Como en la final de la Champions, contra el Atl¨¦tico, cuando explot¨® su velocidad hasta lo ¨²ltimo para darle a Bale la pelota que defini¨® el partido. Como contra Bolivia, por eliminatorias, en la asfixiante altura de La Paz, en donde se esforz¨® para ganarle la batalla a la falta de ox¨ªgeno. Otra vez, ?ngel di Mar¨ªa fue clave, determinante, vital para su equipo, en este caso, una albiceleste que pudo quitarse del camino a Suiza gracias a un gol heroico del Fideo.

¡°Cuanto m¨¢s dura el partido, m¨¢s corre Di Mar¨ªa¡±, lo elogi¨®, casi como si se tratar¨¢ de un agradecimiento p¨²blico, el entrenador Alejandro Sabella.

Y el jugador del Real Madrid, el cuarto que m¨¢s kil¨®metros est¨¢ haciendo de la selecci¨®n argentina en este Mundial, dice: ¡°Dimos la vida, sab¨ªamos que nos pod¨ªa pasar esto, porque otras eliminatorias tambi¨¦n hab¨ªan llegado al alargue y a los penales. Dejamos el alma dentro de la cancha, dimos la vida en cada pelota y la victoria fue m¨¢s que merecida. El pase de Messi en el gol fue incre¨ªble, me vio venir por el costado, por suerte pude convertir. Pero el camino es largo, y nosotros queremos m¨¢s. Lo festejamos mucho en el vestuario porque tuvimos mucho sacrificio¡±.