SEVILLA 0 - BENFICA 0 (4-2)
Gloria al Sevilla
Dos paradones del portugu¨¦s en la tanda de penaltis dieron a su equipo la tercera Europa League en Tur¨ªn. Durante el partido ya hab¨ªa sido clave para frenar a un Benfica al que le persigue la maldici¨®n de Bela Guttmann: encadena ocho finales europeas perdidas.Las Palmas-Sevilla: LaLiga Santander en directo, J24

Palop, Palop, gritaba la grada del Juventus Stadium antes de la tanda de penaltis. Convencida, ya feliz. Y luego grit¨® Beto. Y los jugadores del Sevilla, abrazados, levantaban a la grada. Ten¨ªan fe, la fe de los campeones. El esp¨ªritu de Palop, el de Puerta y el de todos los que agrandan la leyenda de este club, le dieron al Sevilla la tercera Europa League de su historia. En Tur¨ªn se escribi¨® otra p¨¢gina maravillosa, euf¨®rica y desbordante cuando Kevin Gameiro estrell¨® el cuarto penalti en la red del fondo sevillista. Fue el ¨¦xtasis. El Sevilla tumb¨® al Benfica, otra vez derrumbado por sus miedos y por esa vieja leyenda de Bela Guttmann, dram¨¢tica maldici¨®n que le persigue hasta la m¨¢xima tristeza. Es un club absolutamente destrozado por su destino.
¡°Hemos vuelto¡±, se le¨ªa en el espectacular tifo antes de empezar. Ganador en 2006 y 2007, el Sevilla regresaba a una final siete a?os despu¨¦s despu¨¦s de un fin de ciclo y una renovaci¨®n dur¨ªsima que desemboc¨® en Tur¨ªn de la mano de Emery, entrenador que merec¨ªa una gloria as¨ª, y de las heroricas eliminatorias ante Betis, Oporto y Valencia. Nadie hab¨ªa merecido m¨¢s esa copa, nadie sud¨® ni se lastim¨® m¨¢s para conseguirla. Los jugadores del Sevilla tiraron los penaltis cojos. Bacca, Mbia, Coke y caminaron con 120 minutos a cuestas pero convencidos de que era su momento. De eso tambi¨¦n vive el f¨²tbol, que coron¨® a Beto, portero irregular, como nuevo en el imaginario sevillista. Y a Fazio, tremendo central que jug¨® el partido de su vida. Y al gran Rakitic, mejor jugador de la final, centrocampista de costa a costa. Gigantesco.
Fue el desenlace de una final sudada y exprimida hasta su desenlace. Sin goles pero con terribles sobresaltos, con los corazones a punto de estallar y en la que el Sevilla encontr¨® un contratiempo nada m¨¢s atravesar el umbral del minuto 10. Brych castig¨® con tarjeta dos entradas de Fazio y Alberto Moreno. Demasiado lastre para el sector izquierdo de la defensa con ochenta minutos largos por jugar. El Sevilla hab¨ªa amagado con subir la l¨ªnea de presi¨®n en el inicio pero pronto prefiri¨® la posici¨®n. Jug¨® escalonado, con Carri?o ayudando en la salida de bal¨®n y Rakitic m¨¢s atrasado como jugador de toque y ruptura. Dos traslados de bal¨®n del croata fueron lo mejor del Sevilla en unos veinte primeros minutos de tremenda de tensi¨®n, con el partido y las aficiones como locas por romperse, pero bien compactados. Se palpaba en la atm¨®sfera y lo sab¨ªan los jugadores, correct¨ªsimos en las decisiones y sin tomar riesgo alguno con excepci¨®n, tal vez, de Siquiera, tambi¨¦n amonestado a la media hora de partido por su querencia a sacar el bal¨®n jugado.
Despu¨¦s de una primera parte correcta, el Sevilla casi tira la final a la basura entre el minuto 40 y el 45. El Benfica, llevado a hombros por su gente, coleccion¨® tres oportunidades relativamente claras. Dos remates de Maxi Pereira y Gait¨¢n que salv¨® Beto, algo titubeante, y un rescate al l¨ªmite de Fazio cuando Gait¨¢n, al ritmo de quien jugaban los encarnados, se quedaba solo. Ni el argentino, imperial, ni tampoco Luisao sobre Bacca, parecieron cometer penalti. El Sevilla termin¨® empatado a cero la primera parte pero alguna inestabilidad f¨ªsica y con Emery preocupado por algunas grietas que empezaba a detectar y que afloraron nada m¨¢s reanudarse el partido con un error infantil de Alberto Moreno que el Benfica castig¨® con un contragolpe de libro. Pareja, veterano, salvador y providencial, evit¨® dos veces el gol encarnado. ?Tal vez el ¨²ltimo grito de Guttmann? Por supuesto que no.
El partido vir¨® otra vez como una balanza y apareci¨® Reyes, ay Reyes, que tuvo el gol despu¨¦s de una jugada majestuosa de Rakitic. Tuvo la gloria pero lanz¨® fuera en unos minutos grandes del Sevilla. Vitolo tambi¨¦n se acerc¨® al gol. Fueron momentos emotivos de final, con el sevillismo entregado pero una peligrosa sensaci¨®n de gol partita. La ley de las finales. Apareci¨® (?) entonces Marin en el partido pero quien salv¨® al Sevilla, esta vez s¨ª, fue Beto, que hizo un parad¨®n a Lima. Irremediablemente y con el Sevilla asfixiado como Bacca y acalambrado como Mbia (Gameiro, tocado, s¨®lo calentaba), la final se fue a la pr¨®rroga. Jorge Jesus, valiente, aprovech¨® la lesi¨®n de Siqueira para poner a Cardozo. Emery, valiente y con una personalidad desbordante, se dio la vuelta y quit¨® a Marin s¨®lo 26 minutos despu¨¦s de aparecer en el campo. Sali¨® Gameiro con un aparatoso vendaje.
Y entonces lleg¨® la carrera de Bacca, heroica, en el minuto 111, despu¨¦s de un pase se?orial de Rakitic. Lanz¨® el bal¨®n hacia delante, ech¨® el resto y confi¨® en el exterior de su bota derecha. El bal¨®n dijo que no. Tambi¨¦n a Gameiro. El partido termin¨® con Bacca, Fazio y Carri?o acalambrados. Y en los penaltis. Con esos penaltis inevitables. Y entonces se fue Cardozo para el punto de penalti y recordamos inevitablemente a Casillas par¨¢ndole en Sud¨¢frica. Cambi¨® el lado pero Beto, tocado por las manos de los fisios y de los hados, ya se hab¨ªa pedido el papel de protagonista. Cay¨® Guttmann encima, tambi¨¦n fall¨® Rodrigo. Y entonces el Sevilla volvi¨® a tocar la gloria. Ivan Rakitic el futbolista fichado en un hotel an¨®nimo de Villarreal, levant¨® la Copa y son¨® el himno del Centenario. El Sevilla ha vuelto.
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