Proeza del Celta a costa de un Atleti sin defensa ni ataque

No existe guionista mejor que el f¨²tbol. Imposible encontrarlo. Si Simeone le quitaba hace un mes a Augusto a Berizzo, Berizzo se vengaba anoche en la Copa. Ojo por ojo. Lo de menos era la semifinal. El partido era un duelo entre dos entrenadores que luchaban por su honor a lo Lejano Oeste, sobre la hierba, en una fr¨ªa noche de mi¨¦rcoles en Madrid. Y fue Berizzo quien dispar¨® m¨¢s y mejor ante 36.852 testigos de fe que no daban cr¨¦dito a lo que sus ojos ve¨ªan.

Porque lo que sus ojos vieron es al Atl¨¦tico encajar tres goles y hac¨ªa un a?o que eso no ocurr¨ªa, que nadie era capaz de marcarle tres. Pero no s¨®lo fueron los goles. Fue el meneo que el Celta, en la segunda parte, le dio a un Atl¨¦tico desconocido. Justo semifinalista de Copa, Tucu Hern¨¢ndez y Guidetti fueron las balas con las que Berizzo mat¨® al Cholo y disolvi¨® todo aquello que, hasta ayer, hac¨ªa temible a los rojiblancos. La solidez, la fiabilidad y el coraje. Nada de eso se vio ayer en el Atleti.

Lo que s¨ª que se vio fue el saludo entre entrenadores. Al fin. Y fue fr¨ªo, g¨¦lido, ni se miraron. Un leve roce de manos y ya. Simeone, eso s¨ª, dej¨® en el banquillo al guante de la discordia (Augusto) por primera vez en la Copa desde que lo tiene. Quiz¨¢ no quer¨ªa avivar m¨¢s el fuego, alimentar una tensi¨®n ya tan s¨®lida que el aire entre ellos pod¨ªa cortarse en tiras. Los dos entrenadores iban a por todo y con todo salieron. Simeone, con los mejores y Moy¨¢ por Oblak en la porter¨ªa y Berizzo, como bien demostr¨® en Vallecas, tambi¨¦n. El segundo hab¨ªa planteado la eliminatoria a 180 minutos y de los primeros 90 ya hab¨ªa sacado un 0-0. Cualquier empate con goles le beneficiaba para volver a una semifinal de Copa 15 a?os despu¨¦s.

Sali¨® el Atl¨¦tico que daba miedo. Triangulando con velocidad y combinando con Carrasco y Vietto alborotando por la izquierda y en el ¨¢rea y Sa¨²l en todas partes, en la presi¨®n y en las ocasiones. Por dos veces pudo marcar, pero fue el Celta quien lo hizo primero. Lleg¨® una y le bast¨®. Fue en el 21¡¯, de estrategia: sac¨® en corto un c¨®rner Wass, coloc¨® Orellana el bal¨®n en el ¨¢rea y remat¨® de cabeza Tucu Hern¨¢ndez, a quien Gabi y God¨ªn dejaron volar como si fuera un amigo y no un rival.

Su gol obligaba a un equipo que llevaba 180 minutos sin hacer uno a marcar, al menos, dos. Ciencia ficci¨®n. Pero lo logr¨® el Atl¨¦tico. Lo ¨²nico que se le olvid¨® fue que, mientras, no deb¨ªa encajar m¨¢s. Tard¨® seis minutos en igualar el marcador y lo hizo su mejor futbolista, Griezmann, tras una galopada de Sa¨²l y un remate de Carrasco que no atrap¨® Rub¨¦n. El Calder¨®n se vino arriba. Uno m¨¢s y semifinales. Uno m¨¢s y la eliminatoria ser¨ªa made in Cholo: disputada, sufrida, pero ganada.

Nada de eso pas¨®. Fue m¨¢s bien todo lo contrario. Porque el Celta sali¨® en la segunda parte con el jab¨®n en la mano dispuesto a darle un ba?o al Atl¨¦tico. El partido se rompi¨® con un error de Sa¨²l: perdi¨® un bal¨®n en el centro, lo agarr¨® Guidetti y, desde 30 metros, lo clav¨® en la escuadra de Moy¨¢. Una crueldad con un jugador (Sa¨²l) que, hasta entonces, hab¨ªa sido el mejor de los suyos. El gol dej¨® en la lona al Atl¨¦tico y Simeone no ser¨ªa capaz de resucitarle ni con los cambios. Y eso que Correa, nada m¨¢s salir, envi¨® un bal¨®n al larguero con el marcador a¨²n 1-2 y m¨¢s tarde marcar¨ªa un gol que se fabric¨® solo, quit¨¢ndose de encima a medio Celta. Pero entonces ya hab¨ªa marcado (otra vez) Tucu Hern¨¢ndez la sentencia. S¨®lo era maquillaje sobre el rostro p¨¢lido de Simeone mientras los aficionados gallegos que hab¨ªa en el Calder¨®n le cantaban, como una letan¨ªa y con recochineo, ¡°saca a Augusto, Cholo saca a Augusto...¡±.