"Ped¨ª a los m¨¦dicos que me indujeran al coma, perd¨ª 19 kilos"
Eric Abidal relat¨® en TF1 los peores momentos de su enfermedad: "He sufrido mucho. Los m¨¦dicos no saben c¨®mo pude soportar el dolor".

Eric Abidal, hace una semana un estadio entero se puso de pie para ovacionarle. ?Que sinti¨® ?
Muchos escalofr¨ªos. Es un honor sentirse querido por tanta gente.
?Qu¨¦ pens¨® usted en ese momento ? ?En la curaci¨®n, en el hospital, en la vida que sigue?
En muchas cosas al mismo tiempo. Pero, sobre todo, en la lucha que?he mantenido?durante este? a?o, en la vida de mi primo...
Precisamente su primo. Usted sali¨® con una camiseta en la que se pod¨ªa leer ¡°merci ¨¤ mon cousin, la 13¡±. Sabemos que es la persona que le dio una parte de su h¨ªgado, y que le dio la vida...
S¨ª. Sin ¨¦l no estar¨ªa aqu¨ª ahora. La vida hizo que fuera compatible para darme esta parte de su h¨ªgado y ahora estamos unidos de por vida. Vivo gracias a ¨¦l y ¨¦l vive dentro de m¨ª (se r¨ªe). Y eso es fuerte.
Su primo corri¨® peligro haciendo eso...
Claro. ?l ten¨ªa m¨¢s riesgos siendo el que daba, que yo, que lo recib¨ªa. De inicio, yo no quer¨ªa. Ten¨ªa miedo de que algo grave le sucediera. Pero mi tumor crec¨ªa de forma r¨¢pida y la posibilidad de tener una parte de su h¨ªgado era mi ¨²ltima esperanza, la ¨²ltima soluci¨®n.?Me acuerdo cuando mi mujer le pregunt¨® si estaba de acuerdo y ¨¦l acept¨® sin reflexionarlo. Fue un gesto muy grandede su parte.
Este c¨¢ncer es una reca¨ªda, ?que sinti¨® cuando usted se enter¨® de que el tumor se hab¨ªa reproducido ?
Creo que la primera vez fue m¨¢s dif¨ªcil de aceptar, porque pas¨® de no haber nada a tener un c¨¢ncer. Es una palabra muy fuerte la palabra c¨¢ncer.
La primera vez que el cirujano le dijo que ten¨ªa un c¨¢ncer y que le tendr¨ªa que operar en una semana, usted quiso que le operaran al d¨ªa siguiente
Es verdad. Le dije que no quer¨ªa esperar una semana, que mejor cuanto m¨¢s r¨¢pido. Y dos d¨ªas despu¨¦s me operaban.
La segunda vez, tuvo complicaciones y hubo que volver a intervenir...
S¨ª. Al final se habl¨® de un transplante, pero fueron 4 o 5 operaciones en poco tiempo. Fueron d¨ªas complicados y perd¨ª 19 kilos. Yo jam¨¢s estuve fuerte, pero en esa ¨¦poca estaba muy delgado.
Cuando llegaron las complicaciones, ?perdi¨® usted la esperanza y pens¨® en la?muerte?
No, jam¨¢s. Soy una persona que cree mucho en Dios y cuando uno cree en Dios, sabe que es ¨¦l quien decide. Y como soy una persona luchadora... pero sufr¨ª mucho. Recuerdo un domingo, era un d¨ªa que no pod¨ªa aguantar m¨¢s, le ped¨ª a los m¨¦dicos que me indujeran el coma para no sufrir tanto. Al d¨ªa siguiente me operaron por ¨²ltima vez y, cuando sal¨ª de la intervenci¨®n, los m¨¦dicos me dijeron que ten¨ªa mucho l¨ªquido en el vientre y me preguntaron c¨®mo hab¨ªa hecho para aguantar ese dolor.
Jam¨¢s los cirujanos hubieran pensado en verle jugar de nuevo al f¨²tbol, al m¨¢ximo nivel y en el Bar?a.
Soy un luchador. Siempre lucho, lo mismo que cuando ten¨ªa una salud muy buena. La enfermedad me toc¨®, pero mi objetivo sigue siendo el mismo: seguir jugando al f¨²tbol.
Usted dijo que luchar contra la enfermedad es como un partido de f¨²tbol, es una cosa de equipo
-S¨ª lo dije y lo confirmo hoy. Solo no puedes enfrentarte a esto. Mi mujer jug¨® como n¨²mero 10 todo el tiempo de la enfermedad y, parar decir la verdad, lo hace desde que nos conocemos. Y ella sigue siendo el n¨²mero 10 de la casa.
?En el hospital, usted segu¨ªa los partidos del Bar?a?
No era f¨¢cil pero estaba contento cuando mi equipo ganaba y cuando los socios cantaban mi nombre en cada partido en el minuto 22, como mi dorsal. Eso es algo enorme.
Tenemos la impresi¨®n de que este doble c¨¢ncer dio una significado a su vida...
Antes, cuando la panader¨ªa estaba cerrada, me pon¨ªa nervioso. Hoy no pasa nada. Pensaba demasiado en las cosas materiales de la vida. El mundo del f¨²tbol te permite comprarte grandes coches y disfrutar de la vida, pero cuando me toc¨® esta enfermedad pienso que hice un buen gesto vendiendo mis dos coches, un Aston Martin y un Porsche Panamera, para hacer disfrutar de ese dinero a asociaciones contra el hambre y las enfermedades.
Hay cosas tambi¨¦n que usted no cuenta. Como cuando usted ofreci¨®su rolex al padre?de un ni?o que ten¨ªa un c¨¢ncer.
Nos vimos en el hospital y el padre quiso hacerme entrar en la habitaci¨®n de su hijo porque era un fan m¨ªo. Ten¨ªa este reloj de marca y para m¨ª el precio no contaba, lo importante era el gesto. Ahora s¨¦ que el peque?o est¨¢ muy contento, se pone el reloj todos los d¨ªas y me deja mensajes para decirme que es s¨²per feliz. Le sirvi¨® en el camino de su curaci¨®n.
?C¨®mo ve usted su evoluci¨®n ahora?
Hay dos historias: la que yo quiero y la que dios me dar¨¢. Pienso haber luchado contra la enfermedad para poder terminar de la mejor forma posible: en los terrenos de?juego. Y despu¨¦s veremos. Disfrutar de la vida, de mis ni?os y verles crecer. Quiero disfrutar de la vida.