El f¨²tbol se empieza a movilizar por los refugiados

La selecci¨®n de Portugal guard¨® ayer en su entrenamiento un minuto de silencio en memoria de los muertos en la crisis de los refugiados, un drama humanitario representado en las ¨²ltimas horas (quiz¨¢ ya para siempre) por la foto de un ni?o de tres a?os sin vida en una playa de Turqu¨ªa. Los futbolistas portugueses no fueron los ¨²nicos en solidarizarse. El Bayern comunic¨® ayer que donar¨¢ un mill¨®n de euros y pondr¨¢ en marcha un campamento de entrenamiento para j¨®venes refugiados. Los chicos, seg¨²n explic¨® Rummenigge, recibir¨¢n clases de alem¨¢n, alimentaci¨®n y equipaci¨®n deportiva. Trenes con cientos de refugiados procedentes de Hungr¨ªa colapsan la estaci¨®n de M¨²nich en los ¨²ltimos d¨ªas.
El gesto de Portugal y la iniciativa del Bayern resultan admirables. En primer lugar por no ser ajenos a lo que sucede en el mundo, por levantar la mirada. Ser¨ªa deseable, no obstante, que el ejemplo cundiera y que el f¨²tbol asumiera su responsabilidad como altavoz social y como clase privilegiada. Nadie pone en duda las contribuciones personales de muchos futbolistas a obras sociales o caritativas, a trav¨¦s de fundaciones u organismos no gubernamentales.?
Sin embargo, es hora de actuar en conjunto, como club, como pa¨ªs, como UEFA o como FIFA. Como humanidad. Nada mejor que el f¨²tbol y su entorno para movilizar conciencias. No hablo de dinero, o no solamente. Hablo de un esfuerzo m¨¢s constante y menos vistoso que arrojarse un cubo de agua fr¨ªa sobre la cabeza. Hablo de un recuerdo machac¨®n en cada partido y, por qu¨¦ no, en cada gol. Tiene m¨¢s sentido acordarse de Siria que de la novia; Cupido nos perdonar¨¢. Que alg¨²n experto invente el gesto y que lo repitan todos. Los ni?os lo imitar¨¢n.
Que se propaguen las donaciones y los silencios. Tal vez el mismo f¨²tbol capaz paralizar el mundo pueda moverlo hacia delante.