨ªa reservarse para su torneo de selecciones, que no empezar¨ªa hasta 1958), acaba por adoptarlo el 21 de mayo. Ya no hay barreras. El 4 de septiembre, nueve meses despu¨¦s de aquellos partidos del Wolves, el Sporting Clube de Portugal y el Partizan de Belgrado juegan en el Estadio Nacional de Lisboa el primer partido de la nueva competici¨®n, que acaba 1-1. El primer gol lo marca Jo?o Batista Martins y lo encaja Slavko Stojanovic?. Los otros catorce equipos inscritos en la primera competici¨®n fueron V?r?s Lobog¨®, Anderlecht, Servette, Real Madrid, Rot-Weiss-Essen, Hibernian, Djurgardens, Gwardia Varsovia, Copenhague, Stade de Reims, Rapid de Viena, PSV Eindhoven, Mil¨¢n y Saarbr¨¹cken. Inglaterra reh¨²sa la invitaci¨®n. No entrar¨¢ hasta la segunda edici¨®n, con el Manchester United. El Madrid ganar¨¢ aquella copa y las cuatro siguientes. El tren estaba en marcha. Y hasta hoy.